La honestidad con la que un músico expresa sus ideas va de la mano, necesariamente, de la honestidad con que asume su estilo de vida, entendiendo como estilo de vida el hecho de no poder ser sin eso que lo apasiona, sin eso que lo moviliza por dentro y lo invita de manera constante a decir con su voz, con su voz musical, armoniosa y decidida frente al mundo que lo rodea. Esa misma honestidad es, por otra parte, la que lo sostiene en su camino, aferrado a ese puñado de convicciones que lo acompañan desde siempre, incluso desde antes de pronunciar sus primeras palabras, incluso desde antes de dar forma a sus primeros sueños, incluso desde antes de imaginar, siquiera, poder trazar una carrera que lo trajo hasta acá, hasta el hoy, con tanto por recorrer aún en su derrotero musical.
La historia de Hernán Robles es una historia de honestidad que se traduce en melodías que lo muestran tal cual es. Es una historia rodeada de música, pero no sólo de música, sino también del arte que lo abraza a partir de su mirada comprometida con los demás, con los que al igual que él, soñaron y sueñan con dejar una huella, una marca, pero que no se obsesionan con eso, sino que lo vivencian de una manera tan natural como el canto se le metió en el cuerpo. Incluso antes de tener memoria.
Nacido en una familia de artistas, de músicos, de cantores, Hernán Robles es, desde muy pequeño, como una cajita de melodías que, al abrirse, suelta al viento todas sus emociones. Con la mirada puesta en el cerro y una inspiración tan propia como ilimitada, el músico riojano que habita en tierras chileciteñas ha sabido construir su historia en base a esa honestidad con la que también se expresa, y eso forma parte de su ser referencial hacia el afuera, hacia el amplio reconocimiento que tiene su labor artística, pero también hacia el adentro, hacia su espacio más íntimo, en el que vive consustanciado con sus ideas, esas que terminan por convertirse en canciones que echan raíces en un territorio que le es propio, pero también compartido con un público que lo reconoce.
Desde ese lugar, precisamente, el músico abre las puertas a 1591 Cultura+Espectáculos en un encuentro en el que su decir fluye al igual que las melodías, para dejar en el aire aroma y luz y dejarnos las señales de su primer lenguaje, el canto.
ARRANCASTE CON LA MÚSICA DESDE MUY PEQUEÑO, A LOS 5 AÑOS, Y A LOS 10 YA ESTABAS PARTICIPANDO EN FESTIVALES. ¿CÓMO SE DIO ESTA RELACIÓN TUYA CON LA MÚSICA? SI TUVIERAS QUE PONER UN PUNTO DE PARTIDA PARA TU CARRERA, ¿CUÁL SERÍA?
Se me vienen dos puntos de partida a la cabeza, por un lado la pasión de mi viejo, la pasión de mí papá con la música. Él integraba el Grupo Vocal Chilecito; la música viene de su casa, de Campanas, de Famatina. Mi abuelo el papá de mi viejo, Tito Robles, se crió en Famatina con un cura que le enseñaba a tocar el piano. Él tocaba el piano en la iglesia de Campanas y mi abuela cantaba. La música ya estaba en la casa; mi viejo y mis tíos guitarreros, cantores, músicos, que ya tocaban en Campana, en las fiestas populares de la zona, ahí nacen los Robles. Mi vieja también tenía una devoción por la música clásica. Nací con un ambiente musical ya muy presente en la casa y mi viejo me hace cantar desde los 3 años. Vi un video mío, cantando a los tres años ya con una afinación, con una claridad sorprendente, que a mí me emocionó mucho verlo; no sabía que cantaba desde los 3 años. No sabía hablar y ya cantaba. Ese es el primer momento, con mi viejo en la casa, y el segundo momento ya más profesional te diría que fue en el Festival de Pituil, con 10, 11 años. Ahí di un show de festival, siendo un niño, con mi viejo y mi tío, con un repertorio folklórico. Fue ahí mi gran aparición en un escenario en el que estaban, por ejemplo, Los Cantores del Alba.
ES DECIR QUE BIEN SE PODRÍA AFIRMAR QUE TU PRIMER LENGUAJE FUE LA MÚSICA, ANTES QUE EL HABLA…
Diría que mi primer lenguaje fue el cerro… vivía al frente del cerro. Y sí, como lenguaje comunicacional la música.
