Transformar(se) para permanecer

Epifanía Núñez presenta su muestra «Guerreros de los tiempos» en Corrientes, la tierra en la que inició su relación con las artes visuales. Artista de lo esencial, una vez más nos invita a descubrir y comprender la matriz real y verdadera de las cosas.

La obra de Epifanía Núñez está en evolución constante. Esa es una de las características fundamentales para una artista de lo esencial. Otra, lo es su capacidad para dar a luz desde una transformación que es, al mismo tiempo, un permanecer. De allí que los materiales de los que se vale tengan tanta historia como proyección hacia un futuro que, con el paso del tiempo, será también memoria. Como la memoria de sus «Guerreros de los tiempos», un conjunto de obras que ya se expone de manera virtual en el Museo de Bellas Artes «Dr. Juan R. Vidal» de Corrientes (www.museovidal.wixsite.com/corrientes). 

La muestra, como ella misma cuenta a 1591 Cultura+Espectáculos estaba programada desde el año pasado e iba a significar, en su caso particular, el regreso a una de las geografías en las que se afincan sus raíces artísticas. Sin embargo, la pandemia y el aislamiento modificaron los planes, por lo que surgió la posibilidad de hacerlo de manera virtual, aunque con otras características. «Estaba por hacer una muestra de esculturas y a esto lo estaba trabajando de manera paralela» cuenta Epifanía dando así señales de lo multifacética y prolífica que es su tarea, cuestión que le permitió reinventarse rápidamente y dar forma a esta nueva propuesta que se sustenta a partir de la incorporación de materiales poco comunes para dar forma a una técnica mixta. «El metal, las soldaduras y también la cerámica pintada con engobe, el esgrafiado y la pintura en acrílico que hace de complemento o de soporte, en algunos casos», detalla la artista. Y es que la labor sustancial de Epifanía se sostiene, en las más de las veces, en devolverle vida y sentido a objetos olvidados y atravesados por el intempestivo paso del tiempo, dándoles así una nueva sustancia y significado, pero siempre con una temática constante. 

«Me motiva muchísimo el tema de la fuerza, de la lucha, esa cosa tan permanente que tenemos. Es la forma de vivir, la forma de mantenerse, de subsistir; eso me motiva muchísimo, tanto en estas obras como en todas, es una constante en mí. Metal, madera, pinturas y esculturas es lo mismo. Expresar esto y más ahora que cambió el contexto, las situaciones, el escenario, pero la lucha está ahí, siempre latente».

Ese es, en definitiva, el homenaje y la valoración que la artista realiza a la lucha del hombre -y a su propia lucha- por mantenerse vivo como especie, por subsistir. Y esa perspectiva, en estos tiempos de coronavirus y aislamiento, cobra una fuerza inusitada. «Esto vino a reforzar y retomar esa conexión que había trabajado y ahora estoy más motivada aún por todo esto que está pasando. Trabajé exclusivamente en esta cuarentena; en realidad ya venía trabajando, ya tenía cuatro o cinco obras con esta temática, pero esto reforzó enormemente mi tarea».

VOLVER, SIEMPRE SE VUELVE

«Guerreros de los tiempos» es una muestra que está inspirada en las representaciones de los guerreros que dejaron nuestros ancestros como guardianes permanentes de la vida. Allí, en esa visión constante de la artista, va también parte de su historia y de su búsqueda, esa historia y esa búsqueda que la sostienen entre lo pasado y el porvenir y que hoy la sitúan, aunque virtualmente, en un espacio de reflexión emotiva y memoria sensorial.

«Corrientes para mí es muy particular porque es ahí donde aprendí a valorar lo que estaba haciendo, que lo que había elegido era muy valioso, a pesar de todo. Elegir una carrera, seguir estudiando arte», rememora. Nacida en Formosa, vivió su infancia y adolescencia en el pueblo San Francisco de Laishí. En su inicio hacia el camino del arte mucho tuvo que ver su padre y aquellos dibujos que él hacía en tinta china, pero que nadie veía. Aquel hallazgo fue para Epifanía una sorpresa y, al mismo tiempo, una inspiración que la terminaron llevando a Corrientes, donde comenzó su relación con las artes visuales.

«Primero fue el trasladarme, el salir de casa después del secundario; las ideas, los consejos, todas esas cuestiones que se te van planteando sobre el futuro. Pero el arte era mucho más fuerte. Mi familia me apoyó, mi papá se bancó siete años de pagarme una carrera, sin saber muy bien de qué iba a vivir. Silenciosamente estaba ahí, apostaba a mí y eso fue muy grandioso. En Corrientes encontré un grupo de docentes muy comprometidos, excelentes artistas y eso a mí me marcó mucho, porque me ayudó a darme cuenta de que era esto lo que tenía que hacer. Lo viví muy apasionadamente; encontrar aliados, compañeros con esa garra y convencimiento que había que seguir luchando por lo que a uno realmente le hacía bien. Particularmente me marcó mucho Corrientes, aunque llegó un momento en que sentí que me había quedado chico y por eso luego me fui a Rosario. Pero me pasó que Rosario no era tanto como yo creía, entonces con más razón me dije: ‘qué hermoso lo que me pasó en Corrientes; amigos, compañeros, encontrarme con todo eso'». 

