En el arte de la convivencia. Así nace la ópera prima de Camila Iacono, una joven abogada que abre paso a su ser literario para darle vida a una historia que ancla en el Siglo XVIII, pero que invita a reflexionar en el traspaso hacia la realidad de nuestros días, dándole a los sueños el valor de lo superlativo, ese espacio en el que se construye lo que, en definitiva, somos.
Entre la abogacía y la literatura. Entre la realidad y los sueños que se vuelven reales. Entre el amor, el romanticismo y la búsqueda constante de esa manera de expresarlo en los renglones en blanco de un fragmento de aire que se vuelve suspiro porque ella lo nombra. Lo nombra y le da forma, lo corporiza. Entre las páginas de un libro ya escrito y las páginas de un libro por escribir. Entre las mil historias que abrazan lo vívido de su experiencia que se vuelve sonrisa y la pluma que traza las líneas de otro tiempo que, sin embargo, discurre en este sus modos de vida. Entre su ser y su otro ser, en convivencia perfecta.
Así es como Camila Iacono trasunta lo cotidiano de sus días, dejando atrás, precisamente, todo lo que pueda resultar cotidiano para zambullirse en esos universos en los que la pasión por las palabras la llevan a construir el mundo de Faustine. Entre la precisión de las descripciones y los detalles que ambientan su historia en pleno corazón del siglo XVIII en Francia, envuelto en esa época de arraigadas connotaciones morales y sociales, pero logrando unir, al mismo tiempo y con destreza, lo importante del pasado y del presente, mediante la concepción de una extraordinaria óptica de lo atemporal que asiste a la lealtad, el compromiso y la fuerza irrefutable del amor.
«Faustine, cambios de otoño» es la ópera prima de la joven y talentosa Camila Iacono que, con sus apenas 27 años, ya cuenta en su historial como abogada penalista con el antecedente no menor de haber llevado adelante la denuncia por delitos de lesa humanidad y genocidio contra el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por las políticas que adoptó frente a la pandemia y, en simultáneo, comenzar a desandar un camino literario que la acompaña desde que era muy pequeña. Y es que fue durante la pandemia, precisamente, que le dio forma a su primera novela, poniendo así en evidencia una nueva y desconocida (aunque no para ella) faceta en su carrera profesional que ya la llevó a lanzar la segunda edición en la última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, mientras termina «Faustine, la marquesa de las perlas», la segunda parte de esta apasionante historia.
Y en ese trayecto, se hace un espacio también para abrir las puertas de su universo a 1591 Cultura+Espectáculos, desde la generosidad de su palabra y de su tiempo, para compartir así su alegría y satisfacción por el reconocimiento hacia su tarea. «Estoy muy contenta; al libro lo había sacado antes y esta es una nueva edición. Ahora es como que tuvo más impacto, no sé si es porque todos salieron más a la calle, o porque este tiempo que hubo de pandemia la gente de la literatura la pudo apreciar un poco más, pero siento que ahora impactó mejor y ya está por salir la segunda parte» cuenta y, desde ese lugar en el que sus ideas parecen ondularse entre su cabellera y el meditar de cada una de sus palabras, inaugura un diálogo que fluye con la misma claridad de sus sueños, iluminando su mirada que ya se transporta hacia otros escenarios.
