Un espacio para las emociones

En tiempos de pandemia, cuando invariablemente caímos en la cuenta de que no sería posible sobrevivir sin las diferentes expresiones del arte, el Espacio de Teatro Independiente «El Teatrino» se pone de pie y resiste a los embates del extravío, aferrándose al empuje de una ilusión que va mucho más allá de una geografía física

Cochangasta es uno de los barrios de la Capital que ocupa, sin lugar a dudas, el top diez de los más tradicionales y los más históricos de esta parte del universo, de la más cercana a nuestras fibras, a nuestras herencias. Y ya dentro de esas manzanas, en el corazón mismo de esa tierra de tradiciones riojanas, un callejón emerge y lo surca, lo atraviesa de lado a lado como una arteria que bombea y oxigena, al tiempo que sostiene, contiene y proyecta hacia la ciudad, hacia el centro de la ciudad, allá abajo, al alcance de la mirada. Y en ese callejón, en el viejo Callejón de Cochangasta, nace y crece el arte, afincado a un espacio concebido por sus cultores, que aún y a pesar de todo, abrazan el sueño de una cultura compartida, de una cultura ofrendada. de una cultura que alimente el alma.

En tiempos de pandemia, cuando invariablemente caímos en la cuenta de que no sería posible sobrevivir sin las diferentes expresiones del arte, el Espacio de Teatro Independiente «El Teatrino» se pone de pie y resiste a los embates del extravío, aferrándose al empuje de una ilusión que va mucho más allá de una geografía física y que anhela convertirse en punto de encuentro de la mano de dos incansables hacedores de vocación, destreza, habilidad y práctica: Cintia Alfonso y Hernán Jiménez. Son ellos los que, al margen de las disciplinas que cada uno realiza por su cuenta -y también de manera conjunta-, llevan adelante este proyecto que vio la luz en 2017 y que ahora aguarda por un último impulso que permita concluirlo y ponerlo definitivamente en marcha.     

Frenados por la pandemia, pero con la esperanza intacta de que en algún momento la «nueva normalidad» invite a abrir definitivamente las puertas, visibilizar este espacio en construcción y proyectándose como un lugar de características únicas para el arte de La Rioja, constituye un ejercicio de estricta necesidad y la respuesta a una carencia que pide a gritos por una «mano», por un empujón vital y definitivo que corra el telón y de paso a la voz y expresiones de los artistas, indispensables de escuchar y de ver. 

«Este es un proyecto que se presentó en el año 2017, a partir del grupo de Teatro de Títeres El Chicharrón y que lo presentamos al Instituto Nacional de Teatro cuando se hizo una convocatoria abierta para compra de sala; no salimos seleccionados en esa ocasión porque este espacio no reunía las condiciones, y porque no hay salas en venta en La Rioja. Volvimos a hacer el intento y al año siguiente abrieron una nueva convocatoria para compra de inmueble y ampliación para sala. Nos dieron el subsidio, nos aprobaron», cuenta Cintia Alfonso en tanto que Hernán Jiménez cuenta: «Nos presentamos en esa primera convocatoria para salas porque queríamos generar antecedentes. No hay salas en La Rioja, pero nosotros pusimos una casa para acondicionarla. En todo el país se había hecho el reclamo por poner una convocatoria para compra de salas en el interior, sabiendo que no hay. Era algo claramente para Córdoba, para Buenos Aires». 

Esa casa a la que se hace referencia es donde hoy se construye El Teatrino o donde, mejor dicho, El Teatrino aguarda por el final de su construcción, luego de haber atravesado el proceso por diferentes avatares externos que fueron pausando el fuerte anhelo de Hernán y Cintia por concebir un lugar en el que el arte se respire en el aire y brote por los poros, muy especialmente de los más pequeños. «Este espacio que finalmente se pudo comprar estuvo en venta durante 17 años. Es una casa quinta de las de antes. Obtuvimos los fondos a partir del aporte del Instituto Nacional de Teatro, lo compramos, y nos quedó un resto para construir. Rendimos cuentas tal como se nos exigía y posterior a eso se nos dio una ampliación de subsidio para continuar con la construcción en 2019, antes de la pandemia, que le puso un freno a todo. Teníamos un plazo hasta antes de la pandemia y ahora estamos viendo cómo podemos hacer para conseguir lo que nos resta para poder terminar, porque la idea es poder terminarlo para este año», asegura Alfonso.

