Martín Alanís: «Cuando se trabaja en la oralidad se gana en la subjetividad»

Escritor y comunicador social, Martín Alanís lleva publicadas dos novelas en las que ya dejó sentadas las bases de un estilo particular y propio. El rescate de la oralidad como punto de partida y una mirada descarnada del mundo que lo rodea, se conjugan para dar vida a las voces con las que nos nombra.

“Las dueñas del drama” y “La procesión de las contradicciones” -esta última seleccionada como ganadora del concurso de narrativa de la Feria del Libro La Rioja 2021 y publicada por Plano Editorial- son claramente las cartas de presentación para un escritor que va trazando el curso de su recorrido desde la honestidad intelectual, pero también desde la observación descarnada del mundo que lo rodea, fuera de toda coraza moral que pueda adormecerle los sentidos a la hora de dar vida a personajes que vienen a describir la realidad sin tapujos, sin prejuicios, sin preconceptos y despojados de toda posible concesión.

A medio camino entre La Rioja y Buenos Aires (o entre Buenos Aires y La Rioja), donde transita sus días habiendo “entregado el alma al diablo” -como suele afirmar- a su labor vinculada al marketing digital y al análisis de redes sociales, Alanís dedica gran parte de su tiempo a la escritura, a la que considera como un trabajo, pero que constituye también un espacio de búsqueda personal en el que se le van entremezclando las memorias de infancia con el paso implacable del tiempo que le va otorgando esa perspectiva que se afianza, además, en la profundidad que otorga el tomar ciertas distancias.

“A la manera de un contrapunto, como payadoras de una contienda de a ratos costumbrista, por momentos dramática y, casi siempre, plena de humor, las dos narradoras que se imponen en ‘La procesión de las contradicciones’ se juegan la vida en cada frase”, afirma en el prólogo de la novela Mariano Quirós, uno de los jurados del concurso de narrativa de la Feria del Libro de La Rioja (2021). Esa afirmación respecto del “jugarse la vida” bien puede ser aplicada también a la forma en que Martín concibe cada una de sus creaciones, sin despegarse de sus personajes y poniendo en cada uno de ellos una parte de su esencia, de su sentir y de su abismarse al día tras día en que va construyendo su presente, pero delineando también un futuro que ya inscribe su nombre en la amplia oferta del género de la novela breve.

“¿De qué manera y para qué usamos la lengua?” se pregunta Quirós y amplía así el abanico de interrogantes a que nos invita a desentrañar Alanis al momento de dar vida a Doña Perla y Doña Chavela, que “hacen gala de un uso -del lenguaje- taimado y precioso en cuya meta resplandece la aspiración de imponer una mirada posible sobre el mundo” que es, al mismo tiempo, una mirada posible sobre el mundo del escritor y sobre nuestro mundo todo.

“La verdad es que es muy difícil encontrar concursos literarios que premien novelas breves; generalmente los premios están destinados a cuentos, cuentos cortos, libros de cuentos, poesías o novelas de más de 100 páginas. La novela breve siempre quedaba como relegada y lo que yo escribo son novelas breves, entonces cuando supe que en el marco de la Feria del Libro del año 2021 se abrió la convocatoria para el segundo concurso de narrativa, y que podía presentar novelas breves, vi una luz y entré”, afirma Martín Alanís a 1591 Cultura+Espectáculos a modo de introducción a un diálogo que discurrirá a través de diferentes abordajes, pero que siempre anclará su recorrido en la entrega genuina y a conciencia, como cuando sostiene: “También tiene que ver esto (la decisión de participar en el concurso) con preguntarse qué tiene uno para ofrecer en términos de ficción contemporánea, que es un género que por ahí está poco explorado en La Rioja”.

¿PRECISAMENTE RESPECTO DEL GÉNERO NOVELA BREVE, POR QUÉ LO ELEGÍS? ADEMÁS, ES LLAMATIVA LA PARTICULARIDAD CON LA QUE TRABAJÁS ESTA NOVELA, LA ESTRUCTURA, ESE CONTRAPUNTO DE VOCES, ¿QUÉ ENCONTRÁS EN ESTE GÉNERO QUE POR AHÍ NO ENCONTRÁS EN OTROS?

