Epifanía núñez abre las puertas de su espacio de exposición y ventas. De esa manera, otorga un lugar diferente a una obra que ya comenzó a trascenderla, al tiempo que que también pone en evidencia, una vez más, su capacidad de transformación constante, al igual que lo hace con los materiales que dan forma y sustento a sus creaciones.
Epifanía Núñez, lo hemos señalado en varias ocasiones desde 1591 Cultura+Espectáculos, es una artista en constante transformación. Así lo demuestra la evolución de su obra que, desde una concepción que valora lo esencial que nos rodea, invita siempre a descubrir y comprender la matriz real y verdadera de las cosas. La capacidad de Epifanía para dar a luz obras de incalculable valor desde una mutación de los materiales que es al mismo tiempo un permanecer en ellos, le permite valerse de elementos que poseen tanta historia como proyección hacia un futuro que, con el paso del tiempo, será también memoria.
Así es como la artista construye su labor sustancial que se sostiene, en las más de las veces, en devolverle vida y sentido a piezas olvidadas y atravesadas por el intempestivo paso del tiempo, dándoles así una nueva sustancia y significado, pero siempre con una temática constante. Y, también, una visión que se adelanta a la cronología misma, no solo en las formas, sino en lo profundo del mensaje. No por nada, en tiempos de pandemia, puede ofrecer al público un espacio único en sus características en La Rioja, al que supo concebir con anticipación, pero también con esfuerzo y dedicación.
En barrio San Martín, quienes gusten de las artesanías podrán disfrutar no sólo de apreciar una obra ya terminada, sino también de un recorrido guiado por los pasos que abarca la creación de ese objeto único y tan característico de una artista que deja su huella inconfundible en cada pieza. Ese proceso, precisamente, es el que apasiona a Epifanía y el que, como ella lo define, abre los horizontes de una producción que no se detiene, sino que cada vez va adquiriendo más y nuevos matices, a partir de una originalidad extraordinaria.
«Siempre digo que no puedo hacer una obra, no puedo lograr decir voy a trabajar con una obra específica. Salen a montones, porque es constante lo que surge. Siempre tuve que hacer 20 o 30 obras como para saciarme un poco. Es lo que me pasa cuando veo los materiales, veo un puñado de obras. Casi todo es así, las esculturas, las vasijas», afirma la artista. Y basta con recorrer ese espacio de muestra como para llegar rápidamente a la conclusión de que su capacidad de creación (anudada a su creatividad) es inagotable.
El taller es su lugar en el mundo. «Ahí tengo que estar», sostiene sin dudarlo y agrega: «Este es un estilo de vida para mí». Ese estilo de vida, precisamente, es el que Epifanía muestra al abrir las puertas de su casa, donde el arte se respira y habita en todos los espacios, desde el ingreso mismo. Todo invita al visitante a permanecer un buen rato e impregnarse de formas y colores sustanciales y que despiertan los sentidos, tal como le ocurre a la artista al momento de dar espacio a la invención. Mucho más, incluso, en tiempos de cuarentena.
«No me complicó para nada la pandemia. Estaba ansiosa esperando jubilarme de la actividad docente para poder meterme de lleno en el taller. Me gusta mucho estar en el taller sin tiempos ni horarios; tengo material para rato, sin necesidad de salir a buscar. Lo que sí puede ser que cambie es el hecho que sí le das más significado a cada cosa. Cobran mucha importancia los materiales porque es ahora cuando pasan a ser protagonistas; observo más detenidamente lo que tengo en el depósito», contaba Epifanía a 1591 Cultura+Espectáculos en ocasión de brindar una muestra virtual para el Museo de Bellas Artes «Dr. Juan R. Vidal» de Corrientes.
Tiempo después, y con condiciones similares, la artista reconfirma esa voracidad por la creación, más allá de los contextos adversos que, en su caso, no hicieron más que acentuar esa decisión de permanecer en un espacio que le es muy propio, pero que ahora tiene también la generosidad de compartir con el público. «Las visitas son sin obligación de compra», aclara en primer lugar, para luego señalar que, debido a la situación sanitaria, «es necesario pedir turno con anticipación y que no pueden ser más de cuatro personas las que permanezcan en el lugar durante las visitas. Este espacio tiene como objetivo el poder difundir la obra», sostiene, además, al tiempo que informa que «también brindamos asesoramiento para arreglos o terminaciones en las casas».
Tal lo indicado anteriormente, este espacio de exposición y ventas no solo muestra la ductilidad de Epifanía Núñez para dar lugar a una obra que ya comenzó a trascenderla, sino que también pone en evidencia, una vez más, su capacidad de transformación frente a modelos que, por esta circunstancia particular por la que atravesamos, pero también por desgastes lógicos de mecanismos añejos, van perdiendo vigencia y, por lo mismo, se tornan obsoletos.
«Ya antes de que pasara esto, no me llenaba el formato de las muestras, por eso me aislé un poco y estuve más en el taller. Cuando volví ya no era lo mismo», se sincera. «Entonces entendí que era con lo que ya tenía que podía modificar las formas, buscar otras maneras y se dio de esta manera. El cambió fue muy brusco, pero la verdad es que no extrañé mucho las muestras. Es mucho el esfuerzo que hay que hacer para trasladar las obras y armar un stand, y si no hay ventas es una pérdida enorme», agrega. Y va, siempre con claridad en sus ideas, un poco más allá: «Esta pata tiene que ver con la forma de difundir; esto surgió hace mucho y estuve trabajando para lograrlo, porque venía viendo que esto iba a pasar, al margen de la pandemia, y que era una necesidad. Tenía el local en el (Hotel) Naindo y la gente me iba mostrando que tenía que buscar otra manera; la gente preguntaba quién era la artista, querían ver el lugar, el proceso de la obra, entonces empecé a trabajar para armar esto. También estuve en la Feria Internacional de Turismo (FIT) y me pasó lo mismo. Necesitaban una casa de artesano, una casa de artista para llevar a la gente; fue entonces que me decidí. Esto me llevó mucho tiempo, y está hecho todo a pulmón; lo fui armando de a poco. Y ahora surgió esto de la pandemia y siento que estoy en condiciones de hacerle frente».
Un espacio en el que todo está para ver, para apreciar, para disfrutar. Un lugar en el que la obra vive de la mano de una artista única, que día tras día se supera a sí misma no sólo en producción, sino también en la construcción de un sentido que le viene dado desde muy pequeña. Y que agradece. «Para mí es una bendición poder estar en esto desde chica y que me hayan prestado atención y me hayan acompañado, desde mis padres hasta mis docentes. Esto se me dio mucho desde niña; uno tiene destinado un lugar y este es el único espacio que hay en La Rioja de este tipo, y si la cerámica de La Rioja se conoce también por esto, en buena hora».
CONTACTO
Dirección: Calle Pública N° 1, entre San Luis y Entre Ríos, Barrio San Martin, La Rioja Capital
Mail: epiarte.07@gmail
Teléfono: 3804391014
Facebook: Epifania Nuñez
IG: epiarte60
(La presente nota fue publicada en el suplemento 1591 Cultura+Espectáculos de diario NUEVA RIOJA)