ESPÍRITU LIBRE

Auténtico como pocos. Transgresor como casi ninguno. De esencia innovador. Pero por sobre todas las cosas, uno de esos buenos tipos que podemos encontrar caminando por las peatonales de la ciudad, Gustavo Fritze ha trazado un camino indiscutible en los medios de comunicación riojanos.
Gustavo Fritze es uno de esos tipos a los que te encontrás caminando por las peatonales de la Ciudad y que, luego de saludarte con afecto (se siente), te pinta casi de inmediato el panorama del País y la Provincia en que habitamos. Y después afirma: “teníamos razón cuando decíamos todo aquello en la radio”. La referencia, viene a cuento de algún programa compartido en aquella emisora ubicada en la esquina de Urquiza y 9 de Julio, en algún tiempo que queda en el recuerdo. Y es mucho más casual, en realidad, que el afecto que perdura.
Porque Gustavo Fitze es también uno de esos tipos que suele oscilar entre los extremos de la aceptación y el rechazo. Y lo mejor del caso, es que poco le importa. Aunque -vale la aclaración- desde este lado, el afecto exista. Sin embargo, no es desde ese lugar -vale la aclaración también-, que esta charla con 1591 Cultura + Espectáculos, se entabla.
Auténtico como pocos. Transgresor como casi ninguno. De esencia innovador. Pero por sobre todas las cosas, uno de esos buenos tipos que podemos encontrar caminando por las peatonales de la ciudad, Fritze ha trazado un camino indiscutible en los medios de comunicación riojanos, dejando huellas que no se borran con el tiempo y desplegando una inusual energía positiva que, entre otras cosas, lo ha convertido en un actor social determinante en el rescate de una época que, a los nostálgicos, no deja de tocarnos. A sus 47 años y un poco más asentado, según sostiene, el locutor también se pone serio al momento del análisis y de evidenciar una clara visión de los tiempos a los que asistimos, en los que el rol del comunicador resulta tan importante como el hecho de mirar a nuestro alrededor y conectarnos realmente. Frases contundentes y definiciones jugadas de un verdadero referente mediático, desde sus principios, hasta hoy.

HISTORIAS
“Mi primer exito es haber nacido”, cuenta. Y desde ese lugar se avisora la mirada puesta en la distancia que es también memoria filial. “Soy hijo de madre soltera, nacido en Buenos Aires; mi madre era de Chilecito y se había ido a la metrópoli, sola, a estudiar; ella siempre tuvo esa cosa de salir más allá, de salir de lo chato, buscó eso para ella y también para sus hijos; que persigamos nuestro destino. Entonces me pongo en el lugar de mi mamá, y considero como un éxito mi vida”. Esa referencia a su madre es, sin duda, un punto de partida. Y es también una elección, desde el reflexionar las dificultades por las que habrá atravesado aquella mujer en aquella época, en la gran ciudad, sola. Sus primeros años de vida transcurrieron allí, pero luego llegó la hora de volver al pago. “Hice la primaria en Chilecito y ya en tercer grado condudía los actos en la escuela. Las maestras vieron eso que quizas otros no veían en mí: ser extrovertido, no tener vergüenza, cierta caradurez”, afirma. Y de allí, hacia acá, la historia que se escribe a fuerza de obstinación.

¿CÓMO SURGE TU RELACIÓN CON LA RADIO?
Mi derrotero siguió en la escuela, luego me vine a Capital y al secundario lo hice en Comercio II. De ahí surgió la posibilidad de hacer un programa bien amateur en la vieja FM Capital que estaba en Barrio Evita, la primera FM privada en La Rioja. Ahora que lo pienso, debo tener unos 35 años en el mundo de la radio. Pero recuerdo que por aquel tiempo fuimos a hacer una prueba con un grupo de amigos. ‘Vos vas a ser el conductor me decían’. Había una locutora que se llamaba “Pelusa” Heredia, encargada de hacer los casting. Quedaron todos, menos yo. ‘Vos no servís para esto me dijeron’; pero yo soy testarudo. En mi mundo hay muchas envidias, egos, hay quienes creen que ganaron todo y no ganaron nada; hay periodistas que se creen mas importantes que el entrevistado. Con el tiempo me convertí en el conductor de ese programa y aquella locutora reconoció que se había equivocado.