Le tengo mucho respeto al cuento; las pocas veces que escribí cuentos me sentí como un farsante dentro del género y me dije que eso no era lo mío, en absoluto. Con las novelas largas me aburro, o soy muy vago para novelas de largo aliento. La novela breve me permite tener esa dinámica que tiene el cuento a la hora de la escritura, y esa ambición que tiene la novela larga. Encuentro allí un punto de comunión. En cuanto a la estructura narrativa, o en lo que tiene que ver con el punto narrativo, tanto esta novela como la anterior, ‘Las dueñas del drama’, se apoyan en lo que es una estructura narrativa basada en la oralidad. Me parece que cuando se trabaja la oralidad en los personajes a través del uso de voces, se gana en la subjetividad. Cuando leés novelas en tercera persona muchas veces se pierde esa subjetividad. En este caso podés ser cien por cien el personaje, engañar a tu cuerpo para decir ‘bueno, ahora vas a hacer esto, ahora vas a ser este personaje, esta persona’. Las dos novelas trabajan la oralidad de alguna manera y en las dos novelas está lo que se dice, lo que se cuenta, casi en forma de chisme o confesión. En ‘Las dueñas del drama’ más en forma de diálogo, en ‘La procesión de las contradicciones’ en forma de declaración.

ESTO DE LA ORALIDAD QUE SEÑALÁS ESTÁ MUY MARCADO COMO BÚSQUEDA, PERO ¿CÓMO ES QUE ARRIBÁS A LA CONSTRUCCIÓN DE LAS VOCES DE DOÑA PERLA Y DOÑA CHAVELA QUE SON MUY PARTICULARES CADA UNA EN SU ESTILO?

No se…viste cuando uno da consejos o pide consejos, siempre digo que uno tiene primero que escuchar las historias familiares. Yo no tuve una infancia normal como los niños normales entre comillas que ven las historias de los superhéroes; yo pasaba las tardes con mis abuelas y en casa se veían realitys, talk shows. Se veía ‘Hablemos con Lía’, se veía a Gasalla, se veía ‘Moria y vos’, novelas mexicanas. A partir de eso nace también esto de haber sido criado con estas mujeres bajo mandatos completamente patriarcales y vas encontrando en ellas ciertos gestos, ciertas cadencias al ir contando las historias. Esta novela en particular tiene mucho de eso: son historias familiares, sobre todo la de doña Chavela, que es de Malanzán.

¿SE PUEDE DECIR QUE HAY UNA CONEXIÓN MUY FUERTE ALLÍ CON TU HISTORIA?

Sí, aunque no diría que la novela es autobiográfica; pero hay muchas historias personales llevadas al extremo. Y yo tenía esa idea de chico, casi de una fantasía infantil medio inocente, porque en las novelas televisadas, principalmente de los ’90 y principios del 2000 siempre estaba la puja entre pobres y ricos, y cómo se disputaban ciertos espacios de poder. Y yo decía ‘¿por qué mis abuelas, una de Malanzán y otra de Capital, no se pelean?’ Toda la vida tuvieron un trato cordial hasta donde yo sé. En ese sentido hay una especie de fantasía infantil de verlas pelear, cosa que nunca sucedió. Al momento de escribir esta novela, (Pedro) Almodóvar anunciaba el título de su nueva película, que era ‘Madres paralelas’, ahí fue naciendo la génesis de esta historia de ‘La procesión de las contradicciones’.

VOLVIENDO AL TEMA DE LA ORALIDAD DE ESTAS DOS MUJERES, SE PUEDE DECIR QUE ES MUY FUERTE Y TE VA MARCANDO LA MIRADA QUE TIENE CADA UNA DE SU MUNDO PARTICULAR, AHORA ¿CÓMO ENTRA EN ESA NARRACIÓN, EN ESAS DECLARACIONES QUE HACEN, TU MIRADA DEL MUNDO Y DE LA RIOJANIDAD EN PARTICULAR?