IMAGINO QUE ESTÁS VIVIENDO UN CÚMULO DE SENSACIONES QUE SE VAN MEZCLANDO…¿CÓMO FUE QUE SE DIO ESTE CAMINO ENTRE LA ABOGACÍA Y LA LITERATURA, QUE VOS DECÍS QUE SON LAS DOS CARAS DE TU MONEDA? ¿CÓMO LLEGÁS A UNA Y A OTRA? ¿CÓMO SE VAN COMBINANDO
Cuando tengo que describir eso, lo describo como que el Derecho es mi vocación, pero la Literatura es mi pasión. Desde chica que me gusta leer; me lo inculcó mucho mi mamá, mi abuela que era profesora de Literatura y es como que leer y escribir siempre fue mi cable a tierra. Era una de esas nenas que tenían su diario íntimo, que en el recreo les gustaba intercambiar figuritas, que leía el conde de Montecristo. Siempre fui muy distinta con eso, y cuando tuve que elegir una profesión, no es que no haya considerado la Literatura, claro que la consideré, pero es muy difícil, porque el arte hoy en día es difícil de desarrollar como profesión troncal, entonces me fui por el otro lado de mi vocación, que en parte tengo herencia, porque mi mamá es abogada, mi tía es abogada, mis primos, entonces es como que lo enfoqué por ese lado y la verdad que me encanta el Derecho y me gusta mucho la parte penal. Muchos dirían ‘¡¿wow literatura romántica y vamos a lo penal?!’ (risas). Siempre, en mis ratos libres o cuando estoy muy estresada, lo que me baja a la tierra es leer o escribir y si no hubiera sido por la pandemia realmente yo creo que nunca me hubiese animado a publicar, no por miedo o por no tener condiciones, sino porque es muy difícil encontrar el tiempo. La pandemia me lo dio y desde ese momento un rato libre es para escribir; en vez de ver una serie de Netflix, escribo. Está buen, es como un desafío, pero está bueno.
¿CÓMO FUE TOMAR ESA DECISIÓN DE PASAR DE LO QUE SE ESCRIBE PARA UNO, EN ESOS TIEMPOS EN LOS QUE PUEDE, A ESCRIBIR Y PUBLICAR PARA OTROS?
Acá tengo que nombrar a alguien, porque hubo una persona, dos personas en realidad que me empujaron mucho. Una es mi socio, que se llama Pedro, él estaba conmigo y yo le mostraba lo que escribía. El me preguntaba ‘qué estás haciendo en pandemia’ y yo le decía ‘estoy escribiendo una historia romántica, porque tuve un sueño y lo escribí’ y él me decía ‘Camila, publicalo, tenés el don, publicalo’. Y también tengo que nombrar a un profe amigo que me decía ‘Camila por favor, sabés un montón hacelo’. Entonces dije, ‘¿por qué no?’ Hice un contrato chico, para probar, y la verdad que es como la gente cuando se hace un tatuaje, aunque yo nunca me hice uno, que dicen que es un viaje de ida. Acá creo que fue así.
¿INTERNAMENTE FUE UNA PELEA GRANDE, O TE CONVENCISTE RÁPIDO DE INICIAR ESE VIAJE DE PUBLICAR?
El decidirme a publicar no me costó mucho, Tenía inseguridades, pero no me costó mucho.
¿Y CÓMO SE LLEVAN LA ABOGADA PENALISTA QUE, POR EJEMPLO, ACCIONÓ CONTRA EL GOBIERNO DE TRUMP, CUESTIÓN QUE SEGURAMENTE TE HABRÁ DADO VISIBILIDAD, Y TU OTRA FACETA, LA DE ESCRITORA, QUE TAMBIÉN TE DA VISIBILIDAD?
En realidad, no chocan mucho. Lo que yo escribo es romance y habla de una chica que es una heroína. Cuando por ejemplo hablan del tema de Donald Trump, podría decir que la palabra que se podría aplicar sería ‘corajuda’, pero la verdad es que no estoy defendiendo a una banda de delincuentes; estoy defendiendo, en realidad, a una persona que perdió a su familia, entonces es como que no choca tanto. Y la visibilidad, la verdad que es decir que me dio excelentes títulos como ‘la abogada penalista que escribe novelas románticas’. Te vuelvo a repetir lo que dije antes: es un desafío la mezcla, pero está genial, es como explotarse a uno mismo de los dos lados, sin perderse nada.
SÉ QUE POR AHÍ HAY ALGUNA FRASE TUYA SOBRE ESCRIBIR LOS SUEÑOS Y QUE ESTOS SE VAN A VOLVER REALIDAD, PERO ¿CÓMO SE GESTÓ FAUSTINE, CÓMO SURGE EL PUNTO DE PARTIDA PARA ESTA NOVELA?
