“La vinculación trascendente” es el nombre de la obra con la que Carina Fabaro consiguió un tercer puesto en el Salón Regional de Artes Visuales NOA 2024. Una vez más, la artista no solo dejó su huella a partir de un hacer exquisito y refinado que la caracteriza -y diferencia- en su plenitud, sino que al mismo tiempo abrió las puertas a un mensaje que atraviesa incluso mucho más allá de lo que se puede ver.
Ocurre que pocos, muy pocos, pueden combinar de una manera tan estrecha obra y contenido, haciendo de lo visual, pero también de lo táctil, un despertar de todos los sentidos frente a ese arte que le resulta tan natural como propio y que se vale, precisamente, de la naturaleza y sus formas caprichosas para dar al espectador un eje sobre el cual poner a girar la imaginación, pero también la apropiación de una consciencia que -más aún en estos tiempos que corren y que en ocasiones asustan- resulta definitivamente indispensable para sopesar el verdadero valor de los días.
Esa esencia, en su pletórica presencia y siempre en representación de La Rioja, es la que Fabaro llevó también a la Cuarta Bienal Internacional de Esculturas que se desarrolló en la localidad de San Jerónimo del Sauce (provincia de Santa Fe), donde se dieron cita escultores de renombre internacional, en un encuentro que es considerado de excelencia, por todo lo que implica no solo en su armado, sino en lo que genera en una población que se abraza a ese hecho cultural como la consecución de un legado que a lo largo del tiempo va marcando lo necesario del arte como mecanismo de supervivencia frente a la voracidad de los avances de la tecnología y el individualismo.
Esa “vinculación trascendente” a la que Fabaro le da forma y sustancia en cada una de sus obras, fue la que también se dio cita en este cónclave en el que participaron escultores de Francia y México, así como también de cuatro provincias argentinas, dejando su reflejo con seis obras que pasarán a formar parte del patrimonio de la localidad del departamento Las Colonias. Bajo el lema “Emociones, doscientos años de una comunidad”, la artista riojana se alzó con el primer puesto, dejando así en claro una vez más que su obra denota siempre un nivel superlativo, al tiempo que una visión sustancial respecto del mundo que la rodea y al que asiste con la responsabilidad y el compromiso de interpelar al espectador, de ponerlo a pensar y a ser parte de una construcción colectiva de lo social.
“Vivimos un momento en el que se está tomando conciencia de la salud mental; todas las acciones que se tomen y se visualicen sobre este tema son muy importantes. Las emociones forman parte de esta salud a cualquier edad y es el arte quien ayuda a expresar las emociones, por ello elegí mostrar justamente la liberación”, explica Fabaro en relación a la obra con la cual se quedó con el galardón mayor en la Cuarta Bienal Internacional de Esculturas.
Precisamente, su creación ganadora se llamó “Liberación emocional”, tratándose de una obra escultórica geometrizada que parte de formas trapezoidales realizadas con madera en una sola pieza, y se complementa con la figura tridimensional de un pájaro en actitud de vuelo, realizado en piedra tallada. “Esta obra connota las estructuras mentales que adquirimos de nuestras familias, sociedad y que a veces no nos permiten dar curso a nuestras emociones sin poder tomar conciencia de estas, y a veces el desconocimiento o la imposibilidad de gestionar o buscar y recibir una terapia hace que se transforme en situaciones de descontrol, violencia o enfermedades físicas. El pájaro simboliza la oportunidad de liberación de esas emociones y por ende la paz mental”.
Para Fabaro, el arte es ese pájaro que la invita a tomar alto vuelo hacia la liberación de toda su creatividad, tan inagotable como precisa a la hora de concebir una obra que se desprende desde lo más profundo de su interior, para luego convertirse en una ofrenda que, en este caso, hace pie en la necesidad de prestar atención a las emociones, reconocerlas y poder trabajar sobre ellas. Esa concepción de lo artístico es la que le permite romper las estructuras, salirse de ellas, liberarse, escapar. Y es también su forma de brindar contención, ayuda, frente a un flagelo que se ha tornado colectivo y que requiere de una particular atención que, desde la creación, plantea esa vinculación con el otro que resulta trascendente.
