El regreso a los escenarios, en el marco de una nueva normalidad que entusiasma, la tuvo y tiene como protagonista. De la Chaya al Chayero sanagasteño, Mariel Valdez lleva su propuesta musical como estandarte, y el compromiso de siempre con dar el salto hacia una evolución que no sabe de géneros ni encasillamientos.
«Yo no soy una más» afirma la reconocida cantante riojana Mariel Valdez en su reciente lanzamiento audiovisual para su tema «No creas», trabajo que cuenta con la dirección de Juan Manuel Facciano y que viene a reforzar un camino emprendido por la artista y que tiene que ver con la apuesta constante a la evolución, más allá de todo género o encasillamiento a los que se resiste fervientemente, por no caer en los lugares comunes que, en muchos casos, le ponen punto final a carreras prometedoras que quedan simplemente en eso.
Si bien aquella afirmación a la que se hizo referencia al principio para el tema compuesto junto a Juan José Valdez tiene anclaje en una historia de desamor, bien puede ser aplicada esa definición a la trayectoria de una artista que, pese a su juventud, ya lleva prácticamente una vida dedicada a la música y a los escenarios que, en esta nueva normalidad que entusiasma la tuvo y la tienen nuevamente como protagonista.
Tras su paso por el Festival de la Chaya, donde fue uno de los números centrales para la transmisión de la Televisión Pública, y en la previa a su participación en el Festival Chayero Sanagasteño como una de las mujeres destacadas por su aporte permanente a nuestra cultura y tradiciones, Mariel Valdez recibió en la calidez de su hogar a 1591 Cultura+Espectáculos, abriendo una vez más las puertas a su universo íntimo, en el que continúa dando rienda suelta a su vuelo creativo.
Por eso, cuando se le pregunta por este nuevo año ya en marcha y por la posibilidad de retomar el curso de la normalidad posterior a la pandemia (que, no obstante, aún no termina), no duda en afirmar que «esperamos volver a recuperar el tiempo perdido, que fueron dos años, pero que parece una eternidad; es mucho para quienes hacemos música».
Lo dice con conocimiento de causa, porque a pesar que no se detuvo durante todo este tiempo, apostando siempre a seguir construyendo, incluso desde el aislamiento, el coronavirus hizo su aparición justo en el momento en que comenzaba a dar a conocer su trabajo «Clásicos del Tango», material que por estos días ya ingresó en la instancia de postulación para los Premios Gardel.
«Con el tango no se si volvería a grabar un disco completo, si temas sueltos, singles», sostiene y, de inmediato, analiza: «Tuve la mala suerte de que comenzó la cuarentena justo cuando yo venía con el disco nuevo. Se cortó todo y es un disco que no lo pude presentar hasta ahora. Hemos mandado el material para los Gardel y ya entramos para la postulación. Ahora tenemos que esperar para saber si quedamos dentro de la terna. Tenemos que esperar, pero no deja de ser un logro estar postulados, y eso ya es oficial. El simple hecho de estar postulados para nosotros ya es importante».
Y desde ese lugar de valoración, que asocia siempre a un concepto de compromiso y esfuerzo heredado, Mariel recobra y da trascendencia a la posibilidad de recuperar no sólo el tiempo, sino también los espacios que se perdieron durante la pandemia. «Se extrañó muchísimo», afirma respecto de su regreso al Festival de la Chaya. «Cuando era más chica siempre había una cuestión de nervios previos, igual que ahora; pero estando arriba ya sentís como que es hermoso estar en contacto con la gente. La verdad que nos fue muy bien, levantamos el público en 15, 20 minutos, nos fue bien, fue lindo volver a encontrarnos. Además, cantamos dos temas que son nuestros, que los estamos dando a conocer ahora y en ese sentido nos estamos jugando, porque no vamos en busca del aplauso fácil».
Mantiene su vigencia. Y lo hace desde una evidente madurez que se basa en la experiencia, apuntalada siempre por un entorno que la acompaña, aconseja y sostiene, también en el disfrute de la cosecha. «Hacía casi dos años que no teníamos contacto con la gente; una trata de mantener presencia, pero no es fácil en un contexto como el que nos tocó atravesar, afirma y vuelve a la carga: «Quiero apostar a lo mío, estamos cansados de escuchar covers y covers. Tuvimos la suerte además de estar dos veces en un mismo día en la Televisión Pública y eso multiplicó los mensajes, amplió la gente que nos vio; ojalá tuviéramos más seguido esta oportunidad. No sé si todos dimensionan la envergadura de este festival (Chaya) y lo importante que es ganarse un lugar ahí».
HACER CONSTANTE
Si algo caracteriza a la carrera de Mariel Valdez es su hacer constante, buscando siempre dar «una vuelta más de rosca» a su pasión natural por la música, más allá de los géneros. «Uno quiere ver una renovación, ver artistas nuevos. Mientras tengamos ganas de hacer cosas hay una posibilidad de ir más allá» destaca y, al mismo tiempo, da las pistas para lo que se viene, porque ya hay nuevos proyectos en marcha, y los anticipa a 1591 Cultura+Espectáculos.
«Me gusta todo, el tango, el folklore. El folklore que hacemos con mi hermano es medio pop», afirma entre risas y como una manera de sostenerse en una búsqueda permanente que, sin embargo, en esta ocasión la va a llevar nuevamente hacia sus raíces más esenciales.
«Estamos preparando un disco nuevo de folklore. Estamos haciendo un proceso hacia un folklore más alternativo, un poco más fusionado. Yo me animo a todo, a probar otras cosas» remarca, en función de reconocer que «el folklore ha evolucionado; si querés despegar es necesario ser más visionario. Si uno quiere expandirse hacia otros públicos, hay que hacer de todo un poco, por eso buscamos darle otra vuelta de rosca. Este año sí o sí tendríamos que hacerlo, mostrarlo y poder presentarnos en diferentes certámenes», se ilusiona.
Y no es para menos. La experiencia con la postulación a los premios Gardel abre nuevas puertas, pero no se trata solo de ir detrás de un reconocimiento que atraviese los límites de nuestra provincia, sino también de dejar un claro mensaje hacia adentro, donde va dejando su huella en cada paso, anclando sus pretensiones también en lo audiovisual, donde junto a Facciano vienen marcando una tendencia poco habitual para La Rioja.
«Le vamos a seguir apostando a lo audiovisual, tanto de tango como de folklore. Vamos a seguir apuntando al nuevo disco, con temas nuevos. Nos animamos con mi hermano a mostrar lo nuestro. Es hora de empezar a apostar a lo de uno, con canciones simples, contando cosas que me pasan a mí o a mi entorno».
En definitiva, hacer lo suyo, lo que mejor le sale y para lo que se sigue preparando en lo cotidiano de sus días. Porque, más que nadie, Mariel Valdez sabe -al igual que su público- que no es una más.