Y DE AHÍ EN ADELANTE, ¿CÓMO SIGUIÓ TU VÍNCULO CON LOS MEDIOS?
Otro de los hitos importantes fue que trabajé con el “Brujo” Vergara en la mañana. Con el aprendí mucho de este oficio: las cosas malas y las cosas buenas. Vergara me decía: ‘Gustavo, la gente no tiene memoria, se olvida rápido de todo y ellos se creen todo lo que vos decís’. Eso es mucho poder -le decía yo- y hay que aprender a manejarlo. Entendí todo eso, pero fundamentalmente la responsabilidad que hay que tener al momento de transmitir algún mensaje.

¿Y CÓMO TE LLEVÁS HOY CON LA REALIDAD POR LA QUE ATRAVIESAN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?
Estoy en una época que no se lleva muy bien conmigo; mucho amarillismo, mucha miseria humana. Me niego a pensar que de movida la gente se copa más con ese tipo de información. Yo tengo una onda a la hora de conducir y no puedo hacer de cuenta que no pasa nada; ‘tendría que ser un poco más frío’ me dicen por allí; o, ‘vos tenés mucho sentimiento para este laburo’. Pero eso me encanta porque considero que es parte de este laburo tener sensibilidad, sentimiento, ser humano. Ahora han crecido mucho las redes sociales y me manejo mucho con eso; subo videos que son proactivos, doy charlas motivacionales. Soy un espíritu libre, no me gusta atarme a nada. En este laburo hay mucho chamuyo, que termina siendo nada que ver y yo quiero tener la libertad en mis manos, es duro, es complicado, pero lo prefiero así.

¿SENTÍS QUE SOS COMO UNA ESPECIE DE “BICHO” RARO DE LOS MEDIOS?
Todo el tiempo me miran raro, pero no me molesta porque soy un tipo que detecta quién me quiere y quién no; me miran y ya se qué hay detras de esa mirada. Hay gente que me mira con odio, con bronca, otros con cariño, con admiración, otros con amor, con pasión y eso hace que no me confunda. Mi mayor objetivo es que llegue el mensaje que yo tengo para dar. Y no reniego. Me considero un tipo popular. Ser popular es algo maravilloso; haber llegado a lo que querías, trascender. Cuando eso llega es que sos un tipo popular, entonces no entiendo cómo algunos pueden renegar de ser populares, de llegar a la gente; incluso aunque pueda sentirme un poco presionado, aunque tenga que ser muy cuidadoso. A veces pienso mucho antes de hablar.

¿QUÉ TE PREOCUPA DE TODO LO QUE SE ESTÁ VIVIENDO EN ESTOS TIEMPOS QUE NOS TOCAN?
Las diferencias que hay en lo socioeconómico, la brecha cada vez más grande. Uno no puede ser feliz rodeado de infelices y veo que esa brecha está creciendo. Sí, la cuesitón socioeconómica me preocupa mucho, la falta de empleo, la falta de felicidad; la gente vive muchos más momentos de tristeza que de alegria.

¿Y QUÉ TE GENERA FELICIDAD, AL MARGEN DE TODO ESO QUE TE PREOCUPA?
Me generan felicidad mis hijos, que se corresponden con distintas epocas y situaciones de mi vida; mucho amor y muchas ganas de meterle para adelante. Mi laburo me genera felicidad. Hice mucho en radio y televisión. Programas transgresores como “El Gancho”, que era como una especia de red social en tiempos en que no existían los celulares. Siempre fui un tipo que pensó mas en los encuentros que en los desencuentros. La gente llamaba, salía al aire y me contaba de su vida y del otro lado había alguien interesado en conocer a esa persona. Era una red social radial, telefónica; hice también uno de los primeros programas que sacó llamados al aire sin filtro.