Volver, siempre se vuelve, aun cuando las circunstancias no sean las esperadas. Así como Epifanía observa un pedazo de hierro olvidado y lo transforma en una obra de arte, de igual manera va edificando su existencia, con los pilares de una historia de transformación y crecimiento que hoy la llevan hacia uno de sus puntos de partida. 

Desde allí es que se reconoce «ansiosa», ya que considera que «es todo un desafío volver a Corrientes, donde inicié mi carrera artística; siento esa expectativa de poder mostrar todo mi camino recorrido». Al igual que ocurre con su obra: mostrar la transformación, para permanecer.

LAS IDEAS

«No se me escapa un detalle en el andar constante; es algo que tengo incorporado. Cada cosa que miro, la miro en ese sentido. Particularmente me llama mucho la atención el metal, me fascina el tema del metal. Saco fotos de cómo están puestas las cosas, mezcladas, armo cuadros, composiciones ahí mismo y luego levanto el elemento y surgen miles de ideas». 

LO QUE SURGE

«Siempre digo que no puedo hacer una obra, no puedo lograr decir voy a trabajar con una obra específica. Salen a montones, porque es constante lo que surge. Siempre tuve que hacer 20 o 30 obras como para saciarme un poco. Es lo que me pasa cuando veo los materiales, veo un puñado de obras. Casi todo es así, las esculturas, las vasijas». 

PROTAGONISTAS

«No me complicó para nada la pandemia. Estaba ansiosa esperando jubilarme de la actividad docente para poder meterme de lleno en el taller. Me gusta mucho estar en el taller sin tiempos ni horarios; tengo material para rato, sin necesidad de salir a buscar. Lo que sí puede ser que cambie es el hecho que sí le das más significado a cada cosa. Cobran mucha importancia los materiales porque es ahora cuando pasan a ser protagonistas; observo más detenidamente lo que tengo en el depósito».

PICO, PALA, PINCEL, GUBIA

«Estoy trabajando con la colección de esculturas que estaba prevista, pero ya será para el año que viene. Complemento con materiales, piedra, madera, en la escultura tenés más opciones. Estoy armando mi sala de exposición; trabajando también en eso. Un poco con el pico, con la pala, con el pincel, con la gubia».

UNA ARTISTA DE LO ESENCIAL

Si algo debe aprender la humanidad en este tiempo que nos toca transitar, eso es la noción de la transformación, del mudarse la piel como un ejercicio indispensable de supervivencia, pero también como una manera de perdurar, de perpetuarse en el dejar rastros, huellas para las generaciones venideras. 

En ello, precisamente, va lo trascendental de la obra de Epifanía Núñez, una artista que en cada uno de sus trabajos -sin excepciones- nos invita a descubrir y comprender la matriz real y verdadera de las cosas, incluso de aquellas que no logramos ver a simple vista o que pasamos por alto, enceguecidos por la distracción que impone el ritmo ciertamente banal de lo cotidiano, pero que son para ella raíz y simiente de una búsqueda que no se detiene. 

Desde allí, desde ese lugar improbable que podría suponer en la mayoría de las veces lo que para nosotros resulta «desechable», Epifanía reconstruye y pone a funcionar un universo en el que la lucha por el permanecer toma las formas de los «Guerreros de los tiempos» -en especial de nuestros ancestros- y su fuerza inusitada; esa pasión por la resistencia que se construye en la delicada y precisa combinación del metal, la cerámica y los colores que, aún en lo abstracto, terminan por concebir y corporizar el anhelo primordial de nuestra especie: la vida. 

Tal como una de las etimologías del nombre de la artista lo indica, en el sentido mismo de la existencia de una persona cuyo designio crucial es el de dar a luz a las formas, esta muestra virtual de Epifanía Núñez nos pone una vez más frente al significado más puro de la evolución del ser, que es -como se marcó al principio- el concepto básico de transformación del que debemos echar mano para reconstruirnos y que, invariablemente, nace en este caso desde sus manos. De las manos de una artista esencial, y de lo esencial.  (FV)   

TODO PARA VER

«Guerreros de los tiempos» es la muestra virtual de Epifanía Núñez, que fue inaugurada el 23 de septiembre e y cuyas obras estarán disponibles para su adquisición. Quienes deseen visitar la exposición podrán hacerlo ingresando a www.museovidal.wixsite.com/corrientes. 

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