De entrecasa, pero a corazón abierto y con la misma energía de siempre, Miguel Díaz Saldaño ya se apresta a estrenar Ficción Riojana Virtual, un espectáculo que no sólo hace frente a la pandemia y al aislamiento, sino que también apuesta a la empatía con la que alrededor de 80 personas se sumaron para ser parte de esta propuesta humorística que tiene a la cuarentena como eje de situaciones cotidianas.
Sereno, calmado, tranquilo. En paz consigo mismo. Así se lo siente (y se lo escucha) a Miguel Díaz Saldaño del otro lado del teléfono, al inicio mismo de una videollamada que se prolongará por casi una hora y atravesará diferentes temáticas. A corazón abierto, que es la única manera en que sabe hacerlo. Alcanzado también por la cuarentena y el aislamiento, el director teatral y actor se muestra de entrecasa, tal y como es, en definitiva, en lo cotidiano, más allá de cualquier puesta en escena en la que las transformaciones lo llevan a encarnar tantos y tantos personajes.
No hay, ahora, ni maquillajes ni vestimentas. Sólo el creador incansable y sensible que es, además, el ser humano que convive a diario con sus virtudes y defectos, con sus aciertos y sus errores, con sus aprendizajes y sus búsquedas constantes en el escenario más trascendental: el de la vida. Reflexivo y pensante, Saldaño sorprende desde el inicio mismo de la charla al afirmar -a diferencia de lo que muchos sostienen-: «me gusta la cuarentena. Me gusta poder estar en mi casa, me sirve para estar mucho más con mi familia; no me ha costado, no lo he sufrido. Extraño el teatro, la radio, pero sé que esto tiene un final. Me gusta mucho mi casa, tiene una cuestión espiritual con mi abuela, con mi infancia, hay cosas afectivas aquí dentro que me hacen sentir tranquilo, es como un refugio». Esa primera definición da cuenta del proceso por el que viene atravesando y que comenzó allá por el mes de enero, cuando inició una «renovación» desde si individualidad. «Me pasaron cosas muy dolorosas en diciembre y he llorado mucho; situaciones diferentes, con diferentes personas. El fallecimiento de Homero (Coronel Montes) fue muy fuerte, porque trabajé con él. Sin embargo, intentaba mantenerme fuerte, aún cuando estaba muy dolorido por dentro; tenía muchos compromisos con mis alumnos por ejemplo, estaba cerrando el año, la radio y demás. Todo eso provocó una crisis y en esa crisis aparecieron un montón de cosas que no tenía sanadas de mi pesado», cuenta. Pero, como bien lo sabe desde su interminable capacidad de reconstrucción, toda crisis es también una oportunidad. Y fue así como la pandemia lo encontró no sólo rearmando su estructura a nivel personal, sino también produciendo una alternativa que le permita seguir llevando la mayor pasión de su vida, el teatro, a su amado público.
Ficción Riojana Virtual se estrenará el próximo miércoles 13 de mayo a través de la red social Facebook, y contará con la participación de alrededor de 80 personas entre actores, actrices, conductores y animadores. Por esta masiva convocatoria, Saldaño afirma sentirse «gratamente sorprendido» y espera poder llevar a la gente una propuesta humorística que permita sobrellevar la cuarentena y que lo tiene ocupado en la escritura de libretos. «Quiero que podamos mostrar situaciones de personajes, de familias, de relaciones humanas en esta cuarentena, aunque sin tocar temas de salud, sino la situación humana que genera esta instancia particular. En lo personal no me gusta estar sobrepasado de información, por eso decidí alejarme de la información, me hace mal. Una mala noticia no me gusta saberla. Me hace muy mal, me afecta mi corazón y mi cabeza. Y yo trato de sanarme mentalmente, porque debo cuidar mi salud y mi estrés se genera a veces por cansancio, y otras veces por emociones tristes», explica.