ME COMENTABAS DE ESTA PRIMERA VEZ EN PITUIL, ¿QUÉ SENSACIONES RECORDÁS DE ESE MOMENTO QUE QUIZÁS TE ACOMPAÑEN HASTA EL DÍA DE HOY, CADA VEZ QUE TE SUBÍS A UN ESCENARIO?
El trauma (risas); el trauma de un niño con una exposición muy grande. No es positivo lo primero que me acompaña, porque uno antes de ser lo que sea, es un ser humano. Hay un ser humano que lleva adelante esa empresa, entonces el primer recuerdo que tengo de eso no es musical y es la sensación de una terrible exposición; bajar del escenario y que toda la gente quiera venir a saludarme, a abrazarme a preguntarme cosas. Cuando me bajaba del escenario me escondía detrás de mi mamá, ese es el primer recuerdo que tengo: de timidez, de vergüenza ante la exposición. Por otra parte, desde lo musical, desde lo artístico, una potencia, una personalidad muy fuerte para expresarme. Si hago una analogía de toda mi trayectoria artística, es mi voz, mi canto, un niño que cantaba como un pajarito del cerro, naturalmente, con mucha estimulación, que eso me acompañó siempre. Es difícil ser artista, la exposición cuesta, no sé si me gusta tanto, pero lo hago igual, voy al frente.
AHORA BIEN, ¿EN QUÉ MOMENTO SENTISTE QUE EMPEZÓ A SER TU ELECCIÓN? ¿EN QUÉ MOMENTO DIJISTE “ESTE ES EL CAMINO QUE YO VOY A HACER CON LA MÚSICA?
Fue en el Septiembre Joven, con 16 años. Me voy a La Rioja a participar en el Septiembre Joven, saco el primer premio y ahí empecé a darme cuenta. Cuando gano aquel premio, para mí fue como lo más importante que me había pasado en mi vida. Además, el premio fue grabar en el estudio de Luis Chazarreta, entonces fue como pasar a jugar en primera división a los 16 años. En la Capital de La Rioja, siendo del interior, habiéndole ganado a todos los representantes de la Provincia, me ubiqué en un lugar que hasta el día de hoy creo que me dio una enorme visibilidad mediática. Volví a concursar con todos los ganadores de todos los años desde 2003 y gané de nuevo. Ya después de dos discos saqué el primer premio como Solista Vocal, lo que me dio un lugar de profesionalismo, de creencia, de confianza. Eso tienen los concursos, cuando te va bien…
JUSTO TE IBA A PREGUNTAR SOBRE ESE PUNTO EN PARTICULAR, PORQUE TENÍA EL DATO DE TUS 16 AÑOS, DEL SEPTIEMBRE JOVEN, ¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE ESE HITO EN TU VIDA Y CÓMO TE FUE MARCANDO EN TU PROYECCIÓN ARTÍSTICA?
Yo siempre volvía a ‘Mientras estés conmigo’, que es una zamba que grabé. Ahí tiene mucho que ver Silvia Zerbini, porque Silvia fue una productora, una generadora de encuentros muy importantes en Chilecito, que siempre estuvo muy atenta a lo que pasaba no solo acá, sino afuera, o sea, son esas personas que tienen una visión muy amplia, nómade y creativa del arte. Yo conocí esa zamba por ella, porque voy a un encuentro en el que estaba Raly Barrionuevo, por ejemplo, y estaba Víctor Hugo Cortez, que es el autor de la zamba con la que yo gano. No mucha gente más grabó esa canción, es como un tema que me identifica mucho. Siempre volvía a eso y es una canción que me piden en muchos lados del país. Siempre vuelvo al premio del Septiembre Joven, siempre vuelvo a la primera zamba que me dio a mí un lugar en La Rioja, un lugar muy importante.
ME QUEDÉ PENSANDO EN ESTO QUE MENCIONASTE LOS CONCURSOS, EN EL “SI TE VA BIEN”, ¿QUÉ HUBIERA PASADO SI NO TE HUBIERA IDO BIEN? ¿HUBIERAS SEGUIDO EL MISMO CAMINO, O TE HUBIERA MARCADO DE OTRA MANERA?