ESCULPIR IDEAS
Todo en la obra de Fabaro cierra de alguna manera hacia un punto de encuentro. Y en ese punto de encuentro deja la semilla de su visión del universo, pero también la solidez y la coherencia de su palabra, esa que también ofrece generosamente a 1591 Cultura+Espectáculos, como si de esculpir ideas se tratara, poniendo en cada lugar una definición exacta, para dejar fuera cualquier superficialidad que pudiera entorpecer el concepto que quiere alcanzar.
Así, la artista riojana reconoce en primer lugar a la organización de la Cuarta Bienal Internacional de Esculturas. Y lo hace, no solo desde lo que tiene que ver estrictamente con un armado en el que los recursos logran combinar ámbitos como el cultural y el turístico, sino también y fundamentalmente en lo humano, a partir de una participación masiva que rompe con la indiferencia generalizada y convierte a ese pequeño pueblo en el epicentro de un movimiento que engrandece.
Durante tres días, cuenta Fabaro, la gente del lugar acompañó a cada artista con una predisposición particular, mientras su amoladora, su disco de desbaste y su motosierra iban dando forma al palosanto en ese delicado trabajo de pulir, cuidar la línea, el plano. “Cierran todos los puntos en la gestión de llegar con el arte. No es solo el evento en el que los escultores trabajan, también había charlas con personas especializadas, con críticos de arte”, recuerda Fabaro, destacando también la convivencia con el jurado, la “riqueza en el diálogo, las visitas de las escuelas, toda la comunidad estaba presente. Nos visitaron todos los días, durante todo el proceso; hubo charlas todos los días, exposiciones, entrevistas, espectáculos, gastronomía. Poblaban toda la plaza”.
Nada de todo eso a lo que la artista riojana hace referencia pasa desapercibido frente a su mirada, incluso en el momento de dar forma a la pieza que luego se convertirá en la elegida por el jurado. Todo forma parte de ese proceso en el que se involucra con cuerpo y alma y en el que, además, es agradecida con quienes estuvieron en la organización del evento, centrando esa tarea en la persona del presidente comunal de la localidad, Daniel Ríos.
“Soy muy apasionada”, señala Fabaro y, de inmediato, remarca el hecho de poder “hablar el mismo lenguaje, convivir con esas personas tan
amables, tan amorosas, que esperan lo que surge del proceso productivo”. Asimismo, pone en valor el hecho de poder estar en contacto con los más pequeños, de compartir encuentros con los niños del jardín de infantes de San Jerónimo del Sauce. “Se respira arte todo el tiempo”, remarca y señala que “te van cuidando porque valoran la obra. Las obras están en todo el pueblo, desde 2017 hasta ahora y uno puede ir viendo lo que ha pasado en las otras ediciones”.
Sin decirlo, Fabaro va trazando paralelismos y pone blanco sobre negro su visión del arte y cuál debería ser el lugar que tendría que ocupar, cómo debería respirarse en lo cotidiano, facilitando además el acceso al común de la gente, fuera ya de las estructuras a las que muy pocos acceden y que terminan por “elitizar” producciones que merecen ser exhibidas, por ejemplo, en espacios públicos.
Pero más allá de esta cuestión que merece ser debatida en nuestro territorio, el diálogo con la artista se va enriqueciendo a medida que va abriendo las puertas hacia su mundo creativo interior, en el que prima siempre el compromiso. “Soy un poco estructurada, tengo un proyecto y si lo eligieron tengo que entregar eso que presenté”, señala Fabaro a modo de carta de presentación, aunque luego, al momento de encontrarse con los materiales (que en sus dimensiones no eran los previstos), debió hacer gala de su capacidad de adaptación. “Todo ese proyecto que uno tiene en mente y que fuerza el material, que es natural, lo terminás imponiendo sobre esa materia. Lo podés lograr, pero la materia te devuelve algo. Nunca es igual, y a mí no me gusta repetir ningún proyecto, pero aún si lo repitiera, la materia, la naturaleza o el universo te ubican. No todo se puede manipular. Me encontré con huecos, con formas, con otras dimensiones, pero la obra quedó hermosa”, resalta la artista, también como una forma de reafirmarse en lo suyo: “Me encanta, hago esto que también es una gran liberación, también en la adrenalina que genera, porque estás con el tiempo corriéndote y lo tenés que resolver, eso es maravilloso. El arte te propone esa capacidad que tenemos como seres humanos de generar y de regenerarnos. Es la vida que te propone y es todo un aprendizaje: de la gente, de la interacción, de la materia”.