De allí que busque pararse siempre en una vereda diferente, en la que construir con el otro sea la mejor alternativa. Desde la «empatía», palabra que emplea en varias ocasiones, siempre desde una mirada social que se refleja siempre en todas y cada una de sus obras teatrales. Previo a la cuarentena, cuenta «estaba ensayando un espectáculo por el Mes de la Mujer con más de 50 personas. Se llama Estas mujeres; veníamos ensayando desde febrero con gente que por primera vez iba a estar en un escenario. Por eso considero que esa emoción no puede quedar trunca y que una vez que esto termine vamos a hacerlo. Hubo mucho ensayo; pienso en todo eso y no me parece justo que quede en la nada». Esa generosidad con el otro, con el que nunca pisó un escenario, es algo que lo caracteriza. Y es desde ese lugar, precisamente, que planifica su tarea, pensando fundamentalmente en sentirse reconfortado con la felicidad del otro.
«Siempre se suma la gente; empiezan a consultar por las redes. Entiendo que es como un deseo de ser feliz o encontrar un poco de felicidad en algún lado, en este caso en un escenario, y eso es lo que me motiva. Entonces siento que si lo puedo generar, es ahí donde se produce la magia de sumar gente nueva. Pienso en la felicidad en sus rostros. Los años me han hecho poder abrir el corazón de la gente; eso les cambia el ánimo y a mí me inyecta una cosa muy linda que es inexplicable. El arte que yo hago es un arte comunitario, social. No es para mí, ni por mí. A mis alumnos les cuento que se trata de un arte diferente. Partiendo de la base que no se puede ensayar solo, que hace falta un director, y así ya somos dos. Es inevitable que el teatro sea social». El concepto que maneja es claro. Y en Saldaño, es una de esas convicciones a las que considera irrenunciables. Es, a todas luces, un estilo de vida que va incluso mucho más allá del teatro. Tiene que ver con su esencia. Con esa esencia con la que interactúa a diario y, aún más, a lo largo de este tiempo de aislamiento obligatorio e inesperado.
«La primera parte de la cuarentena me dediqué a mí. Hubo como diferentes etapas: primero fue el impacto, el no poder reaccionar, luego bajar un cambio y comenzar a reflexionar. Hay cosas para mejorar, siempre; cosas que me dejaron de doler, cosas que hay que dejar que sigan su curso natural. Hay que poner el corazón en lo que uno hace, en lo que uno piensa y los demás son los demás y cada uno es como es, con su vida, con su historia por detrás que los hace actuar en consecuencia. La gente actúa por su historia detrás. Me han dolido cosas, pero no porque el otro sea malo, sino porque le nace de esa forma, porque no tiene otra forma de hacerlo. Es su esencia. Eso lo comencé a comprender, como una manera de justificar, quizá. Esta situación me hace crecer mucho como persona, como ser humano, como hermano, como tío. Me gusta mucho este momento», afirma a corazón abierto -una vez más- y sin temor a equivocaciones.
Y desde ese lugar que le otorga seguridad en cada uno de sus pasos, logra reconocer y asumir la parte que le toca en su rol de hacedor, de constructor, de creador de obras que cumplen varias funciones, entre ellas, aglutinar a mucha gente que le dice que «sí», prácticamente sin pensarlo. «Este proyecto de Ficción Riojana Virtual me ha generado un impacto; Una caricia del teatro. Siempre pensé que muchos no me querían, o que me despreciaban. Siempre pensé que mis colegas me miraban de reojo; quizás estaban esperando mi llamado. Pero las respuestas que recibí me han generado una sensación de que estaban ahí dispuestos y yo no lo sabía, o creo que no lo imaginaba. Muchos de ellos nunca fueron a verme. No les debe gustar lo que yo hago, pensaba. Pensé que por eso me iban a decir que no, porque pensaba que no les gustaba mi estilo de teatro, que es más popular. pero yo estoy convencido que lo importante es la unión. Hay que hacer y dejar hacer, aunque sé que aquí al que más hace es al que más se lo critica».
Sobre esas críticas, precisamente, Saldaño viene trabajando con intensidad para atenuar los impactos. «Me parece que a veces tiene que ver con lo que uno genera; pero una cosa es generarlo naturalmente y otra cosa es hacer algo para molestar a alguien. Me hace sentir bien la gente que alienta a quienes hacen. Si a mí no se me ocurrió, está bueno que a alguien más se le haya ocurrido», sostiene desde su espacio, donde piensa en qué debería cambiarnos esta situación de pandemia en la que todos nos descubrimos mucho más vulnerables de lo que creíamos ser.
