«Cuando hago música siempre pienso en las cosas que amo»

Portadora de sueños musicales, la riojana Soledad Toledo escribe su historia de melodías y acordes lejos de su tierra, pero abrazada a sus raíces. A fuerza de talento, desarrolla sus estudios en una de las universidades más importantes del mundo: Berklee College Of Music, en Estados Unidos. Y desde allí, abre las puertas a un universo en el que las posibilidades se construyen en base a trabajo y compromiso.

Puede que la música sea su lugar en el mundo, más allá del lugar del mundo en el que se encuentre. Con sus sueños a cuestas como melodías que se enraizan a su esencia, transcurre sus días en El Berklee College of Music, en Estados Unidos, pero no deja de aferrarse a una riojanidad que la atraviesa y la define. Y así va por la vida, dándole forma y sustento a una esencia que se construye entre los acordes que fluyen desde su alma y hacia sus manos, sobre las teclas de un piano que suena al compás de una nostalgia que la acompaña en el recordar su hogar. Puede que la música sea su lugar en el mundo, más allá del lugar del mundo en el que se encuentre. Y puede que sea también la música la que la traiga de regreso a su origen, a su tierra, aún cuando sus pasos se entremezclen con otros paisajes, con otras realidades. Entre un allá tangible y un acá anhelado. Pero también en la búsqueda constante de un espacio en el que poder desarrollar ese talento innato que la acompaña y la define. En su hacer, en su expresar, en su sentir.

Nacida en La Rioja, pero viviendo actualmente en el gran país del Norte, Soledad Toledo escribe su historia a fuerza de constancia y con la convicción de habitar en un espacio que no es para cualquiera, sino más bien para los elegidos, para los «tocados» con esa especie de don de habitar en la música y de hacer de la música ese lugar en el mundo que puede que sea su lugar en el mundo, más allá del lugar del mundo en el que se encuentre. Y que desde ese lugar, su lugar, nos envuelva en la elegancia, el refinamiento y el buen gusto de su manera de concebir la sonoridad, mientras sus producciones comienzan a dejar una huella, una marca, en ese recorrido sustancial de su tiempo. Recientemente, esta artista riojana que va inscribiendo su nombre en espacios de privilegio fue parte de la coproducción argentina-uruguaya «Virgilio», del director Alfred Oliveri, que formó parte de la sección Culinary Zinema del Festival de San Sebastián, que se desarrolló en esa ciudad española entre el 16 y el 24 de septiembre pasados.

Allí puso todo su talento y toda su música, al igual que lo hace en cada uno de los días de su vida, cumpliendo con las consignas de uno de los establecimientos de mayor exigencia, considerada además la universidad privada de música más grande del mundo.

Desde ese lugar, también, abre las puertas a 1591 Cultura+Espectáculos, como si fuera posible abrir las puertas de un universo que, desde lo digital, aproxima las distancias. De Boston a La Rioja. «Lo que estoy haciendo acá no lo imaginé nunca en mi vida. En realidad yo empecé a estudiar música en Córdoba, antes de La Rioja cuando me mandaban a clase de guitarra, a la Academia «A Tierra» de Ana Robles», cuenta Soledad cuando se le pregunta por ese recorrido musical que hace poco más de un año (pandemia mediante) la llevó hasta Estados Unidos.

«Soy bien riojana», afirma de inmediato, para luego contar: «Hice un año en la UNLaR y después me fui para Córdoba. Estudié en La Colmena, donde usan el plan de estudio viejo de Berklee y todas las noticias sobre Berklee aparecían allí de alguna manera. Entonces, todos nos enteramos de eventos y de las cosas que pasaban y una de esas que nos enteramos fue que iban a hacer un tour por Latinoamérica para hacer cursos intensivos. El que estaba más cerca era el de Chile y me fui ahí con uno de mis compañeros. En ese momento pensé que no tenía nada que perder; estaba terminando de estudiar en La Colmena, a punto de recibirme. Audicioné y me dieron una beca para entrar. Fue genial, alucinante», recuerda.

¿EN QUÉ AÑO SURGIÓ LA POSIBILIDAD DE ESTA BECA?

Me la dieron en 2018 para entrar en 2019. Fue un dolor hacer todo el proceso de aplicar, de la Visa, pero valió la pena. Las cosas como se manejan acá tienen mucha lógica, pero es como muy difícil hacer la transición para tener todos los papeles en regla. Esa fue la parte más pesada, pero una vez que me dieron la beca y mis padres me dieron el ok me vine para acá, donde estoy estudiando algo que no pensé que iba a estudiar jamás.