Fue así. Yo tengo sueños muy vívidos desde que soy chica, y tuve uno muy vívido, en un lugar que justamente es uno de los capítulos de Faustine y se me dio por escribirlo. De ahí en más, dije, ‘mirá qué divertido’ y me puse a escribir, y después me puse a buscar un nombre para la chica que veía mis en sueños y justo me apareció la foto de una sobrinita, que es la hija de una amiga, que se llama Faustina y entonces dije: ‘qué lindo Faustina, pero en francés’ y busqué incendios de época y encontré uno en Francia, en 1720 y dije ‘bueno, Francia’ y así fue como lo fui haciendo. Por eso digo: ‘escribe tu sueño que será realidad’. Así nació el libro.
¿POR QUÉ ELEGISTE EL GÉNERO DE LA NOVELA ROMÁNTICA? ¿QUÉ TE ATRAE? SUPONGO QUE TAMBIÉN DEBÉS SER UNA LECTORA DEL GÉNERO…
Bueno, va un poco por ese lado. Mi autora, que yo la tengo como referente, es Florencia Bonelli, que ella hace también género histórico-romántico, y son mis libros favoritos, entonces es como que este género es en el que más me encuentro, pero también me gusta el género de terror, el de misterio. El género romántico no es lo único que leo, pero la verdad es que me encanta. Aparte yo también soy una romántica, por eso es que me siento cómoda en ese ámbito. Igual, el libro no es solo romántico, de esos que uno lo lee y es como que se empalaga, hay de todo, porque en la vida de uno hay romance, pero hay de todo, y a mí me gusta que sea lo más real posible para que la gente cuando lea diga, ‘yo podría haber sido una Faustine’ o ‘yo puedo ser una Faustine’ y eso me encanta.
LA NOMBRASTE A FLORENCIA BONELLI, QUE ES UNA REFERENTE DEL GÉNERO ROMÁNTICO. ELLA EN ALGÚN MOMENTO AFIRMÓ QUE EL ROMÁNTICO HA SIDO UNO DE LOS GÉNEROS MÁS BASTARDEADOS DE LA LITERATURA. ¿CÓMO LO VES VOS A ESO, QUÉ CONCEPTO TENÉS RESPECTO DEL GÉNERO?
Tal vez puede ser que esa referencia tenga que ver con la época en la que ella empezó a escribir, en los ’80, en los ’90, como que muy valorado no estaba el género. Yo no soy muy partidaria de hablar de eso, pero en esa época estaba muy fuerte el tema del machismo y por ahí poner como heroína a una mujer todavía no era tan aceptado. Estoy hablando como si fuese hace cien años, pero no fue hace tanto; uno venía con los arraigos de las familias de inmigrantes. Pero yo creo que hoy no está tan así, hoy a la gente le gusta leer esos libros, les encantan las historias de amor, les encantan los héroes, las heroínas, ver que hay hombres románticos, que hay mujeres fuertes, yo creo que hoy en día eso gusta más. Y creo que ese concepto de que las mujeres son más sumisas o más tranquilitas y que los hombres son brutos ya nos choca, ya no nos gusta tanto, y que el género ha dado un vuelco.
ALGO YA ME COMENTASTE, PERO ¿EN QUÉ OTROS GÉNEROS TE GUSTARÍA INCURSIONAR?
Me gustaría mucho meterme en el género criminal, de misterio, creo que ahí puedo hacer el gancho con mi profesión. Ahora estoy en un proyecto que es para larga data, de escribir un libro con una amiga que es periodista sobre un caso penal que pasó en nuestro estudio y hacerlo novelado, pero primero está terminar Faustine, que es una trilogía.
VOLVIENDO A FAUSTINE, ¿CÓMO HA SIDO TU RELACIÓN CON EL PERSONAJE DE TU LIBRO Y QUE CARACTERÍSTICAS ENCONTRÁS EN ELLA QUE PUEDE ACERCARSE A TU FORMA SE SER?