El proyecto prevé una sala teatral para 100 personas, con una modalidad contemporáneo o de multiuso, es decir, sin butacas fijas. Se prevé además que el piso sea de madera, que la sala posea la acústica necesaria y correspondiente y que se adapte a una puesta escénica alternativa. De igual manera, están planificados los camarines con sus respectivos baños y todas las comodidades que supone una sala moderna de las que no hay en La Rioja, especialmente si se habla de un espacio de Teatro Independiente. Sin embargo, el proyecto no queda únicamente en eso, sino que contempla la creación y puesta en marcha de talleres de arte orientados a niños y niñas. 

«Con la perspectiva que tiene este espacio podemos decir que es el único en la Provincia que posee este perfil que busca contener a todas las artes escénicas en un espacio que se proyecta como un complejo. Talleres, un espacio al aire libre; un proyecto que a su vez tiene mucho también de social, porque busca en una primera instancia contener al barrio, para luego proyectarnos hacia la ciudad, y luego tratar de contagiar, impregnar al interior. Esa es el alma del proyecto», señala Jiménez, quien traza para El Teatrino un recorrido mucho más abarcativo que el que supone un espacio en sí mismo. 

Desde ese lugar, precisamente, es que Cintia y Hernán vienen trabajando intensamente, tratando de concretar el respaldo que signifique poner un punto final a un proyecto a mitad de camino, pero que ya va latiendo al ritmo del arte que da sentido a la sensibilidad del alma. En el pasado mes de febrero, por caso, concretaron una reunión con el Ministro de Turismo y Culturas de la Provincia, Gustavo Luna, a quien no sólo llevaron el anhelo de El Teatrino, sino que también le ofrecieron el «descubrimiento» del antiguo Callejón de Cochangasta, considerado patrimonio histórico de la Capital, pero que como tantos hitos de la Ciudad se encuentra en estado de abandono. «(Luna) Nos pidió que avancemos con los papeles y con los presupuestos. Estamos hablando actualmente con una ONG para pedir la asistencia a través de ellos. Estamos buscando los caminos para poder seguir avanzando; queremos completar la sala, mínimamente, que tenga operatividad y de allí ir avanzando, porque la idea es que sea un espacio que se autogestione», afirman. 

En este sentido, ambos ratificaron que en el espacio proyectado se desarrollarán «todo tipo de artes escénicas y artes complementarias, porque estamos pensando en talleres de música, de artes visuales, todo lo que haga a la formación artística; esa es la idea. Lo primero que hicimos es acondicionar, adentro y afuera, pintar. Hicimos, además una primera experiencia con una colonia de vacaciones y lo más interesante fue poder hacer los talleres; queremos repetirlo», aseguran.

Esa primera experiencia en El Teatrino, que se sustenta a su vez en un trabajo que vienen realizando desde hace ya un buen tiempo junto a la Secretaría de Culturas y a través de la escuela de Títeres Rizoma (que el pasado miércoles retomó los encuentros a través de la virtualidad), ancla específicamente en el trabajo con los más pequeños. «Los niños se apasionan y aprenden un montón en el hacer; es un proceso muy lindo, no sólo internamente, sino también de desarrollo motriz, oral. Nos gusta mucho trabajar con los pequeños porque además uno puede ver esa evolución, y uno tiene esa satisfacción de que algo bueno está pasando», sostiene Cintia. Sin embargo, y como se señaló anteriormente, no queda solo allí. «La única forma de que una institución crezca tiene que ver con el vínculo que se genera con el núcleo vecinal, que los vecinos se sientan partícipes de esto. Queremos darle valor a este espacio y sabemos que a partir de allí se hará conocido. La Rioja no tiene opciones artísticas y de entretenimiento muy concretas, que tengan que ver con pasar el día e involucrarte con el arte que sensibiliza», agrega Hernán, quien además destaca que El Teatrino «no queda lejos del centro, pero parece que estás en el medio del campo». 

