De La Rioja al mundo

En el marco del ciclo palabras sin tiempo que se desarrolla bajo el auspicio de la secretaría de culturas, el director, guionista y realizador Fernando Bermúdez se sumó al homenaje a Carmen Celia Agüero Vera de Barrionuevo. El éxito de «El Bumbún» y la particular relación entre el cineasta y la escritora.

«Es precioso saber que toda esa obra hoy es nuestra. Siempre digo que una palabra escrita, que una imagen deja de ser de quien la escribe o quien la filma para ser de quien quiera leerla, de quien quiera verla. Eso para mí como realizador es muy importante.

Voy a estar eternamente agradecido con Quinca (Agüero Vera) porque fue quien me dio la posibilidad, en ese momento siendo estudiante de cine, confió en mí para llevar su obra al cine», afirma Fernando Bermúdez cuando se le pregunta por «El Bumbún»,  aquel cuento de la escritora riojana que llevó al cine y que no sólo se convirtió en el primer largometraje riojano, sino que también supo cosechar amplio reconocimiento a nivel nacional e internacional. 

«Yo estaba escribiendo un guión sobre otra historia y al ver esta obra de teatro basada en el cuento ‘El Bumbun’ quedé impactado; primero por el trabajo de Manuel Chiesa y segundo por la historia. Me puse a investigar y me encontré con que Manuel había adaptado el cuento de Carmen, y me encuentro con que Carmen vivía en Córdoba. Fue así como la fui a ver, la llamé un día, nos juntamos y ella confió en mí, en un estudiante para llevar su obra al cine. Estaba muy contenta, muy entusiasmada con que esta historia trascienda hacia otro género, al género cinematográfico, y con todo lo que eso significaba para mí porque yo a esa historia tenía que hacerle una adaptación al cine que es totalmente diferente a lo que uno se cree. Los que tuvieron la posibilidad de leer el cuento y ven la película se encuentran con que son dos cosas completamente distintas. La literatura deja mucho para que nuestras mentes disfruten y se muevan en un espacio que no es lo mismo que en el cine. El cine es imagen, es encuadre y ahí es donde uno va contando la historia».  

De esa Manera, Bermúdez va dando señales sobre lo que significó aquel trabajo en lo personal. «Fue un desafío muy lindo para mí poder adaptar ese cuento, un cuento corto dentro de este libro maravilloso que es ‘Quiero decir a mi gente’, poder escribir un guión que en ese momento era de 120 páginas, pero que luego por cuestiones de producción tuve que desechar casi cuarenta páginas. Eso es culpa del productor que me dijo ‘no hay dinero’, tenés que sacarle escenas, esas cosas que tiene el cine (risas), que son también un desafío porque a 15 días del rodaje me dijo ‘tenés cuatro semanas para filmar, no sé cómo vas a hacer, tenés que sacar algunas escenas’. Son lindos desafíos que uno se va encontrando en esta profesión».

¿CÓMO FUE ESE PRIMER ENCUENTRO CON QUINCA, QUÉ RECORDÁS DE ESE DÍA EN PARTICULAR?

Vivíamos cerca, a unas diez cuadras en Córdoba. Encontrarme con la autora del cuento me puso muy nervioso ese día. El hecho de quererle contar lo que yo quería hacer; yo decía ‘a esta historia la quiero filmar si o si’. Dejé otro guión en puerta para seguir trabajando cuando Carmen me autorizó a hacerlo. Me encontré con una mujer tan amable, tan sonriente, feliz, tan contenta. Fue tan lindo ese encuentro, porque más allá del guión de la historia charlamos de muchas cosas: de La Rioja, de recordar cosas de nuestra provincia; fue un encuentro hermoso en el que hablamos de tantos temas y más allá de esta posibilidad de llevar su cuento al cine. Con Quinca empezamos a hablar y a soñar juntos lo que podría llegar a ser esta película, en su bondad de darme la libertad para trabajar sin saber lo que yo podía hacer. Hoy me siento orgulloso y creo que puedo decir que le he cumplido; me duele mucho que no haya podido ver este trabajo terminado, pero justamente antenoche estuve hablando con Coquita, una de sus hijas y recordamos lo que fue Quinca y ella me decía lo contenta que estuvo toda la familia. Eso me deja tranquilo y orgulloso de decir que di un paso importante y que estoy agradecido. Insisto en la bondad de Quinca sobre todo.

