Tradición, costumbre e historia

Uno de los cónclaves más importantes del patrimonio cultural riojano cumple 50 años preservando los trazos de nuestra historia para que las presente y futuras generaciones puedan conocerla.

Cuenta la historia que hacia fines del siglo XVII, posiblemente en el transcurrir del año 1693, el presbítero español, Luis María de Las Cuevas fue quien levantó los primeros muros de la casona, el zaguán y dos de las habitaciones que daban a la calle que por aquel entonces se llamaba El Telégrafo, hoy Pelagio B. Luna al 811. A partir de allí, a De Las Cuevas le sucedieron varios nombres que fueron haciendo diferentes modificaciones estructurales, hasta que en 1870 la familia Pazos Moreira se hizo cargo de la casa que ya evidenciaba ese toque colonial: espacios grandes, dos patios con sectores de servicio, caballerizas (tuvo coche de plaza y uno de transporte de carga), huertas, tambo y corrales. En aquel tiempo la denominaban solar, ya que ocupaban media manzana o manzana entera. Según solían narrar las últimas personas que habitaron la casa en el segundo patio había una gigantesca pajarera y deambulaban por sus amplios pasillos personal de servicio, cocinera, lavandera y de limpieza para poder mantenerla en condiciones.
Ya en el año 1968 el NOA Cultural, solicita permiso a la familia Pazos Moreira para organizar una exposición de artesanías tradicionales, en la que se exhibieron trabajos presentados por cinco provincias del noroeste argentino. Del éxito de esta exposición surgió la idea de instalar en la casa de los Moreira un Museo Folklórico. Los dueños accedieron entonces a vender su residencia. El Gobierno provincial, en tanto, a través del Ministro de Instrucción Pública gestionó ante la Secretaria de Turismo de la Nación los fondos para adquirir la casona y entregarla a La Rioja para la formación y creación de un Museo. Es así como finalmente se adquiere la casa un 25 de julio de 1969. El 1 de agosto de ese mismo año, con dos salas de exposición, queda oficialmente inaugurado el Museo Folklórico.
Desde entonces y hasta la fecha, en Pelagio B. Luna al 811 se resguarda la tradición y la costumbre de La Rioja. Piezas que forman parte de la historia de la Provincia son delicadamente custodiadas por el personal que, a cargo de la directora Roxana Carrizo, ofrecen al ocasional visitante a corazón abierto, poniendo lo mejor de su especial estudio y preparación para brindar con todo conocimiento las bases y fundamentos de la idiosincracia riojana.
Tan es así que no debieron pasar muchos años para que el Museo Folklórico adquiriera renombre y prestigio, por lo que la Legislatura de la Provincia, se interesó por esta labor y su proyección en todos los sectores y promulgó la Ley 3.256, que el 1 de octubre de 1973 se aprobó por unanimidad, estableciendo que sobre la base de la institución se cree el Instituto del Foklóre Riojano y sus dos departamentos: Museo Folklórico y Mercado Artesanal.
El Museo Folklórico Riojano, que finalmente y tras 50 años de intensa labor será proclamado Patrimonio Cultural riojano representa la vivencia de toda una época colonial y, tal como sus actuales “moradores” lo definen, significa el matinal saludo, una charla de café, una rueda familiar de mate o el compartir un vaso de vino de pura cepa riojana. Por el corazón del Museo, hay un mensaje que pasa desde el abrazo amistoso de su patio, el brasero rústico para el mate, la cocina que se aroma con el pan fresco, las tinajas prometedoras del néctar de las uvas; se detiene por el emblema de su secular “Tinkunaco”, palpita en la cerámica de viejas divinidades diaguitas, refresca el corazón con el aguatero cántaro de antiguas familias, nos hace sombrear en el añoso jacarandá y nos dice “vuelvan” desde una santa Rita abrazada a la reja del mismo patio.

SALA CAPILLA

LA TRADICIONAL RELIGIÓN RIOJANA, CON SUS CULTOS Y RITOS SIRVEN DE PUERTA EN LA SALA CAPILLA: ALTARES, IMÁGENES, AYIS Y ALFÉRECES; LA NAVIDAD RIOJANA CON SUS TÍPICOS PESEBRES SON UN SILENCIOSO MENSAJE QUE NOS OBLIGA A DETENERNOS A PENSAR EN PROFUNDIDAD LO QUE LA HISTORIA NOS MUESTRA COMO IMPORTANTE EN EL TRASCURRIR DEL TIEMPO.