¿TE CONSIDERÁS UN TRANSGRESOR?
Si, totalmente. Me animé a hacer cosas, a avanzar en ese sentido. El miedo te paraliza y a mí me enseñaron a no tener miedo. Y es real que a la dificil no la encara nadie. Yo hice un programa en tele, “Modas Urbanas”, que marcó un tiempo. Fueron 11 años; hay que hacer un programa en Canal 9 que dure tanto tiempo.

PROYECTOS, NOCHE Y COMUNICACIÓN
A punto de encarar un nuevo programa radial en la Power FM (arranca el 1 de octubre), a la que considera su casa, y trazando nuevos proyectos a futuro a caballo de las nuevas tecnologías, Fritze no se detiene. “Para adelante vamos; estoy coqueteando mucho con las redes sociales, que es el futuro y te da la posibilidad de manejarte con un poco más de libertad. Estoy por hacer un programa para un canal de Youtube que se va a llamar “No te rías que es peor”, con poca producción y con un estudio que va a ser la ciudad. Ahí vamos a conjugar el humor, lo lúdico y el dinero, tres conceptos que al ser humano le encantan”, cuenta.
Mientras tanto, continúa desandando un camino que lo ha llevado a ser también uno de los referentes más importantes de la noche riojana, pero a partir de una fuerte ligazón con lo nostálgico y con un rol social que va mucho más allá del divertimento pasajero.

¿CÓMO SURGE ESTA IDEA DE “EL GRAN RESCATE DE LOS ‘80 Y LOS ‘90” QUE YA ES TODO UN CLÁSICO?
Tiene que ver con mi vida de nocturnidad. Recuerdo que tenía 17 años y ya animaba el primer boliche en La Rioja; ya me codeaba con gente que tenía cultura nocturna. Empecé a convivir con eso, a escuchar, a ver, siempre involucrado en los boliches de los ‘80 y los ‘90. Todo eso se fue acumulando en mi cabeza, las canciones, los momentos. Hace ya 11 años que hago el rescate. Tengo en casa discos de vinilo y me ponía a escucharlos en reuniones con amigos y amigas y en algún momento me pregunté: ¿esto nos pasará a nosotros unicamente o se podrá trasladar a un evento, a una fiesta? Mis conocidos en ese momento me dijeron que no; pero a mí el miedo no me detiene, no me para; escucho pero no te hago caso y hasta que no cruzo la meta no paro.

¿CUÁNDO FUE EL PRIMER RESCATE?
En agosto de 2007 hice el primer evento en el Galpón de la Vieja Estación; era la primera vez que iba con un evento y todos estaban en contra, pero a medianoche tuve que cerrar las puertas porque no entraba más nadie. Aquellos que me ninguneaban ahora son recontra fans de la fiesta. Y sí, están los gorditos y pelados, y las mujeres más gorditas y con hijos. ‘Cambiaste mi vida’, me dicen, ‘tengo 40 años, quería volver a creer en el amor’. En un primer momento a esto no lo pensé; no pensé el fin social que iba a cumplir esta fiesta por unas horas de sacarte de los quilombos y de volver a creer en el amor, de tener con quién hablar. Gracias a la fiesta muchas personas recuperaron las ganas de ser felices y de disfrutar de la vida.

NO ES POCA COSA EN ÉPOCAS EN QUE CREEMOS ESTAR HIPERCONECTADOS Y, SIN EMBARGO, ESTAMOS CADA VEZ MÁS SOLOS…
Las redes sociales son para mí muy útiles en lo comunicacional, en relación a lo que hago, mi laburo, eventos. Pero a la hora de relacionarme con las personas soy de la vieja escuela, me gusta hablar, mirarnos a los ojos. Me gusta compartir momentos, charlas, eso en las redes sociales no se genera. Vivimos en un mundo tan rápido, en el que todo tiene que ser ya. Hay gente que tiene mucha impaciencia.