DESPERTAR LOS SENTIDOS
En ese aprendizaje al que Fabaro hace referencia entran también las emociones a las que no escapa. Muy por el contrario, en cada una de sus obras van esas diferentes inquietudes, al igual que esa entrega ilimitada hacia el rol que, entiende, debe cumplir el arte: “interpelarte, cuestionarte”.
“Siempre me pasa lo mismo, estoy enamorada de mi proyecto, luego llega un momento de crisis, donde siento que no va a salir como quería y después viene la plenitud de ver lo que surgió de eso; es raro, pero a mi me encanta. Básicamente es eso: el qué estoy haciendo, el si está bien o no, yo me cuestiono esas cosas”, afirma Fabaro a modo de resumen de un proceso de creación que define su andar, pero que no siempre se produce de la misma manera. “Hay algo que entregás y que sale desde un lugar muy profundo, hay una responsabilidad: mi obra tiene que estar terminada. Es algo que estoy expresando y que es muy mío, pero tengo la responsabilidad de que eso que creo tiene que estar bien hecho”.
El mensaje que la artista deja es contundente. Tanto como lo es su obra a la hora de ser evaluada, y aun cuando considere que “no debería haber concursos en el arte, porque cada artista expresa un punto de vista y no puede ser uno mejor que el otro, sino que todos son importantes”.
Para Fabaro “el arte te tiene que hacer pensar y no hay que subestimar al observador. Es justamente esa profundidad de estar frente a una obra; por eso el arte público es necesario. No necesitás una galería para observar una obra de arte, sino que al estar en un espacio público cualquiera puede verla y plantearse cosas como qué habrá querido decir el artista, por qué este plano va para el otro lado, qué encuentro de ese otro lado. La escultura tiene una lectura más compleja, que es el recorrido visual, tridimensional, y es necesario ese recorrido, porque casi todo lo que nos rodea es tridimensional. El tocar, el palpar, tiene que ver con despertar los sentidos”, afirma.
Y desde ese lugar hacia la evaluación del jurado de la Cuarta Bienal Internacional de Esculturas, Fabaro considera que su obra fue elegida no solo por el proceso, sino también por el mensaje. “Casi siempre lo más llamativo es lo figurativo, pero también está ese mensaje que te hace pensar que no está todo dicho. El jurado evaluó ese trabajo más profundo, que lleva al observador a una interpretación, a cuestionarse y a que tenga múltiples interpretaciones, que no todo está explícito, que no es de tan fácil lectura, sino que te cuestiona, te lleva a pensar un poco más”.
DE LO INDIVIDUAL A LO COLECTIVO
En este punto, precisamente, es donde Fabaro termina de anclar su concepción vital del arte, en eso que se termina por trasladar a la sociedad para establecer señales de una construcción que deja de lado lo individual para pasar a ser una elaboración compartida. “El trabajo del arte es parte de la cultura y está inmerso en ella. Es un trabajo estructural. Las personas necesitan sentirse parte, necesitan expresarse, necesitan tener voz y hay muchos lenguajes para hacerlo. Lo que pasa es que si eso no se abre termina siendo un discurso muy superficial; si no hay participación efectiva, real y se subestima al espectador, es muy difícil que se avance y esos territorios de los que tanto se habla quedan solo en un término vacío”, define la artista, siempre desde su mirada comprometida con el mundo que la rodea y que, incluso, le permite ir un poco más allá en sus definiciones: “Realmente se tiene que hacer parte, involucrar a las personas. Las nuevas generaciones, las actuales, no se están construyendo como ciudadanos responsables, visualizados dentro de ese territorio. ¿Cómo se vincula y cómo uno frente a una obra se plantea quién soy, qué hago aquí? Ese es el dilema existencial más profundo de proyectarnos, de dejar huellas. Me parece que es por ese lado que tiene que ir. Cuando no hay un cuestionamiento, un pensamiento más profundo, todo es superficial”, concluye.