Me parece que entra con el escudo del personaje. Ojo que cuando digo ‘escudo’ no es para protegerme, sino para entender también qué les pasa a estas mujeres en esta novela, qué le pasaría a uno como autor y también dejarle al lector ese interrogante de qué le pasaría, qué decisiones tomaría frente a tales hechos. Nunca juzgo a los personajes; no puedo juzgarlos, sino ponerlos en un escenario en el que ellos decidan. Pero para llegar a eso necesitás tener las mismas o similares contradicciones de los personajes, más allá que una sea del campo y otra de la ciudad. Y en cuanto a la perspectiva respecto de La Rioja…cuando me voy de La Rioja y empiezo a escribir, me parece que el hecho de estar lejos, el tomar distancia, ayuda a ver cosas que antes las tenías en frente y no sabías por qué estaban allí. Cosas que ocurren en La Rioja que es una provincia sumamente política y sumamente religiosa; y hasta qué punto están la religión y la política metidos en el ADN de los riojanos.

SI UNO HACE UNA LECTURA, O HACE UNA PRIMERA LECTURA DE LA NOVELA, Y TAL COMO SE SEÑALA EN EL PRÓLOGO, PARECE QUE NO HUBIERA INSTANCIAS DE CONCILIACIÓN ENTRE UNA MUJER Y OTRA, PERO SIN EMBARGO UNO SE QUEDA CON LA SENSACIÓN DE QUE EN ALGÚN PUNTO TERMINAN SIENDO IGUALES, O TERMINAN ENCONTRÁNDOSE EN ALGUNAS CUESTIONES. ¿ESTÁ PLANTEADA ESTA SENSACIÓN DE ESA FORMA DE PARTE TUYA? ¿ES PARTE DE LA CONTRADICCIÓN EL PODER ENCONTRARSE CON EL OTRO, CON ALGUIEN DIFERENTE A NOSOTROS, EN ALGÚN PUNTO?

Si, pero tiene que ver con una mirada que yo tengo sobre todas las cosas; no sé si a veces peco de tibio en esto de los blancos y los negros que es la vida; muchas veces el encuentro se da en los grises. No todo es sí, no todo es no. Si bien se habla de contradicciones en cuanto a lo que se dice y lo que se hace, también hay como un ejercicio personal de dejarle la tarea pendiente a los lectores de ver qué harían ellos en estos casos, ¿se reconciliarían con esa parte más oscura de uno?, ¿serían más justos y harían las cosas como se deben hacer? La vida es contradecirte todo el tiempo, salvo que tengas una moral sumamente limpia. Laura Restrepo dice que ‘a todos nos toca atravesar las aguas turbias del mal’; bueno, si a todos nos toca, estamos en situación de decir ¿qué harías vos en ese momento?; ¿actuarías en consecuencia de lo que pensás, de lo que la religión te dice, de lo que la política te dice? En nombre del amor, de la religión, de las buenas costumbres entre comillas se permiten y se hacen muchas cosas.

HACÍAS MENCIÓN RECIÉN A DOS CUESTIONES PUNTUALES COMO POLÍTICA Y RELIGIÓN. EN POLÍTICA, MAYORMENTE, ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A ESCUCHAR HABLAR DE LA GRIETA COMO UN ELEMENTO O COMO UNA INSTANCIA QUE HASTA NOS CUESTA DIMENSIONARLA. EN ESTE CASO, EN ESTA NOVELA, ESTÁS DANDO CUENTA DE UNA GRIETA MUCHO MÁS CERCANA, QUE TIENE QUE VER CON LAS CUESTIONES COTIDIANAS Y CON LO HUMANO Y TAMBIÉN ESTÁ LA PALABRA “PROCESIÓN” …EN LA RIOJA VIVIMOS EN ESTADO DE PROCESIÓN. Y ESA PALABRA PODRÍA QUIZÁS TAMBIÉN DEFINIR EN PLENITUD ESTE CONFLICTO QUE NACE EN LA NOVELA, QUE ES LA CELEBRACIÓN DE UNA COMUNIÓN, ¿SENTÍS QUE TODO ESO QUE TIENE QUE VER CON LA POLÍTICA Y CON LA RELIGIÓN SE FUE METIENDO DE ALGUNA FORMA DENTRO DE LA NOVELA SIN QUE TE DIERAS CUENTA?