Bueno, yo a Faustine la amo como si fuera mi hija; por todos lados digo ‘yo soy la mamá de Faustine’. En algunas cuestiones me encuentro muy identificada con ella; esa fue la forma que encontré más fácil para poder escribir, en las acciones que ella iba haciendo, las decisiones que tomaba, es como que me sentía allí, yo me involucro mucho con las historias, no solo con las que escribo, sino también con las que leo. Y bueno, a ver, si bien tiene cosas típicas de la época, tiene también mucho de mí. Pero tampoco me gustaría que cuando uno lea el libro diga ‘es Camila’; no, no es Camila, es Faustine.
LA AMBIENTACIÓN ES COMPLETAMENTE OTRA, EN OTRO SIGLO, ¿QUE TE SEDUJO DEL SIGLO XVIII, CUÁLES SON LAS CUESTIONES QUE TE DESPERTARON EL DESEO DE ESCRIBIR?
Para mí, yo soy una chica que está perdida en el tiempo. El siglo XVII y el siglo XVIII son mis favoritos de la historia y cuando me puse a investigar incendios en un lugar que parecía un pueblo rústico con el que soñé, me encontré con que hubo una Bretaña francesa en 1720 y eso me dio pie para escribir. Además, me dio el enganche para la personalidad de Faustine, porque en esa época fue donde Francia comenzó con todos los cambios culturales y sociales para llegar a la Revolución Francesa. Es difícil porque es otro país, otra cultura, tuve que investigar un montón, buscar fotos de lugares para poder describir, las decoraciones de las casas, las comidas, los tratos entre familiares. Fue súper divertido.
¿Y CUÁL FUE EL MAYOR DESAFÍO EN ESE CONTEXTO?
El trabajo más arduo fue el de corregir. Pero también tuve un desafío muy fuerte, que fue el de pararme en el rol de hombre. Los personajes hombres y sus reacciones me costaban, porque ahí me sale la familia o por ahí digo, bueno, a ver cómo reaccionaría mi papá o cómo reaccionaría mi mejor amigo, o mi suegro, o mi pareja o algo así, y me costaba. Y después corregir cuesta mucho por los estilos de época, la novela de época.
SIN EMBARGO, SEGURAMENTE QUE HAY PARALELISMOS ENTRE LO QUE VIVIMOS AHORA Y LO QUE SE VIVIÓ EN AQUEL MOMENTO…
En todo. La lucha por hacerse un lugar en la sociedad, las peleas familiares, el amor, los problemas de pareja. Esas cosas hoy existen, pasa que antes teníamos por ahí otro decoro, otro lenguaje, o contratos; el honor y esas cosas que hoy no están. Todos somos humanos y si bien hemos evolucionado y cambiado llevamos las mismas cosas, entonces hay muchas cosas de hoy, pero bueno por ahí algunas cosas lo leemos y decimos ‘che, pero hoy en esta época eso es ridículo’, pero en esa época era así, y esa es la belleza que tiene cada época de la historia.
¿QUÉ ESPARÁS O QUÉ TE GUSTARÍA QUE ENCUENTREN LOS LECTORES EN TU NOVELA? ¿QUÉ TE GUSTARÍA QUE VEAN ALLÍ?
Primero que nada, me encantaría que la lean y que digan ‘yo podría ser Faustine’, o como cualquier otro personaje del libro. Me gustaría que me digan eso y también, por otro lado, que vean en ella a una joven excepcional y que debería haber muchas Faustine en la historia. Y seguramente debe haber muchas mujeres así. Me encantaría que ese sea el mensaje. La vida suele ser muy inesperada y uno cuando la va viviendo no se da cuenta y por ahí leyendo una historia puede decir ‘eso también me pasó a mí’.