PROYECCIÓN
EN SU HACER CONSTANTE, CARINA FABARO NO ENTIENDE EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA “DETENERSE”. DEFINITIVAMENTE, ESA DEFINICIÓN NO ENTRA EN SU DICCIONARIO Y CADA NUEVO PASO DADO SE SUSTENTA NO SÓLO EN SU FORMACIÓN PERSONAL, SINO EN LO QUE TIENE PARA OFRECER A LA SOCIEDAD. “TERMINÉ LA ESPECIALIZACIÓN DE GESTIÓN CULTURAL EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA. ME GUSTARÍA GESTIONAR, QUE CAMBIARAN ALGUNAS COSAS Y CREO EN LA GESTIÓN QUE NO ES SOLO PÚBLICA, DESDE EL ESTADO, SINO QUE TAMBIÉN NECESITA ESE COMPROMISO DE LA PARTE PRIVADA, Y QUE ES POSIBLE. LLEVA UN DOBLE ESFUERZO, HAY QUE TRABAJAR MUCHO. ME GUSTARÍA PODER LLEVAR A CABO ALGUNOS PROYECTOS, PERO MIENTRAS TANTO SIGO FORMÁNDOME. TAMBIÉN TERMINÉ LA DIPLOMATURA EN MUSEOLOGÍA Y CURADURÍA, VOY HACIÉNDOME DE TODO ESE CONOCIMIENTO. ESTOY PREPARANDO UN PROYECTO EXPOSITIVO PARA EL AÑO QUE VIENE, SIGO CREANDO, SIGO HACIENDO LO QUE SIENTO, SIGO HACIENDO OBRA, APLICANDO EN OTROS LUGARES, INTENTANDO QUE PUEDA SURGIR ALGO DE GESTIÓN AQUÍ”.
HUELLAS
LA CANTIDAD DE OBRAS QUE FABARO HA PRESENTADO EN DIFERENTES EVENTOS TANTO A NIVEL NACIONAL COMO INTERNACIONAL Y QUE, COMO TALES, FUERON RECONOCIDAS Y EMPLAZADAS, PUEDE RESULTAR TAN LLAMATIVO COMO IMPRESIONANTE. ES ESA LA MANERA EN QUE LA ARTISTA NACIDA EN SAN JUAN, PERO RADICADA DESDE MUY JOVEN EN LA RIOJA, ENCUENTRA PARA IR DEJANDO SU HUELLA INDELEBLE, AUN CUANDO CUESTE TANTO ESO DE SER PROFETA EN SU TIERRA, LO CUAL -A ESTA ALTURA- RESULTA FRANCAMENTE INEXPLICABLE. “ME PASÓ ESTA ÚLTIMA VEZ DE TOMAR CONCIENCIA DE QUE A VECES TE UBICAN, TE RESPETAN, QUE CONOCEN TU OBRA, QUE LA VALORAN. ES FUERTE: VEO LAS OBRAS Y LA EMOCIÓN ME PUEDE; CREO QUE DA MUCHA SATISFACCIÓN, ME EMOCIONA EL PODER DEJAR HUELLAS Y CREO QUE EN ESE AFÁN DE HACER, LA OBRA VA QUEDANDO, SIN TANTO RACIOCINIO, SIN PRETENDERLO. EL HECHO DE QUE LAS PERSONAS PUEDAN SENTIR ALGO CON LA OBRA YA TE HACE SENTIR BIEN, ES MUY LINDO”.
FIESTA DE ARTE Y CULTURA
CON SEIS ESCULTORES DE RENOMBRE INTERNACIONAL SAN JERÓNIMO DEL SAUCE SE CONVIRTIÓ EN EL EPICENTRO DEL ARTE Y LA CULTURA EN LA PROVINCIA DE SANTA FE. LA CUARTA BIENAL INTERNACIONAL DE ESCULTURAS, FUE UN ÉXITO ROTUNDO QUE LOGRÓ CONVOCAR A MILES DE PERSONAS.
ADRIÁN FLORES PEÑA DE MÉXICO, JEAN CLAUDE LAMBERT DE FRANCIA, CARINA FABARO REPRESENTANDO A LA PROVINCIA DE LA RIOJA; LEONARDO AVALIS DE LA PROVINCIA DE RIO NEGRO, JORGE BALASSI DE LA PROVINCIA DE FORMOSA Y ABEL CRISTIAN CRUZ DE LA PROVINCIA DE SALTA, FUERON LOS PROTAGONISTAS.