Es un poco lo que te decía anteriormente: uno no se da cuenta, está ya metido en la novela. Cuando escribí ‘Las dueñas del drama’, pensaba que era una historia que trataba de la soledad de ciertas mujeres en situaciones extremas, como cuando te atropellan a un hijo, pero resulta que ese atropello está avalado por el poder. Mattías Meragelman (periodista) al leerla me dice que se trataba de una novela política y yo nunca había hecho esa lectura, hasta que él me lo dijo. En este sentido, en ‘La procesión’ me parece que hay una intencionalidad fuertísima y obvia de que sea así respecto del tema religioso. Siempre me llamaba la atención que independientemente de la religión que uno profese, se sigue aplicando la Ley del Talión, del ojo por ojo, del diente por diente. Basta que aparezca una noticia en redes sociales sobre alguna situación particular como el maltrato animal, por ejemplo, para que los comentarios sean siempre del mismo tenor: quien torturó debe ser torturado, quien violó debe ser violado, quien mató debe ser eliminado. Acá sí hay una búsqueda, pero excede a La Rioja. ¿Cuál es la naturaleza del pecado al final del día? Depende del ojo con el que se mire. Es como un poliedro, tiene muchas caras ese pecado al final del día.

A PROPÓSITO DE LAS DIFERENTES LECTURAS, HAY VARIOS TEMAS O CUESTIONES QUE SUBYACEN EN LA NOVELA QUE, SI BIEN NO SE PROFUNDIZAN, ESTÁN ALLÍ, COMO POR EJEMPLO EL TEMA DEL NIÑO QUE TIENE QUE HACER LA COMUNIÓN Y QUE COMO OCURRE MUCHAS VECES LOS ADULTOS EJERCEN PRESIÓN, EN PARTICULAR SOBRE LOS NIÑOS Y LOS ADOLESCENTES, EN ESA TOMA DE DECISIONES QUE EN DEFINITIVA SON DECISIONES QUE TOMAN LOS ADULTOS SIN CONSULTAR. ALLÍ APARECE TAMBIÉN EL MANEJO QUE HACÉS DE LA IRONÍA, DEL HUMOR NEGRO. ¿CUÁL ES LA MIRADA QUE TENÉS RESPECTO DE ESTO?

Hay una generación de quiebre, que no creo que sea la mía. Las nuevas generaciones ya son más de quiebre que las nuestras, que fueron más tradicionalistas y en las que se debía hacer lo que te decían que debías hacer. En el deber ser, estaba también el deber creer, el rol asignado al nacer: vos vas a ser cristiano, vos vas a ser el que traiga el pan a la casa; todos teníamos un rol asignado. Los baby shower me parecen un espanto porque están celebrando el género de una criatura que vaya uno a saber si después se autopercibirá de otra manera. No soy muy pro esas cosas. Si bien vengo de una familia muy tradicional, el mejor regalo que me dieron mis viejos fue la libertad de elegir quién soy, de estudiar lo que quiero, pero en esa libertad, incluso, es muy difícil también sacarte de encima los mandatos familiares. En la novela todo empieza por una puja entre dos abuelas que persiguen intereses diferentes, que es básicamente dónde el niño va a hacer la comunión; entonces a partir de ese problema, de esa discusión es que empieza a suceder todo, pero al niño nunca se le preguntó si quería hacer la comunión. De hecho, le dicen ‘el perrito’ porque es obediente, es dócil y puede ser amaestrado, y habla un poco también de eso, de cómo desde la adultez muchas veces se toman decisiones sobre los niños que pensamos que van a ser buenas, pero que al final del día responden más a nuestros intereses que a los intereses de los chicos. Muy pocos adolescentes disfrutan de la mesa familiar, porque no les importan los temas que tratan los mayores, y cuando ‘están en su mundo’, como suele decirse, muy pocas veces se les pregunta qué opinan sobre determinado tema, o porqué opinan así, qué quieren ver en la tele, qué les paso en la escuela.