La verdad que me ha ido muy bien en los concursos, y en general en la carrera artística. Me tocó perder en un Pre-Cosquín, que fue algo que me pegó muy mal, y ahí de mi cuenta que los concursos no eran mi camino, que no me evaluaban para ser un artista, porque el arte no compite. Ahí fue cuando decidí no concursar más en nada. Venía con una seguidilla importante de logros: había ganado el Chango ‘98, el Septiembre Joven, la Mejor Canción Inédita, gané la mejor canción en el Festival de la Chaya, pero cuando me fue mal me pegó de tal manera que dije ‘no es por acá’, y seguí con mi carrera artística más allá de los concursos y llegué a Cosquín sin concursar, por ejemplo. No me marcó para mal, pero creo que sí hay gente a la que la puede frustrar.
EN ESE CAMINO, TOMANDO ESE HITO EN TU VIDA QUE FUE EL SEPTIEMBRE JOVEN, Y TOMANDO EL RECORRIDO QUE FUISTE HACIENDO DESPUÉS, ¿SENTÍS QUE PUDISTE ENCONTRAR UNA IDENTIDAD EN TU SONORIDAD? ¿CÓMO LA DEFINIRÍAS?
Como una sonoridad muy honesta. Hay una frase de Piazzolla que me gusta mucho que dice ‘mi música no es más que una muestra de todo lo que escucho’. Uno es un poco el resultado de su familia, de sus padres, de su entorno y de la música que consume. Creo haber logrado mi sonido; después de cuatro discos, después de haber viajado mucho y de haber grabado con otros artistas que admiro, me di cuenta de que puedo tener un sonido original, propio, un mensaje que no se parece a otro y es un montón eso, porque no es simple encontrarlo, por inseguridades o por no tenerlo claro. Un sonido propio es una búsqueda también. A mí me ha influenciado mucho (Luis Alberto) Spinetta y también el folklore, que no ha sido el comercial, que no ha sido el evidente difundido por los medios. Por ejemplo, los grupos vocales de los ‘60 y los ‘70; eso no se difundió a los medios, pero yo tuve acceso. Eso me parece que me dio una identidad, buscar siempre artistas originales. La otra influencia que tuve muy grande, aparte de cantautores del rock nacional y el folklore, fue la trova. Esa vertiente de cancionistas hispanoamericanos con la música original del flaco Spinetta, más el Polivalente de Arte de Chilecito, que es la tercera vertiente, fue una mezcla de música clásica con cantautores, con grupos vocales que me llevó a lo que soy hoy: un cancionista de un pueblo con mucho paisaje inspirador, con una formación técnica y con una pasión muy grande por la canción. No es solo el folklorista, sino también el trovador. De todas esas influencias salió una canción propia. Por otra parte, nuestra generación de cantautores de La Rioja también empezó a incorporar la guitarra acústica, la guitarra más folk, que suena distinto. El primer sonido que aparece en mi disco es una guitarra acústica, eso me parece que también me dio un sonido más nuevo…
NATURAL APARTE, DIGAMOS, PORQUE NO ES ALGO FORZADO, SINO QUE ES ALGO QUE FUE NACIENDO…
Naturalmente, sí. En aquel momento estaban los Nocheros, por ejemplo, que incorporaron la batería y el bajo, y yo grabé con una guitarra acústica, que fue un sonido nuevo.
¿SENTÍS QUE LA GENTE QUE TE ESCUCHA PUEDE IDENTIFICARLO DE LA MISMA MANERA?
Yo siempre he tenido una búsqueda de salir del folklorista, de ser un músico, no un folklorista; un músico, un artista. No sabría cómo me escuchan, pero respondería con una nota que a me gustó mucho leer en una entrevista que me hicieron. Yo daba un show en La Rioja Capital que se llamaba ‘Música a la carta’ con temas de Charly García, de Cerati, de Silvio Rodríguez, de No te va gustar, también con temas míos y ahí me exponía como un músico muy ecléctico, un cantor, un cancionista que puede cantar rock nacional, una trova, una canción romántica, o una chacarera y el público me empezó a ver ahí como yo creo que me ven. La nota en el titular hacía referencia a mi nombre y decía: ‘El músico que trascendió los géneros’. Me encantó leer eso, porque yo llegaba a La Rioja a cantar y decían ‘ahí vienen los folkloristas’ y no me gustaba eso. ‘Ahí vienen los músicos’, prefiero. No obstante, creo que estoy muy identificado con el folklore, la mayor cantidad del público me exige un poco eso.