SALA DORMITORIO

LA SALA DORMITORIO DEMARCA LA PRESENCIA HACENDOSA DEL AUTÉNTICO CONVIVIR RIOJANO. EL TEJIDO, EN UNA DE LAS ARTESANÍAS MÁS DIFUNDIDAS Y DE MAYOR VALOR ARTÍSTICO, PRESENTA CARACTERÍSTICAS NOTABLES EN CUANTO A LA VARIEDAD DE PIEZAS, RIQUEZA DE DISEÑO Y CALIDAD DE CONFECCIÓN. LA MATERIA PRIMA UTILIZADA MÁS COMÚNMENTE ES LA LANA OVINA HILADA MANUALMENTE Y TEÑIDA. EL USO DE TINTAS INDUSTRIALES PARA EL COLORIDO DE LAS PIEZAS, HA DESPLAZADO A LAS NATURALES PRESENTES SÓLO EN PIEZAS EXCEPCIONALES.

SALA MITOLOGÍA

OFRECE LA CREATIVIDAD Y LA IMAGINACIÓN DEL RIOJANO ACTUAL, CONSAGRADO AL ARTE DE LA CERÁMICA, DANDO VIDA A DISTINTAS FIGURAS QUE CONFORMAN LAS DIVINIDADES DIAGUITAS. LAS PIEZAS DE ÉSTA SALA FUERON REALIZADAS POR ARTESANOS, INVESTIGADORES AFINES AL TEMA ABORDADO, DE AHÍ LO MINUCIOSO DE LOS DETALLES DE LAS PIEZAS QUE DAN MUESTRAS DE LO INVOLUCRADO QUE ESTABAN SOBRE EL TEMA. MARINO CÓRDOBA Y JORGE PONCE EN ÉSTA COLECCIÓN DE PIEZAS SOBRE LAS DIVINIDADES DIAGUITAS Y LA LEYENDA DE LA SALAMANCA PLASMARON LOS RELATOS QUE ESCUCHARON DE SUS ANTEPASADOS, Y LA INSPIRACIÓN QUE LES PRODUJO LA OBRA DE JUAN ZACARÍAS VERA. TAMBIÉN CUENTA ESTA SALA CON LAS PINTURAS DE LUIS BLANCHARD Y SU INTERPRETACIÓN SOBRE LAS DIVINIDADES DIAGUITAS.

SALA COCINA

LA INTIMIDAD DEL HOGAR PROVINCIANO, CON SUS TÍPICO FOGÓN CRIOLLO, ES OTRA MUESTRA DE LA CREATIVIDAD EN BIEN DE LA CONVIVENCIA FAMILIAR, PLATOS DE MADERA, CUCHARAS CUCHARONES, OLLAS DE BARRO COCIDO, DE HIERRO, BATEAS, SILLAS Y MESAS DE MADERA, PARA LA HORA DE COMPARTIR LAS COMIDA FAMILIAR, REVIVEN UNA ÉPOCA.

SALA BODEGA

LOS “YOLES”, PRÁCTICOS PORTADORES DE SEMILLAS, VERDURAS, FRUTAS Y OTRAS UTILIDADES RURALES: LAZAOS, CABESTROS, CABEZALES, RIENDAS, SILLAS DE MONTAR, ESTRIBOS, PELEROS, CARONILLAS, ALFORJAS, TODOS LOS ENSERES PRÁCTICOS UTILIZADOS EN LAS FAENAS DIARIAS DEL HOMBRE RURAL.
EL LAGAR, PILETA DE CUERO EMPLEADA EN LA ELABORACIÓN DE VINO CASERO, QUE LUEGO ERA DEPOSITADO EN LA BARRIGA DE LOS “VIRQUES” Y “ CÁNTAROS “ DE BARRO COCIDO PARA SU MEJOR MANTENIMIENTO ESE VINITO DULZÓN Y FIESTERO QUE ES ORGULLO DE LOS RIOJANOS.
EL “ALAMBIQUE”, ELEMENTO TRAÍDO A NUESTRA TIERRA POR LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA, QUE SIRVIÓ EN LA ELABORACIÓN DE LAS GRAPAS Y AGUARDIENTES, EN LA ZONA ALTA DE LA RIOJA, DEBIDO AL CULTIVO DE LA VID A LA CUAL TIENE ESTRECHA RELACIÓN. TODOS ÉSTOS ELEMENTO, QUE AÚN HOY SON UTILIZADOS PARA LA ELABORACIÓN DEL VINO O AGUARDIENTES EN FORMA FAMILIAR, NOS PERMITEN FORMARNOS UNA CLARA IDEA DE UNA INDUSTRIA QUE DESDE LA COLONIA, HACEN FAMOSA A LA PROVINCIA EN EL SUR DE AMÉRICA, TRASCENDIENDO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS PARA OBTENER PRECIADOS PREMIOS INTERNACIONALES, COMPITIENDO CON LOS MEJORES DEL MUNDO
TAMBIÉN SE EXHIBEN PIEZAS DE ARADO, BOLSAS DE CUERO PORTADORAS DE PROVEEDURÍAS, PELEROS MONTURAS, COLCHAS TEJIDAS, MUESTRAS DEL TRABAJO ARTESANAL DE OTRA ÉPOCA, MOSTRANDO COSTUMBRES Y TRADICIONES DE LA RIOJANIDAD DEL HOMBRE DE CAMPO.

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