Y RESPECTO DE TU ESCRITURA, ¿A DÓNDE TE GUSTARÍA LLEGAR? TE GUSTA VIAJAR CON LOS SUEÑOS Y DECÍS QUE LA ESCRITURA ES UN VIAJE DE IDA, ¿HACIA DONDE TE GUSTARÍA IR EN ESE VIAJE?
Si yo tuviese que elegir hoy entre dejar la Abogacía y dedicarme a escribir, yo elijo escribir y creo que el sueño más grande es crecer con esto. Yo pensé que no iba a poder, y ahora que empecé es como que no puedo soltar el acelerador. Entonces si tuviera que poner una meta, la verdad que no tengo un límite. Me gustaría viajar a Europa y que digan ella es la autora de tal, que me digan que hay chicos que están leyendo mi libro y que son felices, no sé; me encantaría poder dedicarme mucho más a esto y no tiene que ver con la fama. La fama, si bien es linda y sirve porque le da el empuje a la obra, no es mi fin, sino que mi fin es que sean conocidas mis historias, incluso cuando yo ya no esté.
¿CÓMO VIVISTE LA EXPERIENCIA, JUSTAMENTE, DE ESTAR EN LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BUENOS AIRES, DE ENTRAR EN CONTACTO CON LA GENTE?
Eso fue espectacular. Ya de por sí entrar a la Feria del Libro y ver en los stands de dos librerías mi libro…se me caían las lágrimas. O cuando me decían ‘esta es tu novela, ¿no me la firmás?’, yo me moría. Una chica vino y me dijo ‘Camila leí tu libro me encantó, me sentí identificada’ y dije: mi trabajo aquí ya está hecho. Fue espectacular para alguien que le gustan los libros y la literatura. El poder estar ahí fue como ir a un parque de diversiones.SOBRE LA TIERRA
La mirada de Camila Iacono ancla en un mundo en el que el romanticismo marca el pulso y el recorrido. Sin embargo, la abogada penalista que escribe novelas románticas, tal como suelen identificarla, no deja de tener los pies sobre la tierra. Más allá del desarrollo que plantea para su literatura, en un género en el que personajes como Faustine vienen a reivindicar infinidad de cuestiones que hemos dejado de lado en estos tiempos, su análisis de la realidad no se aleja, bajo ningún punto de vista, de la consciencia sobre problemáticas que nos afectan a diario y de las cuales formamos parte, muy especialmente en tiempos en los que las luchas quedan envueltas, muchas veces, en una nube de confusión por la vorágine misma de los hechos a los que asistimos. Algo de todo eso, muy seguramente, tiene que ver también con el mensaje que, desde su lugar, quiere transmitir a sus lectores. Hay otro mundo posible y no habita únicamente en sus sueños. Hay otras maneras de hacer las cosas y de encarar el devenir de los días a los que también asiste, plena de reflexión y con espíritu crítico que, por otra parte, da cuenta de una madurez que le otorga, al mismo tiempo, una sabiduría que trasunta hacia las ideas a través de la claridad de la palabra.
TOMÉ UNA FRASE TUYA QUE ME PARECIÓ MUY INTERESANTE: «HOY ATRAVESAMOS MUCHOS CAMBIOS, PERO SE VE VIOLENCIA EN LOS PEDIDOS, POR LO QUE ES BUENO MOSTRAR QUE DEBE HABER MILES DE FAUSTINE EN EL MUNDO». ¿CÓMO ESTÁS VISUALIZANDO JUSTAMENTE ESTE TIEMPO Y CÓMO CREES QUE ENCAJARÍA FAUSTINE EN NUESTRA COMPLEJA REALIDAD?