NO DEJA DE SER INTERESANTE, SIN EMBARGO, ESTA IDENTIFICACIÓN EN PARTICULAR, SOBRE TODO EN ESTE MOMENTO POR EL QUE ATRAVESAMOS, EN EL QUE ES MUY DIFÍCIL ENCONTRAR IDENTIDADES MUSICALES, ¿CÓMO VIVÍS ESTE PANORAMA ACTUAL?
Siempre fui una persona -y esa es mi parte docente- que estuvo muy atenta a la juventud, muy atenta a lo que pasa en el Secundario, porque me gusta dar clases en ese rango etario, y observo mucho de lo que escuchan y veo mucha diversidad también: un alumno de 16 años que escucha Spinetta o bandas de rock estadounidenses que ni yo las conozco; veo mucho rap, por ejemplo, mucha música monótona, no porque sea inferior, sino muy repetitiva como la electrónica, y noto que la música ha ido hacia una simplificación del ritmo, de la armonía y de la melodía, pero sobre todo del ritmo. Parte de ahí, de un loop para bailar, la mayoría de la música. Si puede tener dos acordes mejor, y no se canta, no hay melodía, la melodía está signada a algo muy monótono. Si me gusta… no lo sé, no me enfrento a eso, veo que va por ahí, siento que se simplifica, pero lo acepto. Me pregunto, cuando aparecieron los Beatles, qué habrá dicho (Ígor) Stravinski en Rusia. Pero lo veo como que es la evolución del minimalismo en todo. Lo veo simplista.
INTRANSFERIBLE
“Uno es un poco el resultado de su familia, de sus padres, de su entorno y de la música que consume”, afirma Hernán Robles a 1591 Cultura+Espectáculos. Desde ese espacio en el que se asume, el músico riojano va delineando su devenir, pero aferrado siempre a un contexto que forma parte de su ADN, más allá de todo e incluso antes del punto de partida de su existencia lo que, además, no le impide expresarse a partir de una visión tan comprometida como sincera respecto de lo que ocurre con el arte en general.
¿DE QUÉ MANERA LLEGA LA INSPIRACIÓN EN TUS BÚSQUEDAS MUSICALES? ¿CÓMO ENTRA EN TU MÚSICA EL PAISAJE EN EL QUE HABITÁS?
Creo que hay algo intransferible en los chileciteños, no solo el mí. Lo he notado hace unos días, por ejemplo. Fuimos con un grupo de escritores a la Feria del Libro, pertenezco a Artesanos de Palabras y me veía leyendo mis escritos fuera del músico y veo que soy un artista chileciteño. ¿Qué sería eso? Lo mismo que veo en un pintor chileciteño, lo mismo que veo en un actor chileciteño; me parece muy potente la cultura chileciteña, admiro profundamente a mis colegas en cualquier disciplina artística. Mi ser creativo no está ajeno a eso, siempre está el aroma de las jarillas, siempre está la vista del Famatina imponente, siempre está el frío y la calidez, siempre está el marco del entorno en lo artístico. Chilecito es un lugar súper inspirador para el arte y muy poco valorado también, en la misma medida, desde el Estado y de parte de la gente también. Creo que hay un desfasaje muy grande en lo que pasa, o sea, acá viene Karina y llena y un pintor que tiene reconocimientos en Italia y vive acá a la vuelta no tiene esa misma valoración. La vocación del artista de Chilecito no está valorada desde mi punto de vista, y lo quiero decir así porque a mí me duele, me pone triste, me hace que me vaya y creo que no tiene que ver con no ser profeta en su tierra, porque yo voy a La Rioja y no siento eso, y también soy riojano, yo nací en La Rioja. Entonces me parece que por un lado está ese gran potencial artístico y por el otro una falta de valoración y espacio para el arte.