UN POCO EN RELACIÓN A ESO, HAY TEMÁTICAS QUE DE ALGUNA FORMA TE RODEAN, TANTO EN TU PRIMERA NOVELA COMO EN “LA PROCESIÓN DE LAS CONTRADICCIONES”, QUE QUIZÁS ESTÁN TRATADAS DE DISTINTAS FORMAS, PERO QUE EN DEFINITIVA DE ALGUNA MANERA SE TOCAN, COMO EL ABANDONO, LA SOLEDAD, CUESTIONES QUE POR AHÍ PUEDEN LLEVAR A LA DEPRESIÓN. ¿CÓMO TE LLEVAS CON ESAS CUESTIONES DESDE EL LUGAR DEL ESCRITOR, PERO TAMBIÉN DESDE EL LUGAR DE LA PERSONA, EN LO COTIDIANO Y COMO OBSERVADOR?

Me parece que sí o sí las tenés que atravesar para escribir. Uno puede ser muy bueno escribiendo ficción y ponerse en la piel, en los zapatos de un asesino serial, pero mínimo tenés que tener las mismas contradicciones que el personaje. A todos en algún momento de nuestra vida nos han abandonado o todos hemos dejado a alguien, entonces son dos caras de una misma moneda, que es la soledad, y Siempre surge la pregunta de qué haces en esos momentos. La palabra drama, el génesis de esa palabra es el movimiento; en ‘La procesión de las contradicciones’ se trataba también de plantear eso, sin ánimos de spoilear el final del libro. ¿Pero qué hubiese hecho uno?, ¿cómo se hubiese comportado? La soledad, el abandono, más que a la depresión lo llevan a uno a la desesperación y hay una frase que dice que ‘no hay belleza en la vida si no hay desesperación’. Incluso en los momentos más desesperados que uno tiene, encuentra atisbos de belleza. Ahí creo que es donde se llega a conocer lo que es una persona. Cuando a la persona le sacás el caparazón moral, la armadura moral y choca con las cosas de la vida para las cuales no está preparada y tiene que actuar en consecuencia, no hay personajes lavados. Es la vida misma.

¿Y POR QUÉ TUS PERSONAJES SON SIEMPRE MUJERES?

Esa es la pregunta que siempre me hacen. La primera respuesta que te daría es que es porque me aburre muchísimo el punto de vista del hombre. Las veces que escribo desde el punto de vista de un hombre me salen textos lavados, poco creíbles. Soy criado en una casa con cuatro generaciones de mujeres: mi abuela materna, mi mamá, mi tía, mi hermana; siempre estuve rodeado de mujeres, primas, tías, las mujeres que cuidaban la casa. Si bien podía tener momentos para jugar, quedarme en la mesa y escuchar todas esas historias que tenían esas mujeres…las novelas se escriben solas (risas). Juan Gabriel, que es un cantante que me encanta, dijo una vez una frase que me parece que encaja perfecto en esto: ‘el arte es femenino’. Creo que es así y no le doy más vueltas; las entiendo más me parece.

EL TEATRO DE LA VIDA

“Hablan de La Rioja, de las miserias y luces de su vida urbana y rural; pero, como las buenas novelas, ‘La procesión de las contradicciones’ expande con sabiduría su terreno. Mientras delimita bien su zona geográfica, hay otra zona -marginal, literaria, irresistible- que se estira minuciosamente, que tiende tentáculos y que nos arrastra del cogote con la dulzura de la buena literatura. Hacia dónde nos arrastra es el gran interrogante. Y eso, desde luego, es lo que nunca conviene saber. No es cuestión de venir a romper el hechizo”, refiere Mariano Quirós sobre la novela de Martín Alanís y, en definitiva, sobre el escritor mismo que, a través de sus personajes, también va indagando sobre el teatro mayor -al que bien podría adaptarse “La procesión de las contradicciones”-, el teatro de la vida misma, con todas y cada una de sus circunstancias y particularidades, ligadas al transcurrir del tiempo, y a las que con su voz -que da voz a tantas otras voces- arriba con la mirada atenta y la sensibilidad a flor de palabra.