LAS SEIS OBRAS DE ARTE PLASMADO EN MADERA PASARON A FORMAR PARTE DEL PATRIMONIO CULTURAL DE SAN JERÓNIMO DEL SAUCE, Y SERÁN UBICADAS A LO LARGO DEL AÑO EN DISTINTOS PUNTOS DE LA LOCALIDAD.
ADEMÁS DE LOS CUATRO ESCULTORES SANTAFESINOS SE SUMARON A LA PROPUESTA UN GRAN NÚMERO DE ARTISTAS, MÚSICOS Y CONFERENCISTAS, QUE A LO LARGO DE TRES DÍAS DESFILARON POR LA PLAZA BRIGADIER ESTANISLAO LÓPEZ.
TAMBIÉN DE LA PROPUESTA SE DESTACÓ LA OBRA EN MÁRMOL REALIZADA POR PABLO FRACCHIA, Y DEL ESCULTOR UCRANIANO, ARTHUR MOZHIN, QUIEN DESDE HACE UNOS AÑOS RESIDE EN SANTA FE. ADEMÁS REALIZARON OBRAS EN MADERA ARTISTAS DE LAS CIUDADES DE SAN JERÓNIMO NORTE, PILAR Y SANTA FE.
EN ESTE SENTIDO, EL PRESIDENTE COMUNAL DE LA LOCALIDAD DANIEL RÍOS, REALIZÓ UN BALANCE DEL EVENTO QUE VOLVIÓ A SER UN ÉXITO A NIVEL NACIONAL.
“EL BALANCE ES MUY POSITIVO, DESDE LA INAUGURACIÓN, CONTINUANDO CON TODOS LOS TALLERES DEL QUE PARTICIPARON MÁS DE 500 CHICOS, SUMADO A ESCUELAS DE LA REGIÓN Y SANTA FE QUIENES NOS VISITARON Y COMPARTIERON LAS ACTIVIDADES Y CHARLAS QUE SE LLEVARON A CABO. VOLVIMOS A UBICAR A SAN JERÓNIMO DEL SAUCE EN EL LUGAR QUE SE MERECE EN MATERIA DE ARTE Y CULTURA”. RÍOS SEÑALÓ ADEMÁS QUE EL MARCO DE PÚBLICO FUE SUPERIOR AL ESPERADO. “MILES DE PERSONAS PASARON A LO LARGO DE TRES DÍAS POR LA PLAZA BRIGADIER ESTANISLAO LÓPEZ. LA PARTE GASTRONÓMICA FUE MUY IMPORTANTE, CON VARIEDADES PARA TODOS LOS GUSTOS. LAS CHARLAS Y CONFERENCIAS QUE SE BRINDARON POSIBILITARON A MUCHA GENTE CONOCER AÚN MÁS SOBRE ESTE TEMA, EL MOVIMIENTO DE GENTE FUE IMPRESIONANTE”, COMENTÓ EL JEFE COMUNAL QUIEN ADEMÁS DESTACÓ EL PASO DE GRUPOS MUSICALES, CUERPOS DE BAILE Y ARTISTAS POR EL ESCENARIO MAYOR DE LA BIENAL.
“ESCUELAS DE DANZAS LOCALES Y DE LA REGIÓN, SUMADO A CUERPOS DE BAILE Y ARTISTAS DE DIFERENTES LOCALIDADES LE DIERON UN MARCO MAGNÍFICO AL EVENTO. LAS OBRAS QUE DEJARON LOS SEIS ESCULTORES FUERON DE UN MÁXIMO NIVEL, Y DESDE HOY SON PARTE DEL PATRIMONIO DE TODOS LOS SAUCEROS”.
A LO LARGO DE LA BIENAL INTERNACIONAL DE ESCULTURAS LOS MILES DE VECINOS QUE SE ACERCARON A LA LOCALIDAD DISFRUTARON DEL PASEO DE ESCULTURAS QUE LOS SEIS PARTICIPANTES DEL EVENTO LLEVARON PARA MOSTRAR SU ARTE.
“VIMOS DURANTE TRES DÍAS UN INTENSO TRABAJO, UN ENSAMBLE DE PIEZAS POR PARTE DE ESCULTORES MUY INTERESANTES QUE SE TRADUJO EN UNA OBRA ESPECTACULAR PARA LA COMUNIDAD. PARA EL PUEBLO ES UN VALOR MUY SIGNIFICATIVO”.