Mira, yo te voy a hacer cien por ciento honesta. Yo soy muy partidaria de los cambios y me encanta el hecho de que hoy en día no haya diferencias en las profesiones, por ejemplo, entre una mujer y un nombre. Sin embargo, yo creo que somos diferentes en cierta medida, porque eso es lo que nos hace ser dos géneros de una misma especie; no podemos ser iguales, eso no existe, y no importa cuánto lo intentemos. No hay igualdad porque por algo existe el género, y me duele mucho cuando veo violencia a la hora de pedir igualdad, cuando se puede lograr de otra manera la equidad o la justicia a la hora de poder desarrollarse, de que la mujer pueda hacer lo que le gusta, estar con quien quiera, disfrutar a su manera sin tener que violentarse contra el otro. Yo veo cómo a veces se usa a la justicia en forma de venganza, o cosas que son espantosas, pero no quiero ahondar demasiado, porque después pasa que hay odio hacia mi persona.
JUSTAMENTE TE IBA A PREGUNTAR SI NO TENÉS CIERTO TEMOR A ESE TIPO DE REPRESALIAS, QUE ES INCREÍBLE QUE OCURRAN EN ESTOS TIEMPOS, PERO QUE TAMBIÉN QUE OCURREN…
La verdad que sí. También soy mujer, también vivo en el siglo XXI, mi papá es un hombre patriarcal, es italiano, mis abuelos eran así, y sin embargo nunca viví ese tipo de violencia y cuando dije ‘quiero ser profesional’ lo tomaron de otra manera, porque me manejé de otra forma. No quiero decir que todos podemos, pero hay otras formas de hacer las cosas, sin violencia. Cada uno tendrá su forma, hay miles de familias, hay miles de situaciones, también está la educación que es muy débil en un montón de lugares. Yo creo que se puede y Faustine es un ejemplo de eso y más en esa época tan controvertida, tan peleada, que no es tanto como hoy. Hoy hay un montón de libertades que en esa época no había, Y digo ‘bueno, mirá, se puede también’.
ES DECIR QUE FAUSTINE BIEN PODRÍA ADAPTARSE A ESTE TIEMPO…
Si en aquel momento podía caminar, hoy Faustine volaría.
¿QUÉ ROL CUMPLEN PARA VOS LOS SUEÑOS Y DENTRO DE LOS SUEÑOS EL ROMANTICISMO LLEVADO HACIA EL AMOR?
Para mí son re importantes los sueños, son un pilar, es lo que te empuja todos los días. Le doy mucho lugar a lo que sueño porque es muy vívido y a veces yo creo que mi propia cabeza me manda mensajes. Cuando dejamos los sueños de lado, no nos damos cuenta, pero algo nos falta, porque creo que todos los días los sueños son como un motor para decir ‘hoy voy a hacer esto’, ‘hoy me decido a leer o estudiar’. Para mí los sueños son el motor. Y en cuanto al romanticismo, puedo parecer cursi, pero es la belleza más grande que nos regaló la vida a los hombres y a las mujeres, en el hecho de vivir en sociedad. No quiero decir el ‘cortejo’ porque es una palabra muy antigua, pero que exista la posibilidad de hacer sentir especial a la persona que en nuestro corazón lo es, no tiene precio. Para mí el romanticismo es belleza en esta época y en la época que sea.
NO OBSTANTE, ¿VISUALIZÁS DESDE TU LUGAR QUE HAY CIERTAS LIMITACIONES PARA EL ROMANTICISMO, PARA EL AMOR, EN NUESTRO TIEMPO Y EN NUESTRA SOCIEDAD?
Sí, hay muchas trabas y hay mucha vergüenza; hay mucho de eso de juzgar al otro porque es romántico, porque es cursi. También el rechazo que hay hoy, tan abrupto, o el confundir el acoso con el romance, que en este punto volvemos al tema anterior, que está hoy todo tan sensible que si una persona que tal vez te corteja te dice, ‘ay, qué bonita que sos’ o te quiere regalar una flor, pensamos que nos está acosando y llegamos al punto del otro extremo. No hay punto medio, entonces esas cosas nos hacen trastabillar, opacan al romanticismo y al amor. Hay límites, pero yo creo que cada uno cuando se encuentra con la persona correcta, encuentra también el equilibrio.