¿ESO SE TRASLADA TAMBIÉN A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?
Para mi los medios están poco democráticos; hay una libertad mentirosa, en donde no todos pueden decir lo que sienten y lo que quieren, pero son las reglas de juego. Yo creo que todo cambió cuando gente que no es del palo de los medios, los vio como un negocio. Y en un punto son un negocio, pero también cumplen un fin social, que es el de comunicar correctamente, informar. Sin embargo, cada uno lleva agua para su molino, eso pasa aquí y a nivel nacional. Considero que hay profesionales estupendos, pero que si los soltaran un poquito serían mucho más valiosos. Personalmente estoy a favor del periodista militante, porque ahí me da claridad, sé a quién escucho, a quién leo, quién está del otro lado. No me banco al mentiroso. Sigo mucho a los periodistas que son militantes, y no considero que sea esa una mala palabra.

ESTÁ CLARO QUE LA REALIDAD DE LOS MEDIOS ES MUY DIFERENTE A LA QUE NOS CONTARON HACE 20 O 30 AÑOS ATRÁS…
El periodista independiente no existe; sí existe el que tiene un pensamiento y me lo transmite de manera real. Me va a gustar o no me va a gustar, y ya está. Decir algo para que le guste a todo el mundo, parece medio falso, mentiroso. Esta manera de ver las cosas también hizo que yo no tenga la oportunidad de laburar en muchas radios, pero tengo en claro que no voy a estar cargando mochilas que no me pertenecen. Estoy a favor del periodismo claro, sin golpes bajos. Y tampoco me cierro, porque en este laburo si te cerrás perdés; siempre se puede sacar algo. Por eso casi todos los días me levanto a las 5, 5.30 de la mañana y trato de dar una vuelta por todos los medios, desde los más conservadores a los menos conservadores. Me gusta leer las columnas de opinión de diferentes palos, siempre descubro cosas que sirven para mi laburo y la vida y a partir de ahí trato de ser más amplio y pluralista.

SIN EMBARGO, VIVIMOS EN UN CONTEXTO DE MUCHA INTOLERANCIA…
Está bueno debatir, charlar, hablar, pero no está bueno llegar a la violencia. Hay mucho odio, intolerancia y eso es una locura. Trato de no entrar en la paranoia y estar atento. Insisto, no se puede ser feliz rodeado de infelices, pero lamentablemente vamos hacia un mundo en el que el prójimo importa nada.

FRITZE POR FRITZE
-Siempre me gustó mucho escuchar, y no me gustan los silencios. Tengo que llenar esos vacíos. Le tengo miedo al silencio. Siempre me costó, desde chico.

-Tengo 47 años y mi actitud es positiva. A veces es más dificil, pero trato de transmitir eso, que no todo está perdido. La vida te golpea muchas veces y quien tiene la sabiduría de levantarse, le mete para adelante. Trato de vivir los desafíos día a día; uno pasa los 40 y pico y siente que el tiempo no para, que pasa más rápido. Quizás estoy en ese punto de tratar de aprovechar cada momento con mis hijos, con la gente que quiero, con el laburo.

-Me encantaría que vendieran paciencia, que haya alguien que invente un líquido que se llame paciencia y que te lo vendan en dosis. Vivimos en un mundo en el que todos están acelerados; Argentina es un país que vive en grieta desde siempre: milicos y demócratas, River y Boca, radicales y peronistas, federales y unitarios, pañuelos verdes y celestes. Cuando aquellos que están detrás del mundo de la política y de un cargo, piensen más en el bienestar social y no en el egoísmo, será el día en que se acabé la grieta. Ya sé, es otra utopía…

(La presente entrevista fue publicada en el suplemento 1591 Cultura+Espectáculos de diario NUEVA RIOJA)
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