«Ambicionadas» es un espacio en el que las historias de vida de mujeres riojanas retumban como en una caja de resonancia y cobran una dimensión especial, un sentido y un significado que se replica sobre otras tantas experiencias comunes en las que reiniciar es la premisa. Su creadora, Silvia Azcurra, le cuenta a 1591 de qué se trata este desafío de volver a empezar, de volver a ser.
Reflexionar. Pensar. Repensarnos. Si algo debería quedarnos de este tiempo de pandemia y sus circunstancias colaterales, eso debería ser la capacidad de ubicarnos en un tiempo y en un espacio en el que poder vernos íntegramente sea un ejercicio habitual; una manera de resetear y seguir, siempre que sea necesario. De eso se trata Ambicionadas (pero no sólo de eso), un espacio en el que las historias de vida de mujeres riojanas se amplifican para cobrar una dimensión especial, un sentido y un significado que se replica sobre otras tantas experiencias comunes en las que reiniciar viene a ser una de las premisas fundamentales.
Y si de reiniciar se trata, precisamente, quien está detrás de este proyecto ha sabido hacer de su experiencia personal, de su experiencia de vida, un punto de partida hacia el volver a empezar, hacia el volver a ser que hoy le permite situarse en un escenario diferente en el que no sólo se brinda la posibilidad de crecer en libertad, sino que también acompaña a quienes deciden resetear y seguir.
Silvia Azcurra es quien lleva adelante esta propuesta que, en tiempos revolucionados, cobra una relevancia sustancial, afianzándose sobre la base de algunos conceptos que resultan fundamentales y que, como tales, no provienen simplemente de una práctica discursiva vacía, sino de un derrotero propio en el que el aprendizaje y la evolución van de la mano de un compromiso que ella misma define con contundencia: generar contextos de aceptación y confianza para facilitar que otros sean. Desde una actitud de servicio, amorosidad y respeto crear espacios de aprendizaje para que las personas logren diseñar una nueva interpretación de su vida; desde la conexión con sus emociones, con su cuerpo y con su lenguaje. Y acompañar para que, desde su compromiso, se transformen en aquello que quieran ser. En definitiva, una ambición, en el más estricto de los sentidos que esa palabra encierra: el deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr.
«Certifiqué como coach en 2018 y en enero de 2019 comenzó a darme vueltas en la cabeza el proyecto» cuenta Silvia a 1591 y asegura, además, que «esto del entrenamiento como coach es tan poderoso que salís de ahí totalmente reseteado, te cambia totalmente la mirada y la posición que tenías antes, la manera en que estabas parado ante la vida. En mi caso, salí tan distinta que me dije: ‘¿ahora qué, qué hacés con todo esto?'». Un interrogatorio como un punto de partida, un nuevo comienzo, nuevas puertas que se abren a nuevos escenarios posibles y una convicción: que esa experiencia sirva no sólo en lo individual, sino también en la relación con los otros.
Desde ese lugar novedoso, afirma, «empecé a indagar qué quería hacer, para qué, y eso tiene mucho que ver con la ambición que descubrí hace un tiempo; el para qué estoy, que hace a tener un propósito en la vida». En este sentido, señala, «Ambicionadas surge por mi cotidianidad, lo que comparto con mis vecinas, con mis amigas de toda la vida, con mis amigas actuales; estas conversaciones de mujeres en un bar, por ejemplo, la queja constante, el no permitirte lo que querés, el vivir solo para los hijos, todo eso me empezó a hacer un poco de ruido».
Hacer que suceda es uno de los lemas a los que Silvia apela en lo constante de su devenir diario, reconociéndose en esta nueva instancia, aunque sin perder de vista lo precedente. «Estuve en ese lugar en algún momento y todos esos tropezones sirvieron para ser esta que soy hoy» se sincera, como una manera de profundizar los detalles para un proceso que tiene que ver fundamentalmente con ella, pero que se replica en sus pares. «Así empezó, en estos andares que tengo, me fui encontrando con mujeres en nuestro medio, con una vida muy inspiradora para otras; mujeres muy resilientes que se sacudieron y siguieron adelante y se siguen rediseñando, y ahí creo que está la clave. Mientras uno tiene vida no termina de moldear la versión perfecta. Ahí me parece que está lo lindo, en remodelarte todo el tiempo».
HISTORIAS. PASADO. PRESENTE. IR POR MÁS
«Ambicionadas empezó queriendo mostrar historias de vida de mujeres de nuestro medio; historias fuertes que sirvan de inspiración para otras, para entender que se puede, siempre que uno así lo decidas y trabaje en consecuencia. Creo que todo se puede, y si no se puede, hay que tratar de hacer lo mejor posible con lo que te toque» define Silvia para definirse, al mismo tiempo. Se trata de historias que se anclan en experiencias de un pasado reciente, pero que al mismo tiempo se proyectan en este presente, siempre en base a vivencias cercanas de «mujeres comunes que apuestan a la vida y eso me parece poderoso; de todo lo que voy tejiendo, a través de las redes por ejemplo, fueron apareciendo esas siete u ocho historias que con el tiempo se irán renovando, pero que demuestran, entre otras cosas, que el amor va más allá de engendrar biológicamente, o que en nuestra sociedad todavía tenemos resabios pacatos. No obstante, en todos los casos, de lo que se trata es de apostar a la vida».