«No siento que hayamos cambiado en algunas cosas, aunque es una buena oportunidad para modificar muchas cosas. No mucha gente lo está aprovechando. Están muchos enfrascados en el individualismo, en el materialismo, seguimos con las agresiones, las divisiones, pensando en qué hace mal el otro en lugar de ver qué puedo hacer bien yo, qué puedo aportar. Esto debería servirnos para eso, para cambiar; personalmente lo puedo vivir en todas las relaciones, en el círculo en que me muevo, este individualismo, este egoísmo, este materialismo que a mí me aturde y me molesta, me fastidia. Son las cosas que me sacan, pero no puedo hacer nada más que tragar y seguir. Creo que a eso no lo voy a poder cambiar con mi opinión; veo que la gente se expresa mucho, discute, critica, pero no cambia en nada, sigue todo igual. Y eso hace mal. Por eso siento que debo cambiar yo, y que el mundo siga. Yo sí voy a cambiar, pero firme en mis convicciones de lo que quiero ser como persona».
Lo dicho anteriormente: Ficción Riojana Virtual dará comienzo el próximo miércoles 13 de mayo y se podrá ver a través de la red social Facebook. El 13 es un buen número para Saldaño, según el mismo afirma y reconoce, lejos de toda superstición. No lo asiste el azar, claro está, sino una voluntad de trabajo y una originalidad inclaudicable, a lo que suma amor y pasión por el teatro que le permiten superar todo tipo de especulaciones o sortilegios. Después de todo, pandemia, cuarentena y aislamiento mediante, Saldaño sabe, mejor que nadie, que el show debe continuar.
EN PALABRAS
SALDAÑO X SALDAÑO
AISLAMIENTO
Los ensayos extraño, más que el escenario, por decirte el lugar, porque el escenario no siempre es el teatro. Extraño sobre todo al público infantil; me gusta mucho el público infantil, me genera una energía muy sanadora para mí. Extraño hacerlos reír en los merenderos, por ejemplo. Pero creo que esto nos sirve, hacía falta que tengamos este momento de ausencias para que aprendamos a valorar las presencias.
RESIGNIFICACIÓN
He aprendido por sobre todas las cosas a quereme más, a mirarme más hacia adentro y a través de esa mirada hay una valoración. Miro y me retiro, no me quedo a admirar porque se podría transformar en ego o vanidad que es algo que no me gusta. Me siento importante, me siento una persona que construye, positiva, generadora, generoso también, pero siento que eso es lo que debo ser. Es lo natural que deberíamos ser todos.
PREOCUPACIÓN
Me preocupa la falta de consciencia, el desinterés, el seguir pensando en qué criticar al otro, la desunión, la no empatía. Me duele que la gente no pueda entender al otro; la gente que se preocupa porque no puede salir a bailar o a tomar una cerveza, cuando hay niños en los merenderos que no tienen para comer. Me ha pasado de sentir angustia por no poder moverme de casa para llevarles alimentos.
APRENDER A SOLTAR
Me gusta hacer terapia, me ayudó a encontrar de dónde venía todo lo que no sanaba. Fue un encuentro conmigo mismo, aprender a quererme, a valorarme. Estoy renovado desde enero. Tire las lágrimas al mar. A veces suena duro que lo diga, pero puedo vivir perfectamente sin las demás personas y las demás personas pueden vivir perfectamente sin mí. Antes pensaba que sin un amigo no podía vivir. Aprendí a soltar.
EN EL LUGAR DEL OTRO
El mensaje que daría es que la gente se quiera más y que quieran más al otro; que haya más empatía. Todos critican, pero hay que ponerse en el lugar del otro. Hay que dialogar mucho, tratar de entender al otro. Con honestidad, con sinseridad, con respeto. Necesitamos de un diálogo tranquilo. Tenemos que recuperar la capacidad de diálogo y de pensar en el otro.
(La presente entrevista fue publicada en el suplemento 1592 Cultura + Espectáculos de diario NUEVA RIOJA)