HABLÁBAMOS AL PRINCIPIO DE LO QUE TIENE QUE VER CON EL TIEMPO, DEL TIEMPO QUE HACE QUE TE FUISTE DE LA RIOJA, Y POR AHÍ ESCUCHÉ EN ALGUNA ENTREVISTA QUE TE PREGUNTARON CUÁL PODRÍA SER EL MEJOR CONSEJO QUE TE PODRÍAN DAR Y VOS HICISTE REFERENCIA JUSTAMENTE AL TIEMPO. EN TUS NOVELAS TAMBIÉN ESTÁ EL TIEMPO COMO UN FACTOR QUE VA APARECIENDO, QUE ATRAVIESA, QUE VA HACIA ATRÁS, QUE VUELVE, ¿QUÉ ES EN DEFINITIVA EL TIEMPO PARA VOS? ¿QUÉ TE DIO EL TIEMPO Y CUÁL ES PARA VOS LA MEJOR MANERA DE MEDIRLO?

El tiempo te da una perspectiva para las cosas: que no son demasiado graves algunas, que algunas no son demasiado importantes, y al final del día hay cosas por las que te desvelabas que después no tienen peso en tu vida más que en lo material. Si me entrevistabas diez años antes, mi sueño era publicar libros, ser escritor, pero ahora que tengo dos libros publicados, el hecho de que me falten mis dos padres es como un síntoma de ‘pasó el tiempo’ y ahí lo medís, no en función de lo que te estabas preocupando, y entendés que no es solamente ganancia, sino también pérdida, si hubiera que buscar un sistema de medición. Como te digo, es la famosa frase que dice que ‘el tiempo se encarga de acomodarlo todo’, es eso. Siempre me agarro de una frase, de un consejo que me dio una amiga: ‘el peor y el mejor consejo que a uno le pueden dar es tiempo’.

HABLÁS DEL TIEMPO Y DEL SUEÑO QUE TENÍAS DE ESCRIBIR, DE PUBLICAR UN LIBRO: ¿QUÉ ES HOY PARA VOS ESCRIBIR?

Es un trabajo. Y como tal muchas veces pienso que responde a cierta disciplina, sentarse, escribir, escribir y escribir. Hay momentos en los que uno tiene cierto reposo con la escritura, y hay momentos de mayor productividad, pero también tiene que ver con que es un trabajo que tiene que ser remunerado como tal. Para quienes escribimos o nos dedicamos de una manera u otra a tareas artísticas, es como que la parte monetaria es mala palabra, o no se discute lo suficiente. La escritura es trabajo y más allá de la disciplina debería ser remunerada como tal. Esto también tiene que ver con que uno en el libro, como autor, es la cara visible o la punta del iceberg de muchos otros trabajos que están en torno a la escritura: el editor, el corrector, el que maqueta, el que saca la foto para la portada, el que se encarga de la distribución, las redes sociales. Por eso me enoja cuando te vienen a pedir un precio especial por el libro. Tuve la suerte de que ‘Las dueñas del drama’ quedó seleccionada en una convocatoria de una editorial independiente, que es Falta Envido Ediciones y que esta novela, ‘La procesión de las contradicciones’ ganó el concurso de la Feria del Libro de La Rioja, cuyo premio era la publicación del libro y dinero en efectivo. Eso fue un privilegio enorme, porque pude recuperar algo de todo lo invertido en el proceso, pero hay escritores que tienen que pagar su publicación, que no tienen la suerte de que los lean, de que los editen.

EL EJERCICIO DE LA ESCRITURA, REQUIERE INDISPENSABLEMENTE DE LA CORRECCIÓN, EN REFERENCIA TAMBIÉN A LOS CORRECTORES Y DEMÁS, PERO DIGO TAMBIÉN DE LA CORRECCIÓN DE UNO MISMO, Y CREO QUE EN PARTE ESO ES TAMBIÉN UN REFLEJO DE LO QUE NOS PASA A DIARIO EN LA VIDA, ¿QUÉ TE GUSTARÍA CORREGIR SI PUDIERAS CORREGIR ALGO DE LA NOVELA Y DE TU VIDA EN PARTICULAR?