¿DÓNDE PRESENTASTE «EL BUMBÚN» POR PRIMERA VEZ?

Cuando la tuve terminada empezamos a enviarla a distintos festivales por el mundo y tuvimos la suerte de que quedó en el festival de Málaga, en la sección Latinoamericana. Ese año ganó en competencia «La mala educación», una película cubana bellísima. Fue el primer festival al que fuimos y fue muy movilizador para mí porque era tener la posibilidad de llevar mi trabajo hacia otros países. Siempre mi idea del cine fue esa: yo no quería hacer cine para que lo veamos solo los riojanos, sino llevar nuestra idiosincrasia, nuestra forma de ser, el ser riojano, que trascienda los límites de nuestra provincia. El festival de Málaga fue el primer festival que me dio esa oportunidad de llevar a La Rioja hacia el mundo, con un plus en ese festival, que fue que en España estaba viviendo una de las nietas de Quinca y estuvo presente en ese primer estreno. Tuvimos una charla que a mí me emocionó mucho porque creo que estaba representada Quinca en este primer estreno. Luego vino el estreno en las salas comerciales de Argentina. Primero se hizo una presentación en la sala del Teatro Provincial, en el marco del ciclo ImageneSociales a sala llena; fue muy lindo porque pudieron venir los actores y estuvo presente la mayoría en ese estreno oficial de la película. Fue muy duro poder entrar en el circuito comercial, porque estrenar una película argentina y más de La Rioja es muy difícil, pero lo logramos. La historia lo logró, fue lo que la impulsó a que se pueda ver en salas comerciales. Después estuvo en un festival de Moscú, en San Sebastián, en el Festival de los Derechos Humanos, en Bélgica, en Montreal, en Ecuador ganó Mejor Guión, en Divercine ganó Mejor Película Argentina; tuvo un paseo por muchos y diferentes festivales que como realizador, director y como papá de esta historia, de este proyecto me siento muy orgulloso.   

¿CUÁNTO TIEMPO LLEVÓ LOGRAR ESTA PELÍCULA, CUÁNTO TIEMPO DE TU VIDA SIGNIFICÓ EL PODER LLEVARLA AL CINE?

Te diría que fueron cuatro hijos los que pasaron (risas). Hablando dentro de todo este contexto de la literatura, en este marco, lo importante fue el trabajo que se hizo con el guión, que tiene nueve versiones. Hice cuatro versiones solo, no estaba conforme, sentía que le faltaban cosas y ahí fue que contraté a dos guionistas de Buenos Aires y comenzamos a trabajar y después casi en esa novena versión quedó la versión final de la historia. No me considero perfeccionista, pero con el guión soy muy -perdón la palabra- jodido, si bien después puedo trabajar en rodaje, donde uno improvisa o salen cuestiones que pueden cambiar un poco las cosas. El trabajo que más me costó era poder entender al personaje, quería estar muy sobre el personaje, porque es muy rico, en todo sentido. Horas de psicoanálisis que correspondían a mi persona las empleaba para hablar del personaje; no quería meter la pata. Hoy este personaje ha madurado en este tiempo, me piden la película porque se habla de violencia de género, de patriarcado, de machismo y esa búsqueda de identidad del personaje. Necesitaba saber qué sentía ese personaje. Era para mí fundamental el trabajo del personaje y creo que es una de las cosas que más logradas están.

¿CÓMO FUE ESO DE TRABAJAR CON GUIONSTAS DE BUENOS AIRES?

Al principio, cuando les doy las primeras versiones y ellos empezaron a escribir, veía que no me gustaba y ellos me preguntaban qué quería, hasta que entendí que el problema estaba en que estos guionistas no conocían La Rioja, el monte, las cabras, los ranchos; estaban escribiendo sobre algo que desconocían. Entonces cambiamos la forma de escribir: empecé a escribir yo y ellos corregían únicamente lo que tenía que ver con la estructura, esa cuestión de avance, esa cuestión del personaje si funcionaba o no, entonces yo ahí me sentí más cómodo. Eso fue lo que cambió y nos permitió cerrar el guión como debía ser, o por lo menos a mi gusto. Si vamos a la realidad de la historia, del personaje real, está dentro de los años ’50, ’60 y yo lo llevo al ’76, en plena dictadura porque me parecía una metáfora de lo que estaba pasando en ese momento en Argentina, esa pérdida de identidad. Fui buscando, lo llevé a ese contexto porque me parecía que era lo que mejor podía funcionar y emplear a ese personaje como esa Argentina que estaba viviendo en ese momento.