SIN EMBARGO, NO DEJA DE SER FUERTE ESTO QUE DECÍS RESPECTO DE RECONOCERTE CHILECITEÑO, HACE A TU IDENTIDAD…
Yo lo creo así. Siempre he sido muy crítico con mi pueblo y cuando tuve que decir las cosas, las dije. Yo no puedo caretear nada, yo no necesito agradar Y me parece que eso también me ha dado un lugar afuera de la Provincia. Me considero un artista chileciteño, una persona que se ha nutrido de toda la cultura, pero cuando estuve en Italia me sentí más cómodo. Y tiene que ver con esto: acá hay todo esto, pero esto otro no está, entonces me tengo que ir. Lo digo así, con esta intensidad, porque me parece que no es justo, no conmigo como artista, sino con la cultura en general; no puede ser que los artistas seamos los productores de nuestra propia obra, se tiene que encargar el Estado, los lugares, los productores que no están, que no existen, que no se nutren. Yo no tengo por qué llevar un sonido para tocar, es raro…
DE TODAS FORMAS, SON CUESTIONES A LAS QUE, LAMENTABLEMENTE, PARECE QUE TERMINAMOS POR ACOSTUMBRARNOS…
La verdad es que no lo veo como algo que sea superador y que tienda a un mejoramiento.
¿QUÉ OTRAS CUESTIONES, APARTE DEL PAISAJE Y DE TU VISIÓN ESENCIAL, ENTRAN EN TU INSPIRACIÓN? ¿QUÉ OTRAS COSAS TE MOVILIZAN? ENTIENDO QUE SOS UNA PERSONA QUE ESTÁ OBSERVANDO LA REALIDAD PERMANENTEMENTE, QUE NO TE PASA POR AL LADO COMO SI NADA…
Me gusta mucho viajar, me inspira mucho viajar y conocer otras culturas. Hay una chaya que se llama cada cual con un aroma, que es la que ganó el primer concurso de Festival de La Chaya, fue la primera canción ganadora de la primera vez que se hizo el certamen de Canción Inédita y en esa chaya yo hablo de que cada persona tiene una forma de ser de acuerdo al lugar de donde viene, eso me llama mucho la atención. Me parece que es muy del trovador ver. No sé, estar en África, en Marruecos viendo cómo tocan el yembé, ver cómo lo construyeron porque tienen ese árbol y porque tienen esa herencia cultural, como acá la Chaya. Esas cosas me inspiran mucho, el ser humano, la cultura. Fuera del paisaje, las personas, también la vida, la fuerza de la vida, el propósito de la vida me inspira mucho, decir por qué estoy parado en este momento, qué pasa en este presente, cómo es la cultura de mi pueblo, qué pasa con el Estado, la memoria; el río que sangra con el color ocre ¿habla de la memoria del saqueo? Ahora, en este momento, me inspira muy poco la política, por ejemplo, me abstraigo, hay una crisis política venga de donde venga, la falta de acuerdo… eso no me inspira, me abstraigo.
¿PENSÁS QUE ESO SE TRASLADA MUCHO TAMBIÉN A LA GENTE? LA CRISIS POLÍTICA HACE QUE TODO EL TIEMPO ESTEMOS DISCUTIENDO SOBRE ALGO QUE A VECES NI SIQUIERA SABEMOS SOBRE QUÉ DISCUTIMOS Y QUE NUNCA LLEGUEMOS A UN ACUERDO EN NADA?
Si me tengo que encargar del llevar el sonido, es porque un político no está haciendo nada para que el sonido esté en ese lugar, entonces yo me estoy haciendo cargo de algo de lo que se tenía que estar haciendo cargo otra persona. Eso se transmite a todo: el que va a dar clases, el que maneja un taxi. Se traslada el malestar. Los argentinos vamos para adelante igual, pero con muchas injusticias. No obstante, creo que estamos mejor de lo que creemos. Cuando salí del país me di cuenta de que somos mejores de lo que creemos.
EN ESTE CONTEXTO AL QUE HACÉS REFERENCIA, ¿CUÁL PENSÁS QUE ES EL ROL QUE TIENE EL MÚSICO, QUE TIENE EL ARTISTA?