Para la vida voy a terapia (risas). De la novela, no sé. Me parece que también nos hace mal la sobrecorrección. Hay que hacer ciertas concesiones; la sobrecorrección del texto hace que se pierda la naturalidad que tiene la oralidad en mis libros. Hay cosas que las tengo que dejar pasar. Puede haber errores tipográficos como en los grandes libros, pero no sé si corregiría ni el actuar ni el pensamiento de un personaje, o por lo menos de estas dos protagonistas de ‘La procesión de las contradicciones’. Me parece que ahí pierde gracia la literatura; cuando te encorsetás y te ponés bajo una mirada moral, perdés toda posibilidad de hacer algo medianamente creativo, original, y te salen personajes lavadísimos, en los que es muy fácil identificar al bueno y al malo. Creo que acá, al final del día, el lector es el que decide quién es el bueno y quién es el malo y mi trabajo ya está hecho. Las contradicciones de los personajes no se pueden corregir; las contradicciones son sanas también. La Argentina siempre fue de ir al choque: o sos de River o sos de Boca, o leés a Borges o a Cortázar, los unitarios y los federales; siempre fuimos de los polos opuestos. Y esta novela representa también a los polos opuestos. Para entender a estas abuelas tengo que saber qué hacen, cómo se mueven, dónde compran las cosas, a quién votarían, por más que no esté todo eso en la novela. En ese sentido va la escritura.

¿TENÉS ALGUNA OBSESIÓN LITERARIA?

Quiero seguir trabajando con las voces. Si son femeninas, mejor. Me gusta probar nuevos recursos narrativos. Recién voy dos novelas y muchos dicen que son parecidas o que tienen algo similar. Tienen una estructura narrativa similar, pero son dos tramas diferentes. La idea es seguir escribiendo, explorando los universos de las mujeres de La Rioja. Esa es mi mayor obsesión a la hora de la escritura, creo. La analogía entre la actuación -donde tu cuerpo no sabe por qué de pronto estás contento sin estar contento- y la escritura es familiar. Esa es la mayor obsesión que tengo a nivel de escritura.

¿CÓMO HA SIDO TU EVOLUCIÓN DESDE LAS PRIMERAS LECTURAS? ¿CUÁLES FUERON LAS PRIMERAS LECTURAS QUE POR AHÍ TE MARCARON Y QUE DE PRONTO SENTÍS QUE TE METIERON EN ESTE CAMINO IRREMEDIABLEMENTE?

Creo que todo el mundo siempre espera que hable de mi viejo como el que me introdujo en el mundo de los libros, pero en realidad el recuerdo más primario que tengo, de más chico, era pasar los veranos en Malanzán, donde no volaba una mosca y con suerte si tenías DirecTV podías ver algo en Telefé, que era como lo máximo a los que aspirabas, aparte de ir a la plaza a jugar. Mi mamá leía las novelas de Sidney Sheldon y yo leía esas novelas, novelas breves. Ahí me doy cuenta que también la escritura responde a un gusto en particular por Hollywood, la maquinaria de Hollywood me enloquece, hay grandes guionistas. Siempre tuve las novelas de misterio a mano cuando era chico, novelas de Isabel Allende por parte de mi mamá, y de grande fui encontrando a otros autores o resignificando algunos que tenía en pausa, especialmente cuando me vine a Buenos Aires. Empecé a volver a algunos clásicos, a leer por primera vez libros de grandes autores. Miro la biblioteca y tengo tantos libros…pero esto se fue transformando también a medida que fui conociendo gente en el camino que me fue recomendando cosas. A veces funciona y a veces no. Intentar forzar la lectura es como forzar el amor, si no se da, no se da.