AL MOMENTO DE ESCRIBIR, ¿PENSÁS EN ESTAS CUESTIONES COMO ABOGADA, TE LIMITAN ESTAS SITUACIONES EN ALGÚN PUNTO?
No, para nada. Cuando escribo las novelas la abogada no existe, salvo que tenga que escribir algo que requiera de un conocimiento jurídico. La que escribe es más Camila que la doctora Iacono.
ES DECIR QUE TE PODÉS SALIR COMPLETAMENTE DEL PAPEL DE ABOGADA..
Sin problemas. He estado en juicios prestando atención y por ahí decían una frase, una palabra o veía alguien vestido con un camafeo y decía ‘ay Faustine’ (risas). Es como que conviven las dos,
¿APARTE DE FAUSTINE, QUÉ OTROS PROYECTOS ANDAN DANDO VUELTAS POR AHÍ, A CORTO, MEDIANO, LARGO PLAZO?
A mediano plazo estoy escribiendo una novela histórica romántica, que se ambienta en Argentina, y si Dios quiere va a estar para el año que viene. Por otro lado, sigue el linaje Faustine, pero también en nuestro país. Y también el trabajo que te había comentado, que vengo realizando con una amiga periodista y en el que voy a abordar un caso que llevamos en el estudio.
IMAGINO QUE PARA VOS DEBE SER INTERESANTE ESA COMBINACIÓN CON LO MÁS PERIODÍSTICO, SI SE QUIERE…
Sí, pero a mí me gusta hacerlo novelado, me gusta humanizar la historia. Acá sí voy a meter mucho de lo que tiene que ver con mi rol como abogada, como socia del estudio; lo que es participar en un juicio lo que es interpretar cuestiones penales o de Derecho, que por ahí no se tienen en cuenta en los otros libros que estoy escribiendo. Humanizar la historia. Entre la abogacía y la literatura. Entre la realidad y los sueños que se vuelven reales. Entre el amor, el romanticismo y la búsqueda constante de esa manera de expresarlo en los renglones en blanco de un fragmento de aire que se vuelve suspiro porque Camila Iacono lo nombra. Entre las páginas de un libro ya escrito y las páginas de un libro por escribir. Entre las mil historias que abrazan lo vívido de su experiencia que se vuelve sonrisa y la pluma que traza las líneas de otro tiempo que, sin embargo, discurre en este sus modos de vida. Entre su ser y su otro ser, en el arte de la convivencia.
CAMILA IACONO es una joven abogada penalista que con la misma pasión incursiona en el mundo de las letras con «Faustine, cambios de otoño», su ópera prima, una novela romántica que va por su segunda edición. Allí, su protagonista Faustine Vanderguier sufre frente a los embates de la vida en su derrotero profundamente apasionado. Iacono, con soltura y destreza, crea un universo preciso en descripciones y detalles. Ambientada en el siglo XVIII describe una época de arraigadas connotaciones morales y sociales.
A través de sus páginas, la talentosa escritora, logra unir lo importante del pasado y del presente, una extraordinaria óptica de lo atemporal de la lealtad, del compromiso y de la fuerza irrefutable del amor.
En palabras de la autora: «Escribe tus sueños y se harán realidad. Así nace Faustine, como un sueño que a través de mi pluma se hizo realidad. La historia se desarrolla en el siglo XVIII y data de las vivencias inesperadas de una joven excepcional, apasionada y muy avanzada para su época».
Camila Iacono es argentina. Nació en Bernal, Quilmes en 1995. Es Abogada penalista y fue quien denunció por delitos de lesa humanidad y genocidio a Donald Trump por las políticas que adoptó frente a la pandemia. Desde muy temprana edad la apasionó la literatura.
Durante la pandemia escribió su primera novela «Faustine, cambios de otoño» mostrándonos una nueva arista en su carrera profesional. Acaba de lanzar la segunda edición de Faustine en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, mientras termina «Faustine, la marquesa de las perlas», la segunda parte de esta apasionante historia.