Nunca viví la música como la vive León Gieco, por ejemplo, nunca fue una decisión política mi música y mi arte. No me parece que sea una obligación tener algún rol, no lo tomo así, no creo que el músico tenga un rol de cambiar la realidad o de reflejar ciertas cuestiones, aunque lo haga, pero no lo hago porque me se sienta con el rol, con la misión de hacerlo. El rol del artista para mí es liberar su alma y liberar las almas de las personas; hay una frase de Spinetta que me gusta mucho para responder esta pregunta: ‘tengo que aprender a volar entre tanta gente de a pie’. Básicamente se trata de saber que uno está habitando otra sintonía de creatividad, estar permeable a eso que trae un pájaro, que trae una persona, que trae una sociedad y escribirlo, pintarlo, cantarlo con el simple hecho de liberarlo. Spinetta decía: ‘si no canto lo que pienso me voy a morir por dentro’, o sea que el rol del artista es liberar lo que siente, todo lo demás es secundario y cualquier decisión que tome es válida. ‘Yo canto para hacer plata’, bueno, no me enfrento a eso; ‘yo canto para identificar un lugar’, válido; ‘yo canto para denunciar la injusticia’, válido. Me parece que los caminos que decida cada uno son válidos.
¿Y PARA QUÉ CANTA HERNÁN ROBLES?
Para ser feliz. Como canto para ser feliz, soy feliz porque canto. Como dice Eduardo Galeano: ‘cantar como el pájaro sin saber que canta’. Cantar por cantar nomás.
TOMO ESTE CONCEPTO PARA LLEVARLO HACIA TU ROL DOCENTE, QUE ES MUY FUERTE TAMBIÉN. SÉ QUE SOS UNA PERSONA QUE TOMA LA DOCENCIA EN SERIO Y VUELVO A LO QUE HABLÁBAMOS DE LAS NUEVAS GENERACIONES, DE LA INDUSTRIA DE LAS REDES SOCIALES, DE LO BREVE, DE LO EFÍMERO, DE LO QUE PASA TAN RÁPIDAMENTE QUE CASI NO SE PUEDE PENSAR NI REFLEXIONAR, ¿CÓMO ENTRA TODO ESO EN TU TAREA DOCENTE?
He sido un luchador diario del arte y de la educación desde hace muchos años y hoy empiezo a ver los frutos; yo regué la semillita de la planta y ya veo los frutos, que es una satisfacción muy grande que yo tengo no solo con mis discos, en mi parte artística, con una gira por Europa, sino también con mis alumnos. Por ejemplo, yo hice una gira por Buenos Aires hace menos de un mes con un alumno que escuchó mis clases. Hoy lo veo en mis alumnos, veo los grupos que hay en Chilecito, veo la óptica que tienen de lo estético o cómo escuchan lo que yo tengo para decirles con mucho respeto, como yo lo escucho a Pancho Cabral o a Ramón Navarro. Eso, en La Rioja, me parece tremendo y mucho más visible de lo que nosotros creemos fuera de la Provincia. Es una seguidilla muy interesante de habernos nutrido de todo lo que hubo antes. Yo lo transfiero un poco a eso a lo que hemos hecho en el Polivalente de Arte junto a otros profesores que tienen el mismo compromiso que yo, y creo que ha tenido un impacto muy positivo, y lo veo hoy en mis alumnos. Les pasa lo mismo que a mí: van por un camino original que no tiene un éxito inmediato, pero que es mucho más trascendente. Y lo veo en toda la Provincia a ese impacto, en lo macro y en lo micro.
¿LA DOCENCIA ES PARTE DE LO BUENO QUE TE HA PASADO CON LA MÚSICA?
Lo principal es que me dio un sustento económico, un trabajo estable que me permitió comer y me permitió vestirme, pagar un alquiler o comprarme una guitarra; elegir un camino original en la música. Una vuelta un amigo productor me dijo algo muy cierto que me equilibró un poco con la labor docente que uno lo elige también, no solo por el sustento, sino porque uno es feliz ahí, en ese espacio de volcar lo que aprendió y aprender de los alumnos. Creo que ha sido muy positivo no solo desde mi sustento del trabajo, sino que fue mi contacto con la realidad, o sea, con la mátrix, con la estructura, con el sistema. Pero sobre todo eso, lo más importante, el contacto con la realidad, con los jóvenes y con la entrega de lo que uno aprendió y de lo que uno recibe.
Y DEJANDO DE LADO YA LA DOCENCIA, ¿QUÉ ES LO MEJOR QUE TE PASÓ CON LA MÚSICA?