SE METIÓ POR ALLÍ EL TEMA DE LA COMUNICACIÓN, Y TE ESCUCHÉ DECIR TAMBIÉN QUE TE GUSTA VER LA VIDA DESDE LA COMUNICACIÓN. ¿QUÉ SIGNIFICA PUNTUALMENTE ESO EN ESTOS TIEMPOS QUE CORREN EN LOS QUE SUPUESTAMENTE ESTAMOS HÍPER COMUNICADOS Y DE PRONTO PARECE QUE NO ES TAN ASÍ?

Más allá de lo académico, la comunicación tiene que ver con el tema de ponerse en el lugar del otro. Creo que la comunicación viene de eso, de comunión, de esa palabra que, durante el encierro, el confinamiento que tuvimos por la pandemia estaba en boca de todos, que es ‘empatía’. Todo el mundo se dio cuenta de que debíamos ser empáticos con el otro. El reflexionar antes de hablar me sirve mucho, medir las palabras. La palabra muchas veces puede ser usada como un arma de destrucción o como una herramienta para construir. La empatía te permite ser amable con el otro porque no sabés cómo la está pasando, qué batalla interna está librando, pero por sobre todas las cosas hay que ser amable, empático con uno mismo.

¿CUÁLES SON LAS CONTRADICCIONES CON LA CON LAS QUE VIVÍS EN TU PROCESIÓN DIARIA?

La de siempre, si me voy o me quedo en Buenos Aires. Y cuando estoy en La Rioja, si me voy o me quedo en La Rioja. Esa es la contradicción más grande que tengo: extraño mucho a La Rioja, pero a la vez hay cosas que me duelen. ‘Buenos Aires es el lugar donde es más fácil pedir perdón que pedir permiso’ me decía mi viejo. En La Rioja hay mucho para avanzar, pero la tranquilidad que hay en La Rioja no la encontrás en otro lugar.

ENTRE ESTO DE ANDAR, DE IR Y DE VOLVER Y ESA CONTRADICCIÓN TAN PARTICULAR, TE PREGUNTARON ALGUNA VEZ POR UN SÚPER PODER QUE ELEGIRÍAS Y FUE JUSTAMENTE EL DE TRANSPORTARTE, ¿A DÓNDE?

A mi casa. No es casualidad que una de mis películas favoritas de (Pedro) Almodóvar se llame ‘Volver’. Volver es una palabra hermosa. Hay un poema de (Mario) Benedetti, ‘Quiero creer que estoy volviendo’ que dice ‘vuelvo roto pero entero’. Siento que es eso, tener un lugar al cual volver. No hay libro, no hay premio, no hay Feria del Libro o dinero en efectivo que pueda darte eso, un lugar al cual volver. Siempre estoy queriendo regresar. El hogar de uno te da la contención.

SOBRE MARTÍN ALANÍS

Nació en La Rioja, en el año 1989. Es escritor y comunicador social. En el 2022, publicó su primera novela “Las dueñas del drama” (Falta Envido Ediciones). “La Procesión de las contradicciones” (Plano Editorial) es su segunda novela y obtuvo el Primer Premio del 2° Concurso de Narrativa: Novela breve del Programa Letras en Conexión de la 19° Feria del Libro de La Rioja (2021). En dicha ocasión, el jurado estuvo integrado por Mariano Quirós, Fabio Martínez y Sergio Galtieri.

SOBRE PLANO EDITORIAL

Este proyecto editorial busca afianzar, ampliar e institucionalizar las acciones que se han llevado a cabo en materia editorial en la provincia de La Rioja en las últimas décadas y, sobre todo, profesionalizar las condiciones objetivas de edición, promoción, distribución y venta de libros editados en la provincia (de autores riojanos y de la región) con el fin de fortalecer el mercado librero y editorial provincial y regional. Desde el Gobierno de la Provincia de La Rioja creemos que es una función indelegable del Estado el desarrollo y la promoción de la cultura en su sentido más amplio e inclusivo. Los trabajadores del libro (escritores, correctores editores, diseñadores, libreros y críticos, entre otros) no son sino actores clave de la industria cultural y garantes del acceso a la cultura, a través del libro, como un derecho humano y universal. Esta editorial nació para dar respuesta y certeza a la incertidumbre, para sostener el mundo del libro, el acceso a la cultura y a la educación.

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