Una reseña para el libro «Por qué es tan triste despertar», del escritor riojano Nerio Tello
No quería despertar. A veces despertar es muy triste. Así parece comenzar a comprobarlo el personaje central de la novela del escritor riojano Nerio Tello, quien en Por qué es tan triste despertar urde una trama que lleva al lector a no poder despegarse de las páginas del libro editado en el presente año por Espacio Hudson.
Hay maestría en el relato de Tello. Y se nota. Pero esa maestría no está puesta únicamente a disposición de un trabajo detallado y preciso sobre una historia en particular, sino que trasunta lo propio y determinado de un universo literario para instalarse con fuerza sobre una realidad que se torna absolutamente palpable, a partir de unos personajes perfectamente pergeñados, que bien podrían llevarse hacia el desarrollo de una crónica periodística en la que tiempos y circunstancias se ajustan -o desajustan- a una lógica tan cotidiana como propia del tiempo que nos toca. Y que no es más, en rigor de verdad, que el tiempo que transcurre a lo largo de todos los tiempos.
Precisamente, el protagonista de la novela es un periodista de la sección agropecuarias sumido en la mediocridad de una rutina laboral que lo agobia y a la que suma, además, una situación personal que linda con el fracaso en su matrimonio, en vías de divorcio, y una hija que lo interpela en su rol de padre fuera de órbita, lejos de poder satisfacer a las demandas propias de una sociedad que lo exige a destajo, mientras su mente va detrás de una historia que lo convierta en héroe, al igual que el día en que (trazando un paralelismo futbolístico, como tanto nos gusta) Mascherano bendijo a Romero a la hora de los 12 pasos frente a los holandeses. Claro que, en el caso particular de Ramiro, puede que el desenlace no termine siendo, precisamente, de película. O sí. todo dependerá, como ocurre casi siempre, del cristal con que se mire.
En ese ida y vuelta se debate la historia de Por qué es tan triste despertar, recurriendo magistralmente el autor a una precisa táctica y estrategia literaria que va tejiendo a partir de grandes incertidumbres y temores que aquejan al personaje (como aquejarían a cualquiera que se pare de frente a lo imprevisible), pequeñas certezas que encuentran comparaciones permanentes con todo aquello que bien podría ocurrirnos, si simplemente un día resolviéramos dejar todo de lado, agarrar el viejo Renault 12 (o el vehículo que tengamos a mano) y salir disparados por la ruta 2 (o la 5 o la 38, o la 40, es igual), rumbo a Mar del Plata (o a cualquier punto del amplio territorio nacional), pero con destino absolutamente incierto, en realidad, porque lo que estamos buscando no sabemos muy bien de qué se trata, pero lo sentimos tan necesario como una larga, extensa bocanada de aire puro luego de un buen rato debajo del agua, o, lo que puede resultar aún peor, dentro de nuestros propios ahogos como interrogantes para los que no hallamos respuestas. ¿Vale la pena, entonces, estar vivos, si no nos dejamos a la aventura, al menos una vez en la vida? ¿Vale la pena, entonces, estar vivos, si no podemos lanzarnos a la deriva de nuestros propios abismos?
Así interpela de manera constante esta novela de un inspirado y resuelto Tello, determinante en cada palabra, preciso en cada línea y fundamental en el armado de una historia que resulta atrapante; tanto como las curvas de una mujer al trasluz de un ventanal en el minishop de una estación de servicio, o la irreverente tentación de -con ella- “saltearse las reglas, quebrar el deber ser, enfrascarse en módicas rebeliones”, como bien afirma Horacio Convertini en el prólogo de esta entrega del autor riojano.
De allí en más sólo queda para el lector zambullirse, dejarse llevar entre las páginas de un libro que tiene claro designio de clásico entre los clásicos de la novela negra argentina, discurriendo entre lo misterioso e intrigante de la oscuridad y lo asfixiante de un ambiente enrarecido, propio de aquellos pequeños pueblos en donde los que llegan de afuera, los “forasteros” son auscultados con ojos escrutadores y amenazantes.
Como cuando el animal (o el hombre, en este caso) presiente que está a punto de caer en una trampa mortal (esa trampa mortal que es, en definitiva, la vida), pero de todas formas decide dar un paso hacia adelante. Y entonces, cae irremediablemente en la cuenta, al fin, que no quería -no debía- despertar. Porque despertar, a veces, suele ser muy triste.
EL AUTOR
Nerio Tello nació en La Rioja, en 1951. Periodista, escritor, editor y docente universitario. Fue coordinador y productor de programas radiales. Secretario de redacción en los diarios Tiempo Argentino y El Cronista Comercial. Editor de las revistas Teatro al sur y Visión Latinoamericana. Como escritor ha publicado más de 35 libros, entre otros: Crónica narrativa y Pensamiento Nacional para Principiantes. Colaborador en el diario Clarín, ha escrito, entre otras, en las Revistas Caras y Caretas, Ñ y Todo es Historia. Es dramaturgo y director de teatro. En 2018 publicó el libro de relatos Brasas de Ulapes. Por qué es tan triste despertar se presentará en la Feria del Libro La Rioja 2019 el próximo sábado 6 de julio, a las 19, en la sala Oscar Oyola.