Hay otra frase que me gusta mucho que dice que ‘hay un punto a alcanzar del cual ya no se puede volver atrás’, es un punto que alcanzás que te da un estatus, una gratificación, una realización personal, un logro cumplido del cual ya no se puede volver. Es un lugar ganado, que puede ser una casa, que puede ser una pareja, que puede ser un escenario. A mí eso me pasó varias veces. El punto máximo que me hizo lagrimear fue en Italia, donde yo canté el tango ‘Caminito’, nacido en Olta, y la gente cantó conmigo en castellano. Y yo dije: ‘estoy en Italia, cantando un tango de La Rioja a los 30 y pico de años y me están pagando’ ahí sentí ‘a la mierda, yo me fui de un pueblo del interior de La Rioja a Italia, a Europa, primer mundo, todo pago, y la gente canta conmigo, lo logré’. Cosquín no me dio eso, por ejemplo; esa realización personal no me la dio. Yo creo que ese es el punto que alcancé y que después uno sabe que logró algo que soñó. Después con mis alumnos que siguieron un camino parecido al que he elegido, con mucha convicción y con mucho cariño y que le dan batalla a lo banal, que le dan batalla a lo que no es trascendente, eso me da mucha felicidad. Y también, lo hablaba con un amigo que hace libros artesanales en La Rioja que me dijo algo muy cierto: ‘nosotros ya no tenemos que andar luchando por el trabajo; nosotros ya somos el trabajo’, y es verdad. Uno a una cierta edad, o una cierta etapa del trayecto que elige tiene espacios ganados que no tiene que ir a luchar, eso también es una gratificación muy grande, tiene que ver con la madurez de vida también.
NOMBRASTE A COSQUÍN, NOMBRASTE LA GIRA POR EUROPA, NOMBRASTE A BUENOS AIRES, ¿HAY ALGÚN OTRO SUEÑO QUE TE FALTE CUMPLIR JUNTO CON LA MÚSICA?
Sueños por cumplir… trato de visualizar todo lo que quiero y lo logro; no renuncio nunca. Hago mucha meditación, mucho yoga, mucha conexión con el presente, entonces tampoco lo pongo mucho en el futuro. A mí lo que más me gusta de perseguir los sueños, los objetivos o las metas es ser cada vez más profesional, entonces el sueño sería seguir en ese camino de ampliar mi producción hasta donde llegue, sin que eso se convierta en algo desgastante. Cuánto más grande son las cosas más responsabilidades tienen, seguro, entonces voy midiendo eso.
HABLANDO JUSTAMENTE DE SUEÑOS POR CUMPLIR, DE PUNTOS POR ALCANZAR, ¿EN QUÉ PERSONA SENTÍS QUE TE CONVERTISTE PRECISAMENTE AL PERSEGUIR ESOS SUEÑOS?
Creo que cometí un montón de errores, aunque son mucho más los aciertos que los errores, porque me ha ido muy bien, pero esos errores me han hecho una mejor persona, me han hecho ver que el foco no era solo lo artístico, me han hecho ver con quién viajaba, o qué comía, o cuánto dormía, cómo me comportaba como persona más que como artista, porque lo del artista puede haber sido muy profesional, pero la persona no sé si tanto como el artista, entonces dije ‘acá estoy yendo mal’, porque en realidad el éxito es de la persona. Ahí ayudaron mucho los amigos, la familia, las personas que te quieren. En momentos de depresión o de colapso emocional apareció mucha gente linda y ahí me dije: ‘Ah, este también soy yo, soy toda esta gente que me vino a levantar, no estoy solo’. Entonces no solo que no estoy solo, sino que la gente que está es gente que yo admiro y me vino a levantar de la cama. Me convertí en una persona muy observadora, muy atenta, muy sensible, muy empática; nunca el artista le ganó a la persona y si le ganó… bueno, se chocó contra una pared para darse cuenta de que no era el camino, y volvió a empezar con humildad y con aprendizaje. Me pasa todos los días.
TRES X TRES CON HERNÁN ROBLES
ESTUVE ESCUCHANDO ALGUNAS ENTREVISTAS TUYAS Y ME QUEDÉ PARTICULARMENTE CON TRES FRASES QUE QUISIERA QUE LAS PROFUNDICES. LA PRIMERA DE ELLAS ES: “EL ARTE ES MÁS IMPORTANTE QUE EL ARTISTA”, ¿QUÉ SIGNIFICA?