«La estrategia es hacer visible la incompletud de esto; esto es algo que puede ser muy bueno. La idea de esto es que sea más familiar y alternativo, porque se puede hacer de todo en este espacio, es un espacio abierto», remarca por su parte Cintia, quien no deja de hacer alusión a la compleja situación por la que atraviesan las artes escénicas en este tiempo tan particular. «Este año fue complicado porque no pudimos trabajar como grupo; para los artistas independientes es muy complejo y muy difícil poder sobrevivir». 

En tanto que, por último, Hernán reflexiona y deja un mensaje contundente: «Queremos que se mueva el arte, que se mueva la cultura, que en este espacio se genere un servicio artístico, que es muy saludable. Eso es algo que visibilizó la pandemia: los niños necesitan conectarse con las emociones y el arte provee eso». 

INTEGRANTES DE LA COMPAÑÍA DE INVESTIGACIÓN ESCÉNICA EL CHICHARRÓN

CINTIA LORENA ALFONSO:  artista-docente, Licenciada en Arte escénico, Profesora de Expresión Corporal y titiritera. Productora y creadora de obras, encuentros, festival de títeres y proyectos culturales.  Creadora y coordinadora de la escuela provincial de títeres Rizoma desde el año 2016. Directora de la compañía de investigación escénica El Chicharrón desde el año 2003 a la actualidad. Comenzó su carrera artística profesional en el año 2000 participando en diferentes grupos de teatro independiente y oficiales como actriz, bailarina y titiritera. Recorrió escenarios de la provincia, del país y países vecinos con producciones propias y de otros directores. Realiza y brinda capacitaciones relacionadas al campo de teatro de títeres y dancístico,  

HERNAN JORGE JIMÉNEZ:  Director, actor, Titiritero, productor, gestor y docente. Integrante desde el 2004 hasta la actualidad de la Compañía de investigación Artística «El Chicharrón». Coordinador: Escuela Provincial de Titiriteros «Rizoma» dependiente de la Sec. de Cultura de la provincia. Organizador y coordinador: «La Fiesta de los títeres» , del evento «TinkuTíteres» Festival de teatro de títeres, de la «La Chaya de los niños» y de «TriCiclo» Ciclo de actividades celebrando la niñez en todas sus ediciones. Conductor del programa de tv «Estamos en la Escuela» dependiente del Ministerio de Educacion de la Provincia de La Rioja 

SILVANA CASTRO:  Bailarina, investigadora escénica. Inicio sus estudios en el centro polivalente de arte Estanislao Guzmán loza, egresando como maestra de danza clásica en el año 1997. Participo en diferentes propuestas artísticas como bailarina en compañías independientes y como docente en jardines maternales e institutos privados en las asignaturas de danza clásica y teatro hasta el año 2007. Continuo sus estudios terciarios en el Instituto Superior de Arte y Comunicación graduándose en el año 2007 como profesora de expresión corporal danza. A partir del siguiente año y hasta el día de la fecha se desempeña como docente de educación artística en los tres niveles, inicial , primaria y secundaria, realizando y coordinando producciones artísticas institucionales y  de cierre de ciclo con la idea producción y dirección.  Asistente de creación coreográficas y de dirección independiente a estudiantes del Colegio Pre Universitario General San Martin. Durante el 2013 al 2016 formo parte del grupo independiente «Bohemia» participado en la obra teatral «Medea». Actualmente es parte de la compañía de investigación escénica El Chicharrón. 

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