¿Y QUÉ ES LO QUE ESTÁS ESTUDIANDO AHORA ESPECÍFICAMENTE? 

La carrera que estudié en Córdoba era Composición, Arreglo de Producción Musical y cuando me vine acá yo iba a hacer una especialización en eso, pero en el primer semestre uno no declara una carrera, haces las materias que tiene que hacer y al final del semestre decide qué hacer y la declarás. En todo el semestre te invitan a charlas, a montones de eventos del montón de carreras que tiene esta universidad. Me invitaron a una y yo fui solamente porque había pizza gratis (risas). Me pregunta mi compañera si quería ir con ella a la charla de esta carrera y yo y estaba muy cansada, así que le dije que no sabía. ‘Hay pizza gratis’, me dijo ella y bueno, fuimos. Estoy haciendo composición para Medios audiovisuales, comerciales, videojuegos; abarca todo eso. Fui a esa charla y fue como un ‘listo, esto es para mí’; fue tremenda la manera en la que me cautivó todo lo que es ese rubro musical. A mí siempre, toda la vida, me encantaron las películas y me encanta escuchar soundtracks de películas, pero nunca me imaginé haciendo eso. Empecé la carrera y espero terminarla en mayo del año que viene.

YENDO UN POCO HACIA ATRÁS, ¿CÓMO NACE TU RELACIÓN CON LA MÚSICA? ¿CÓMO LLEGÁS A LA MÚSICA?

Esa pregunta… creo que todos los músicos se la hacen, todos los artistas que se dedican a la música se la hacen, porque en algún momento de la vida te preguntás ‘por qué estoy haciendo esto’. Y la verdad es que en mi caso es intuitivo, porque cuando hago música siempre pienso en las cosas que amo: mi familia, mi ciudad que es La Rioja, la comida, los animales, son cosas que amo y cada vez que hago música, o pienso en música, o escucho música, me remite a cosas que amo y eso lo vuelve muy natural para mí, el poder traducir todo ese amor que tengo en mi vida hacia la música. A mí me resulta muy natural hacerlo, pero porque el amor que yo tengo es muy grande y me ayuda muchísimo a salir cuando estoy estancada, cuando no me siento creativa, o cuando no tengo una idea. Me ayuda mucho a salir de eso el recordar mi casa, mi cultura, mi familia y mi idea principal es devolver todo ese amor a través de la música. Entonces, cuando compongo, cuando escribo, cuando canto inclusive quiero conmover a la persona y devolverle ese amor que me han dado. Así es como yo lo siento.

¿Y CÓMO FUE QUE SE TRADUJO TODO ESE AMOR? ¿FUE EN UN INSTRUMENTO? ¿FUE LA PRIMERA VEZ QUE VISTE A ALGUIEN CERCANO TOCAR UN INSTRUMENTO? ¿HUBO ALGUNA INFLUENCIA FAMILIAR QUE TE FUE LLEVANDO HACIA ESE LUGAR?

El recuerdo más temprano que yo tengo es que estaba cantando cualquier tontera; era algo de cuando era chiquita: cualquier tontera cantaba. Es un recuerdo que tengo muy borroso, pero yo era muy chiquita y creo que me pasé como diez minutos cantando una y otra y otra vez la misma canción hasta que en un momento me cansé y me acuerdo haber escuchado a mi mamá o a mi papá decir: ‘tiene buena voz’. Era muy chiquita, ni siquiera sé qué edad tenía, pero me acuerdo que escuché a uno de ellos decir ‘tiene buena voz’. Y más adelante las influencias que tuve fueron mi papá que por ahí toca la guitarra, o cuando lo veía tocar o mi tío Gustavo que es músico, y también cuando era muy chica me mandaban a clases de folklore, de danza. Siempre fue la música la que fue muy inculcada en mí.

¿CÓMO SE CONJUGAN EL CANTO Y LA COMPOSICIÓN? ¿CÓMO FUE SURGIENDO ESO EN VOS?

