El escritor Alberto Manguel donó su biblioteca de 40.000 ejemplares a la ciudad de Lisboa

La donación se realizará el próximo sábado en la Feria del Libro de Lisboa, y todo el material será guardado alojado en un palacio neoclásico.

El escritor Alberto Manguel dispone de una biblioteca integrada por 40.000 volúmenes que permanecían alojados en un depósito en Montreal -donde residió durante varios años- y tras recibir ofrecimientos de distintos países para atesorar la colección decidió donarla a Portugal a partir de una propuesta del alcalde de Lisboa, que le ofreció crear el Centro para el Estudio de la Historia de la Lectura y alojar el material en un palacio neoclásico.

La ceremonia que oficializa la donación de la colección de libros del autor de «Una historia de la lectura» tendrá lugar el sábado próximo en la Feria del Libro de Lisboa, donde se firmará el protocolo entre el escritor y el alcalde de esa ciudad, Fernando Medina.

La colección de Manguel incluye obras de literatura y no ficción en las áreas de las artes y las humanidades que será «desembalada» para formar parte del futuro Centro para el Estudio de la Historia de la Lectura, que funcionará en el Palacio de los Marqueses de Pombal, en la Rua das Janelas Verdes, cerca del «Museu Nacional de Arte Antiga».

Entre los miembros del Consejo de Honor del futuro espacio estarán los escritores como Olga Tokarczuk (Premio Nobel de Literatura 2018), Salman RushdieMargaret Atwood, el músico y escritor brasileño Chico Buarque y el poeta y el cardenal portugués Tolentino de Mendonça, actualmente archivero y bibliotecario de Vaticano.

«Una biblioteca es una autobiografía de muchas capas»
Nacido en 1948 en Buenos Aires, hijo de diplomático, Manguel creció en Israel y Argentina, lo que le hizo vivir una infancia solitaria, cuyo refugio eran los libros.

En una obra publicada en portugués en septiembre de 2019, ‘Monstros fabulosos’, el escritor recupera los personajes imaginarios que conoció en sus lecturas de infancia y recuerda que pasó su infancia viajando de casa en casa, y que las habitaciones en las que dormía cambiaban constantemente, siendo los libros sus referentes donde encontraba consuelo y seguridad.

Autor de una vasta obra, que incluye «Una historia de la lectura» (1996),»La biblioteca de noche» (2005) y «El legado de Homero» (2007), Manguel entre 2016 y 2018 fue director de la Biblioteca Nacional de Argentina, cargo que anteriormente había ocupado Jorge Luis Borges.

El donante de la biblioteca recuerda en su libro «Con Borges» (2004) que conoció al autor de «Ficciones» a los 16 años cuando trabajaba en la librería anglo-alemana de Buenos Aires: «Pygmalion». En esos encuentros Manguel se convirtió en lector durante cuatro años de 1964 a 1968 del escritor ciego.

Publicó 14 antologías de cuentos y recibió, entre otros, el Premio Formentor en 2017 por su obra «Mientras embalo mi biblioteca», en la que describe la dolorosa tarea de desmantelar la colección que ahora es donada. En esta novela autorreferencial, el bibliófilo escribe una especie de «obituario conmovedor para una biblioteca», en la que narra la maniobra «melancólica» de poner en cajas sus libros, que estaban en un antiguo presbiterio de Francia.

A principios de siglo, Manguel había instalado su inmensa biblioteca en un antiguo presbiterio de piedra al sur del Valle del Loira y sentía que había encontrado un hogar para él y sus libros. Pero la vida lo desdijo y su biblioteca está ahora guardada en cajas en un depósito en Canadá.

En este libro (que contiene «diez digresiones»), el escritor reivindica la biblioteca que sigue existiendo en la mente del lector, el poder de la palabra y los juegos de asociaciones y recuerdos que los libros, aun encerrados, producen. «Una biblioteca, dice Manguel, es una autobiografía de muchas capas».

Ahora, la biblioteca ha encontrado un nuevo hogar, en Lisboa, y un nuevo destino, el de poder servir a todos, cumpliendo un deseo del escritor, que siempre luchó por el fomento de la lectura, en una sociedad marcada por el consumismo, por la falta de una ética y una evolución tecnológica que quitó la importancia de los libros, dando lugar a una apreciación de lo «rápido y fácil», como se afirma.

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