Experiencia personal

Con sólo 20 años y un recorrido que va dejando sus primeras huellas, Paula Pazos apuesta a la pintura como un mecanismo de observación y contacto con el mundo, pero también como una forma de ofrendarlo para la contemplación, desde la sinceridad de su pincelada, que va en busca de un estilo propio.

Nacer con el don. Y ponerlo a ser. Darle vida. Desarrollarlo. Iniciar un camino e ir dejando huellas, marcas. Un nombre. Un estilo que defina la búsqueda dentro del arte. Y la experiencia personal, que no es más que la síntesis en la que se conjugan cuerpo, alma y obra. 

Paula Pazos es una joven artista riojana que por estos tiempos de pandemia cursa el tercer año de la Licenciatura y el Profesorado en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de La Rioja, dándole espacio así a una vocación que se inauguró con ella y que se fue manifestando con el correr del tiempo, hasta que finalmente logró canalizarla a partir de pequeñas indagaciones personales que la fueron llevando por un camino que, en rigor de verdad, le resultaría ineludible, de todas formas: el llamado del color.

Si algo hay de certero en la obra de Paula, inminente como el recorrido que va dejando sus primeras huellas, eso es una apuesta constante a la pintura como un mecanismo de observación y contacto con el mundo, pero también como una forma de ofrendarlo para la contemplación, desde la sinceridad de su pincelada, que va en busca de un estilo propio, que ya se deja ver.  

«Empecé a los 14 años más o menos, pero ya dibujaba desde antes. Hasta que fui al taller de Liliana Rossi y ella me hizo pintar; yo no quería pintar, quería dibujar, pero luego le tomé la mano, empecé a encontrar otra fluidez entre el pincel y la pintura que no tiene el lápiz, que no me lo daba el lápiz. Así fue como comencé a manejarme mejor con el pincel», cuenta Paula a 1591 Cultura+Espectáculos, dando así las primeras señales sobre su relación con la pintura.

Aquella transición entre el lápiz y el pincel se dio de modo «natural», según ella misma lo recuerda. «Mezclaba, probaba, iba buscando la pincelada. Así fue como le perdí el miedo al pincel y seguí, con mucho color, siempre fui mucho del color, nada apagado, nada monocromático». Así, exactamente así es como la pintura de Paula se deja ver y va definiendo un estilo propio, un sello que lleva su nombre y que, aunque ella insista en que está en ese camino de buscar su «marca», su trabajo ya comienza a definirla.

LOS COMIENZOS Y DESPUÉS…

«Desde chica» afirma Paula Pazos cuando se le pregunta por su relación con el arte y, en particular con el dibujo y la pintura. «No sabría especificar un origen, siempre dibujaba; garabatos más que nada al principio, luego caballos, luego Animé». Y en cuanto a los antecedentes que podrían definir su afición por la pintura, la artista afirma: «mi mamá dibuja bastante bien, pero en la pintura, creo, que soy la primera en la familia. Mi mamá es más de las artesanías; una relación hay en ese sentido, pero no respecto de la pintura». 

Un punto de partida para un recorrido que va dejando sus primeras huellas y que constituye una especie de «obsesión» a la hora de marcar una trayectoria evolutiva. «Me gusta mucho la obra de los impresionistas, la utilización de la luz, el color, la mancha; hacia allí iba un poco mi búsqueda», remarca cuando se le consulta por las influencias que encuentra en sus pinceladas». También menciona a «la profe Liliana Rossi; me quedó mucho». Y se afianza en conceptos: «pintar a partir de la mancha, que se note el color puro, el paso de la luz a la sombra mediante la utilización del color». 

De esa manera observa también el después para sus inicios. «Hay una evolución en la pincelada, en el gesto. Antes tenía miedo de usar colores muy oscuros, tenía miedo a los contrastes, ahora estoy tratando de liberarme. Pintar las sombras con otros colores, las luces con algún color mas cálido, pasar de modelar a modular el color. En lo personal me siento mejor en este plano, es un cambio bastante grande, siento que le da un toque más a la obra, que la realza, que es más llamativa».

Y desde ese territorio de indagación y profundización de su obra, Paula Pazos avanza hacia la una mayor fluidez, dada también por el cambio en los acrílicos, para lo cual realizó una «importante inversión», sumado a que la situación sanitaria por la que atraviesa La Rioja le dio la posibilidad de disponer de más tiempo «para producir más». 