El canto y la composición están muy entrelazados. El primer instrumento que yo aprendí a tocar, así consciente de que estaba aprendiendo a tocar, fue la guitarra. Después de eso fue el canto, pero me di cuenta que quería perfeccionar y poder cantar y tocar la guitarra al mismo tiempo. Y una vez que dominé esas dos cosas juntas también empecé con el piano, siendo autodidacta y después con profesores. No pensaba mucho en componer hasta que me pude sentar al piano o agarrar la guitarra y tocar y así fueron apareciendo las ideas. Cantaba muchas canciones, muchas zambas y fue como que me di cuenta de que quería estudiar música, quería dedicarme y decidí ser intérprete, ser cantante, componer, producir. Me fui por la composición porque fue lo que más se sentí que era para mí. Después de eso fue un camino muy largo de tratar de encontrar quién soy y quién es mi voz y cómo digo las cosas.

ARDUO TRABAJO ESE DE INTENTAR ENCONTRARSE…

Si, es un trabajo que todavía me cuesta hoy; ¡no sabés lo difícil que es!. Mi yo de 16, 17 años que había decidido estudiar música no podía imaginar lo que estoy haciendo ahora

¿CÓMO TE SENTÍS AHÍ, EN ESE ESPACIO, EN ESE LUGAR QUE TAL VEZ NO HABÍAS SOÑADO? ¿CÓMO FUE LLEGAR Y EMPRENDER ESE CAMINO, ESE RECORRIDO?

Cuando me dieron la beca para venir, yo a toda esa etapa de crisis existencial del artista ya la estaba superando; toda esa crisis la viví estando en Córdoba, durante mi carrera en La Colmena. Cuando me aceptaron para venir acá, yo estaba como saliendo de eso, ya estaba dejándolo atrás, ya estaba aceptando mi forma de ver las cosas, mi manera de ser, de componer, de escuchar música, ya estaba aprendiendo a aceptar que no hay tabúes en la música. Y una vez que yo aprendí eso, vivir conmigo misma sea dónde sea, en Argentina o acá, fue mucho más fácil adaptarme. Y si no era fácil, iba a tener que ser fácil, porque al momento que llegué acá en 2019 no tuve tiempo para pensar quién soy y quién no. Llegué acá y era una lista así de cosas que tenía que hacer.

NO TUVISTE TIEMPO NI DE PENSARLO ENTONCES…

El ritmo que agarras acá es a las chapas. Es un montón. Ahora estoy en mi penúltimo semestre y antes de empezar la primera semana ya teníamos un montón de proyectos.

¿CUÁL ES EL PROYECTO QUE ESTÁS ENCARANDO AHORA?

Hoy tengo que hacer una grabación para una materia que básicamente es de música para videojuegos; Tengo que grabar un tema que yo compuse para un supuesto videojuego de fantasía, entonces tenemos que componer en 32 compases una melodía que sea memorable, que sea pegadiza y orquestarla para que simule ser un juego de fantasía medio medieval.

¿Y QUÉ OTRAS COSAS TE TOCÓ HACER?

Ese tipo de trabajo es básicamente lo que vengo haciendo hace como un año y medio para medios audiovisuales, que es componer. Nos dan un proyecto, un video, un clip de entre un minuto y dos sobre una película que ya salió, por ejemplo ‘Los juegos del hambre’ o ‘Cómo entrenar a tu dragón’, que es lo que estamos haciendo este semestre. Este semestre vamos a trabajar en cuatro escenas distintas de esa película y en dos semanas grabamos la primera y yo tengo que tener la partitura lista para grabar. Hay música orquestal ahí entra todo eso de definir quién viene a la batería, en conseguir violinista…

TENÉS QUE ARMAR TODO…

Este semestre sí; los semestres anteriores la escuela nos proporcionaba los músicos, pero este semestre nos toca a nosotros buscar nuestros propios músicos para empezar a armar nuestro equipo, para ver, para empezar a relacionarse, saber con quién trabajar y con quién no.

¿Y QUÉ TE PASA A VOS CON EL DESARROLLO DE TU CREATIVIDAD EN ESTE TRABAJO QUE IMAGINO DEBE SER MUY INTENSO? ¿CUÁNTO ENTRA DE LO QUE VOS LLEVÁS DE TU TIERRA? ¿ENTRA UN POCO DE TODO ESO EN TUS COMPOSICIONES?