A PROPÓSITO DE LAS LECTURAS, ¿HUBO LECTURAS DE OTROS AUTORES RIOJANOS QUE HAYAN INFLUENCIADO O SE HAYAN METIDO DE ALGUNA FORMA EN «EL BUMBÚN»?

Totalmente. El primer autor riojano que leo es David Gatica. Leer ‘Los fundadores del olvido’ fue para mí un antes y un después en lo que yo quería hacer con el cine. Era un estudiante y en la escuela de cine uno ve el impresionismo alemán, el cine italiano de la década del ’50, del ’60, el cine negro yanqui y uno va buscando cuál es su lugar en eso que va viendo y no encontraba yo qué historias quería contar. Un día estábamos haciendo un documental con Dionisio, y el tenía una biblioteca maravillosa, como pocas, con mucha literatura. Estuvimos diez días con él para entrar en confianza, que es lo que uno hace en los documentales para luego prender la cámara. Allí estaba ‘Los fundadores del olvido’, me puse a leerlo y dije: ‘esto es lo que quiero hacer, quiero hacer Gatica’. Ahí me di cuenta para dónde iba lo mío, qué historias quería contar y en eso aparece ‘El Bumbun’.

¿QUÉ SENTÍS HOY SOBRE ESOS TEMAS QUE TOCA LA PELÍCULA Y QUE SE HAN CONVERTIDO EN CENTRALES, CÓMO TE PARÁS FRENTE A ESO?

La película maduró en el sentido que fue estrenada en 2014 y hoy estos temas se han convertido en cabecera y como lucha. Me siento muy contento porque a la película en sí le está yendo muy bien hoy porque sirve para tocar estos temas desde una cantidad de lugares que permiten poner sobre la mesa estos temas. Yo la hice y ahora es de quien quiera verla, de quien quiera usarla. Uso este medio para transportar, para que mis ideas fluyan y que los temas se hablen.          

SOBRE FERNANDO BERMÚDEZ 

Director, guionista, realizador. Egresado del Departamento de Cine y TV de la Escuela de Arte de la Universidad Nacional de Córdoba. Posee formación cinematográfica en Escuela Superior Alemana Instituto Goethe de Córdoba. Estudio Teoría y Práctica del Montaje Cinematográfico en Cuba. Fue Meritorio de Cámara Video en la película «La maestra normal». Guionista y director de cortometrajes como «El pescador pescado», galardonada como mejor video del interior. En 2006 fue coordinador del largometraje documental «Chaya amistad de harina y albahaca». En 2014 estrenó «El Bumbún».

EL BUMBÚN – FICHA TÉCNICA

EL BUMBÚN (2014)

Drama

Película

DIRECTOR: Fernando Bermúdez

VARIOS: Luis Ziembrowski, Laura Garcia

PROTAGONISTAS: Daniel Valenzuela, Silvina Paez, Hugo Casas, Laura Ortiz

DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Diego Arroyo, Isabel Riberi

MÚSICA: Juan Belvis, Victor Carrion

PRODUCTOR: Fernando Bermudez, Sergio Gonzalez

VARIOS: Sergio Gonzalez, Marilina Fabbro, Maroco Colman

ASISTENTE DE DIRECCIÓN: José García

SONIDO: Hernan Conen

GUIÓN: Fernando Bermúdez, Leticia Castro, Marcelo Wainstein

MONTAJE: Andres Tambornino, Elsa Fernandez Van Trier

CASA PRODUCTORA: Fernando Bermudez – Coyoyo cine

VESTUARIO: Laura Lencina

(La presente nota fue publicada en el suplemento 1591 Cultura+Espectáculos de diario NUEVA RIOJA)

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