Significa diluir el ego. El ego es un impulso que te lleva a realizar las cosas, a que digas ‘soy alguien en la tierra, creo en lo que hago’. Pero si vos llevás ese ego por delante de la creatividad te va a destruir. Ningún artista es más importante que su arte porque ninguna planta es más grande que un bosque. Me parece que es sabio verlo así. Yo nunca sentí que sea el responsable directo de mis canciones y lo digo hace muchos años. Yo creo ser un medio, como cada persona. Es muy cortito muy chiquito, creer que sos vos solo. Yo no podría haber llegado a Italia sin alguien me haya invitado, sin una persona que necesitaba a alguien, y ese alguien era yo que reunía las condiciones, pero eso a mí me lo brindó alguien; al avión lo manejó un piloto, a la casa donde paré la construyó un albañil. Si uno puede ver más allá de sí mismo puede crear una obra mucho mayor, mucho más grande, y me parece hermoso además ese pensamiento, me parece un pensamiento muy liberador para uno mismo. No ensimismarse en sus propias creencias, en su propia historia, en sus prejuicios, estar permeable a lo que el otro piensa, a poder estar equivocado.
ESTO QUE ME DECÍS ME AYUDA A CERRAR UN POCO LA OTRA FRASE QUE HABÍA TOMADO Y QUE DICE: “SER UN SER ARTÍSTICO ME HACE ESTAR EQUILIBRADO”…
Así como Spinetta dice: “si no canto lo que siento me voy a morir por dentro’ y lo deja salir, y lo hace como un propósito de vida, a mí me ha llevado a muchos fracasos, frustración, tristeza no hacerlo. Yo me pregunto qué haría en este mundo si no fuera cantar, o escribir, o ser un artista, o dar esta entrevista, y sería un engranaje más del sistema buscando una droga, o viendo tele, o estaría bien loco, o no sabría por qué existo. Yo encontré mi canal de expresión ahí, y eso me ilumina como un ser humano, es el arte lo que a mí me da vida como persona, como ser en la tierra; no soy un cuerpo, soy un alma, soy un acento, entonces respiro el aire que me habita, tomo el agua que me forma y escribo lo que veo. También hay todo un trabajo grande de
entrega hacia eso, es decir estar atento a eso que uno siente, confiar en esa intuición. Yo creo que cada persona lo tiene que hacer, haga lo que haga en el arte. En el arte yo creo que es más fácil, porque el artista no puede evitar ser un artista por más que lo oculte.
LA ÚLTIMA, Y ESTA ME PARECE QUE TE DEFINE COMPLETAMENTE, PORQUE ENTIENDO QUE TIENE QUE VER ESENCIALMENTE CON LO QUE SOS COMO ARTISTA, PERO TAMBIÉN COMO PERSONA, Y QUE DICE: “SI NO FUÉRAMOS TAN CARETAS, PODRÍAMOS RECONOCERNOS LAS ALMAS”.
Si no fuéramos tan caretas, nos reconoceríamos las alma… confiaríamos más en nuestra intuición y no en cómo salgo en la foto en Instagram. Me parece que la careta de esa personalidad, la psicología, es una máscara. La personalidad es algo que uno mismo forma. Dicen que somos tres personas: lo que uno cree que es, lo que los demás creen que somos, y lo que realmente somos, entonces esa última me parece que es lo que realmente somos, el qué somos… y bueno, vamos a averiguarlo, pero no desde la mirada del otro solamente, no desde mi prejuicio o de mi historia, desde lo que yo más allá de eso puedo ser, quién decido ser, qué decido ser. Al árbol lo puedo regar o lo puedo hachar, es una decisión. Si no fuéramos tan caretas nos reconoceríamos el alma, iríamos más hacia el ser, más en un tiempo de tanto aturdimiento visual, mediático y capitalista. Yo al plástico que hago lo guardo, no lo tiro, lo entrego a donde lo reciclan. Me parece que va por ahí, ser más consciente de lo que somos como seres humanos. Si aprendemos a vernos en un pedacito de todo lo inmenso, vamos a estar más equilibrados también.