Si, yo diría que sí. Hoy te diría que mi manera de componer es bastante melódica; me guió mucho por la cuestión melódica y a veces me he dado cuenta que estas melodías remiten a algo de lo folklórico que pude haber escuchado antes, o que me inclino hacia ritmos de canciones tradicionales de La Rioja, como por ejemplo las vidalas. Hay momentos en los que puedo disociarme y desentenderme de eso para poder cumplir con la tarea que me exigen acá; a veces se me pide algo específico que yo tengo que hacer de esa manera específicamente. Tengo muchísimas materias acá en clases que me dan muchas oportunidades para escribir lo que a mí me salga de todo lo que yo he vivido. Y es magnífico, la educación acá es algo que nunca me lo habría podido imaginar, porque tengo muy buenos profesores, muy buena relación con ellos también y es como que aparte de crecer musicalmente también crecí mucho como persona, maduré un montón.

ME DIJISTE QUE SI BIEN NO TE COSTÓ MUCHO ADAPTARTE, SI TUVISTE QUE ENTRAR EN UN RITMO MUY ACELERADO. IMAGINO QUE LA VIDA ALLÁ DEBE SER MUY DIFERENTE A LA VIDA ACÁ. ¿CÓMO TE LLEVÁS CON ESO? 

Definitivamente la vida acá es muy diferente; ni bien salís del avión, el olor es distinto. Lo primero se me viene a la mente es la comida; me cuesta mucho tener una alimentación balanceada y saludable acá que allá. Allá vos te bajás del auto y compras en alguna verdulería; te buscas unos pancitos, algo, y acá es medio complicado bajar y conseguir eso, porque primero que nada no tenés kioscos, no tenés verdulerías, tenés supermercado, tenés mini super y ahí es medio difícil que te vendan una banana cuando quieras comprarte una banana. Es mucho más industrializado todo acá.

AL MARGEN DE ESTAS CUESTIONES QUE PUEDEN SER CONSIDERADAS MÁS DOMÉSTICAS, ¿QUÉ EXTRAÑÁS DE LA RIOJA?

A mi casa la extraño todos los días; extraño estar en mi casa. Extraño que sea la hora de la siesta y que no haya nadie, ningún alma en la calle. Acá yo tengo clase desde las 9 hasta las 6 de la tarde, 7 de la tarde y no hay descanso en ningún momento. El único descanso es cuando tengo dos horas entre clases y me vengo acá, estoy un ratito y después me vuelvo a ir, pero es como que el tránsito acá es constante durante todo el día y extraño mucho la tranquilidad de mi casa. Allá, en mi casa, mi papá se va a trabajar, vuelven, almuerzo y estoy toda la mañana yo sola, pero es como que no estoy sola. Creo que lo que más extraño es no estar sola.

TE SENTÍS SOLA…

Acá es bastante solitario, a pesar de que tengo mis amigos y me mantengo muy ocupada. Pero cuando me siento así lo soluciono saliendo a caminar, o yendo a algún lado, o viendo una película.

¿Y CUÁLES SON TUS PLANES? ¿CUÁL ES TU PROYECTO?

Me lo han preguntado bastante; los profesores también nos preguntan. Por el momento, voy a aplicar a donde sea, voy a mandar mi currículo, mis cartas de presentación. A mí me gustaría volver a la Argentina una vez que me gradúe para poder estar un tiempo con mis seres queridos, pero después de eso veré si es que algún lugar para el que apliqué me quiere tomar. Como soy una estudiante internacional tengo dos opciones: puedo aplicar para trabajar por uno o dos años, y en ese caso la Visa de estudiantes se me extiende para trabajar por dos años acá y ya me pagan, pero una vez que esos dos años se terminan si no hay ninguna renovación, me tengo que volver a mi país; y la otra opción, que creo que es por la que voy a ir, es la Visa de Talento, que una vez que la tenga ya no dependo de un tiempo determinado, no dependo de que alguien tenga que contratarme.

PERO LA IDEA ES VOLVER UN TIEMPO, AUNQUE HOY TE VES ESTANDO ALLA Y DESARROLLÁNDOTE PROFESIONALMENTE EN ESTADOS UNIDOS, ¿O HAY ALGUNA POSIBILIDAD DE QUE ARGENTINA VUELVA A SER UNA OPCIÓN?