Por otra parte, esa trayectoria que viene desarrollando es la que le permite también compartir su trabajo desde un lugar de mayor confianza. «Estoy comenzando a mostrar, me estoy poniendo más seria en la producción, estoy buscando un estilo, un motivo, algo que me llame; ando buscando, no hay una cosa fija, una manera fija de pintar, pero estoy buscando algo que me identifique como Paula Pazos, encontrar algo así, que me identifique. Creo que puede ser la pincelada, siempre me gustó empezar a dibujar a partir de la mancha, dar volumen y forma a partir de eso», sostiene, midiendo cada una de las palabras, como si de pinceladas sobre el lienzo se tratara.  

Esa aventura, la de mostrarse, comenzó también de chica, aunque siempre desde un lugar muy cercano al anonimato. Luego, ya en la Universidad y siendo parte de las Noches del Arte, sintió un fuerte impulso. «Con mis compañeros comenzamos a mostrarnos las obras, a compartir lo que hacemos. Eso me produce mucha felicidad», asegura, tanto como el hecho de haber decidido comenzar la Licenciatura y el Profesorado en Artes Plásticas. «No iba a seguir la carrera de Artes -recuerda-, iba a empezar Farmacia, incluso había hecho un curso para el ingreso. Sin embargo, decidí arriesgarme y mis padres siempre me apoyaron en todo, me dejaron decidir». 

Esa decisión de último momento, quizá, tiene que ver con parte de su determinación para encarar el día a día e, incluso, su obra, que no admite encasillamientos. «Soy muy cambiante también, en ese sentido, no se si podría apegarme a un motivo, creo que no podría. Podría encontrar una forma de pintar, pero no un motivo fijo», asegura. 

Y desde ese lugar, se reafirma: «Me gustaría que mi obra tenga una aceptación, que el otro diga ‘esto me gusta, me gusta lo que estoy viendo, cómo utilizas el color, como lo pintaste con el pincel’, pero es más importante para mí, mi mirada. Si a mí no me gusta, lo más probables es que no lo muestre, hasta encontrar lo que no me gusta y modificarlo. A veces puede ser el color, a veces la forma, a veces una sombra que está mal puesta. Trato de tener todo bajo control, manejar todos los detalles». 

Y, además, remarca con firmeza y seguridad que «estoy tratando, buscando qué es lo que me falta para hacerme un nombre. Se que lo puedo encontrar en la forma de pintar y no tanto en lo que pinto, lo puedo encontrar en la mancha, en la forma en la que pinto, en la forma en que construyo a partir de la pintura, con la ayuda del pincel». 

DEFINICIONES

¿CUÁNTO TIEMPO LE DEDICÁS A LA PINTURA EN EL DÍA?

Depende del día, depende de las cosas que tenga que hacer, me demandan muchos trabajos, muchas materias. Los horarios se me complican un poco, pero voy compensando. Pinto en mi pieza, porque siento que allí puedo seguir más tranquila la obra. No quiero cometer errores, en mi habitación puedo hacerlo, me permito cometer errores, pero en público no. 

¿CÓMO TE PROYECTÁS EN RELACIÓN A TU OBRA?

Me gustaría poder proyectarme en el sentido de mantenerme a partir de mi obra, producir y ser conocida en el ámbito riojano, esas son mis metas más inmediatas. 

¿CÓMO PENSÁS QUE PODÉS LOGRARLO?

Desarrollando la pintura, que es lo que me gusta; hacer más obras, darme a conocer un poco más, darle más impulso a las redes. En estos últimos años empecé a mostrarme un poco más. Antes lo hacía solo para mí. Quiero extenderme un poco más, poder mostrar lo que hago.

¿CUÁNDO CONSIDERÁS QUE UNA OBRA ESTÁ TERMINADA?

Cuando la veo y siento que es algo que podría mostrar. Cuando no estoy contenta con una obra, me incomoda mucho. Cuando estoy orgullosa de lo que hice, siento que ya está. Tiene que ver con mi mirada mucho más que con la del otro. 

¿QUÉ ES LA PINTURA PARA VOS?

La pintura es una experiencia muy personal, cada uno la aborda de una manera muy diferente. En eso busco mezclar el mensaje y la estética, el cómo podría hacer para transmitir. 

(La presente entrevista fue publicada en el suplemento 1591 cultura + espectáculos de diario NUEVA RIOJA)

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