¿Pero cuánto de esas historias tienen que ver con su propia historia y con su resetearse y seguir? Difícilmente se podría pregonar esa apuesta por la vida, sin antes haber estado en un lugar similar al que esas mujeres, con sus historias, hacen referencia. «Creo que algunas historias pueden tener algo que ver con mi vida anterior, con el siempre vivir para el afuera, tratando de cumplir con cánones establecidos, pendientes del qué dirán; algunas historias me conectan con eso. En mi caso, tiene que ver con el haber tocado fondo y el haber podido emerger como yo quiero y vivir de la manera que elijo y que quiero, algo que no me fue fácil. Para eso, para estar donde estoy parada hoy, tuve que indagar mucho; ir hacia atrás, hurgar, no queda otra y es así como van surgiendo un montón de cosas. A partir de ahí me pude posicionar y mirar hacia adelante. Estas mujeres tienen mucho de resiliencia y en eso nos parecemos; en el espíritu entusiasta y conquistador que nos permite ir por más».
Surgir y resurgir. Términos que en la actualidad y en contextos de pandemia tienen un significado muy potente, pero que Silvia los viene trabajando desde hace ya un buen tiempo, como una manera de establecer su propio surgir y resurgir, con otra determinación y otra mirada. Y, también, con otra ambición. «La ambición para mi tenía mala prensa. Sonaba como altivez, como soberbia, y en realidad es todo lo contrario, es un estado de ánimo muy poderoso que permite ir más allá de lo que uno creía que podía llegar. Trascender, posicionarse, saltar. Tiene mucho que ver con mi historia anterior y hay también otras mujeres que me inspiran con sus historias y quiero compartirlas».
CADA DÍA UNA CONQUISTA
«El coach no te ayuda, te acompaña, es un compañero de ruta que te permite ver todos los recursos que tenés y que no los estás viendo; traerlos y sumar para posicionarte. Muchas mujeres se han sorprendido de lo poderosas que eran al encontrarse con ellas mismas; al conectarnos con lo que sentimos, con lo que nos está pasando por dentro. Antes éramos autómatas totales», explica desde ese universo cognitivo que le brinda un oficio que desarrolla desde diferentes ángulos y que ancla, también, en las redes sociales. «Me interesa que mujeres de diferentes lugares y posiciones compartan cómo se están sintiendo hoy. Eso es lo más poderoso, quién elegís ser hoy: las circunstancias o más que las circunstancias. A veces no se puede ver, enfrentarse a uno mismo es toda una cuestión. Y hoy nos pasa que si no tuviéramos la tecnología no podríamos generar vínculos; lo que no podemos tener en cuarentena es la cabeza».
«Un ser en estado aprendiente, conectada con la vida en cada paso y a cada minuto desde la pregunta, la reflexión, las emociones y la acción. Exploradora de quién soy y descubridora de quien no soy». Así se presenta Silvia Azcurra en su sitio web www.silazcurra.com.ar, donde la «Comunidad Ambicionadas» cobra vida como espacio y propuesta, dentro de un gran abanico de posibilidades. «Quizá para algunas puede ser difícil, pero no es imposible, allí es cuando entra a jugar la bendita labor del coach para traer estas cosas, sacarte de la ceguera cognitiva, de tantos años de mandato, los tener que, los deber ser. La vida se vale siempre de señales. De cuna nuestra condición es la libertad y la misma vida nos va embotellando, hasta que llega un momento en que eso colapsa, no va, no funciona, te sentís incompleto. Hay que descubrir qué es lo que uno quiere y para qué lo quiere».
Y en eso consiste su tarea, aunque no solo en eso, ya que aplicado a su propia experiencia puede afirmar: «mi para qué es ese, acompañar a otros a rediseñarse y a vivir la vida, no a sobrevivirla. No es humo, es lo que soy, no hay otra cosa, yo creo en esto. Hace mucho que no vivo de la misma manera. La locura, el humor, el baile son pilares. Estoy fortalecida».
Un ser aprendiente. Pero también un ser generoso en el compartir y el acompañar desde ese aprender. Es así como Silvia considera que «todos los días son una conquista». Y una ambición en pos de ir siempre un poco más allá. Resetear y seguir.
UNA AMBICIÓN
Quiero seguir creciendo a nivel personal; es todo un cambio mental y espiritual. Ambiciono seguir así como vengo, con este equilibrio en mis tres dominios: lenguaje, cuerpo y emoción, a lo que le agrego la espiritualidad en danza, en sintonía.
REDISEÑAR
El ‘para acompañar a otro a que viva mejor’ me suena como un tanto soberbio, pero el acompañar a otros a que rediseñen su vida y vivan de la manera en que quieran vivir me cierra mucho más».
EL SENTIDO
Estoy para tratar de pasar; a partir de un tiempo no sobrevivo más, que es lo que estaba haciendo; hoy vivo, la vida tiene sentido.
OPORTUNIDAD
Agradezco la cuarentena. Me ha servido este momento de más pausa. Hace tiempo que me permito la pausa, mi nivel de consciencia es otro, seguir indagando en mí, seguir ajustando las tuercas. La pandemia ha sido una muy buena oportunidad para resetearnos como sociedad, más allá de nuestro ombligo.
MIRADA
Trato de ver a las personas como pueden llegar a ser y no como son, entablar relaciones desde allí, mirando a las personas desde la posibilidad.
PERFIL. SILVIA AZCURRA es Coach Ontológico Profesional en Servicio, acreditada por FICOP y AACOP y post- titulada en Coaching Ejecutivo y Organizacional-Locutora Nacional – Entrenadora de Oratoria y Habilidades Comunicacionales.
CONTACTO: www.silazcurra.com.ar // Facebook: Ambicionadas // Instagram: silazcurracoach
(La presente entrevista fue publicada en el suplemento 1591 Cultura+Espectáculos de diario NUEVA RIOJA)