A mí me encantaría poder vivir en Argentina. Lo bueno de mi trabajo es que hay muchas chances de hacerlo desde cualquier lugar del mundo. Por ejemplo, este año trabajé para un documental que salió ahora, hace poquito, se estrenó el 23 de septiembre, que se llama Virgilio, un documental de Alfred Olivery. Yo hice la música para ese documental y la hice todo a través de llamadas online, porque la manera de trabajar de él facilitó mucho ese tipo de relación. El sistema de Hollywood, de Estados Unidos es muy estricto y muy específico, de hecho a nosotros nos preparan con las convenciones de cómo hacer las cosas acá. Cuando entregamos proyectos, cuando hacemos entrega de las partituras es todo de acuerdo a cómo te piden las empresas de acá, es muy estricto; en otros lados ya es distinto. En Argentina no tienen tanta rigidez para esas cosas porque depende mucho de para quién estés trabajando y además todo este sistema es cuando querés trabajar para una compañía grande, que sos pasante de tal compañía y la asistente del asistente del asistente; acá es así: el primer el primer año servís café.

PERO IMAGINO QUE DEBE SER TAMBIÉN UN ENTRENAMIENTO IMPORTANTÍSIMO, QUE TE VA A SERVIR MUCHO..

Me gustaría hacer una pasantía en mi último semestre, mientras estudio, es una opción. Es una pasantía que no se paga, pero esa pasantía me va a ayudar mucho a crecer también, así que me gustaría hacerla. Pero eso ya depende de si me aceptan en alguna compañía.

¿HAY ALGÚN LUGAR EN EL QUE TE GUSTARÍA TRABAJAR?

La verdad que no y la única razón por la que lo haría es por la experiencia, porque a mí me atrae más la idea de ser freelance. No es lo mismo y pienso que las dos cosas tienen ciertas desventajas y ventas. Me gusta más la idea del freelance porque no soy una persona que está hecha para la presión, quizás por un tiempo pueda trabajar para una compañía pero en base a mis experiencias pasadas, no sé si pueda, por una cuestión de bienestar mío. Si tengo la oportunidad y tengo la facilidad de poder trabajar freelance y mantenerme haciendo eso, lo haría. Sí tengo que aceptar un trabajo en una compañía, lo voy a hacer pero por una cuestión de necesidad, no por una cuestión de elección. Capaz que haya lugares dedicados, que se inclinen más para lo que yo quiero hacer, que son las películas independientes, pero toda experiencia suma claro.

EL HECHO MISMO DE ESTAR FUERA DE TU ESPACIO, IMAGINO, YA ES UN CRECIMIENTO, UNA MADURACIÓN MUY RÁPIDA…

Si, la verdad que sí…

PERO ESO NO QUITA QUE PUEDAS VOLVER POR ACÁ…

Obvio, es mi casa, jamás en la vida la voy a abandonar.

¿EXTRAÑÁS LA CHAYA, POR EJEMPLO?

Es algo a lo que nunca jamás podría renunciar; esté donde esté siempre voy a tener un lugar al que volver. Hoy en día no te puedo decir si es que voy a terminar viviendo acá, o acá, o acá, porque yo no sé dónde me va a llevar la vida pero La Rioja siempre va a ser mi casa.

¿TE DESVELA EN ALGÚN PUNTO ESTO QUEME DECÍS DE NO SABER MUY BIEN DÓNDE TE VA A LLEVAR LA VIDA, O SIMPLEMENTE ES ALGO QUE SENTÍS TIENE QUE FLUIR?

Es un poco de las dos, porque está bueno que dejes que la vida te lleve, porque a mi siempre me sirvió seguir a mi instinto. Pero a veces uno no se puede dar el lujo de decir donde sea que me quiera llevar la vida, porque uno a veces tiene que tomar decisiones difíciles para tener un buen futuro, ¿no? Entonces no todo puede fluir.

¿Y CUÁL SERÍA TU MÁXIMO SUEÑO EN FUNCIÓN DE LO QUE ESTÁS HACIENDO AHORA?

Yo adoro las películas animadas con toda mi alma; pienso que la música de las películas animadas es insuperable porque es delicada y frágil, tiene mucha sensibilidad, mucha fragilidad y es hermosísima de escuchar, y alguna vez quisiera poder trabajar para una película animada que tenga un sentido. Por decirte, una que recuerdo mucho, pero porque recuerdo las voces y me acuerdo de inmediato de la música es ‘UP’. Tiene una música tan brillantemente hecha… yo todavía me acuerdo y la canto a la melodía de mi cabeza, y me gustaría hacer algo así, ser capaz de hacer algo así, ese es mi sueño. Eso es lo que más me encantaría poder hacer porque esa melodía la escuchás y te duele el pecho.