¡Vive ya!

La pandemia tiene sus efectos. Entre ellos, una percepción diferente para la dimensión del tiempo que, más que nunca, es hoy. Así lo siente Paula Quiroga, quien finalmente decidió soltar sus sueños melódicos en una instancia que la encuentra en solitario, pero con el mismo anhelo de siempre: cantar para todos.

Corren tiempos extraños, raros, inesperados y sorpresivos. De esos tiempos en los que la reflexión pasa a ser una invitación prácticamente ineludible. Y necesaria. La pandemia, se sabe, tiene sus efectos. Entre ellos, el de una percepción diferente para la dimensión de los días que, más que nunca, convocan a pensar en el hoy, en el ahora. En el vivir ya, tal como lo afirma Andrea Bocelli en una de sus canciones más reconocidas y que, como tal, no podría faltar en el repertorio de Paula Quiroga, quien por estos tiempos resolvió lanzarse a las redes sociales para compartir, desde una instancia en solitario, lo valioso de su arte y de su voz.

Profesora de Educación Primaria, Paula tiene a su cargo las áreas de Lengua, Construcción Ciudadana y Sociales en el séptimo grado de una de las escuelas capitalinas y, como tal, atraviesa por la imperiosa necesidad de reacomodar las estrategias para el dictado de clases en un contexto complicado. «A quien tiene la vocación de ser maestro, le que lo llena es el aula, el contacto con los chicos», afirma Paula cuando se le consulta respecto de la manera en que viene llevando la cuarentena y el aislamiento por el coronavirus. Sin embargo, no es este el único ámbito en el que sintió los efectos. «Esto nos interpela en el sentido de que a partir de ahora hay un cambio y hay cosas que llegaron para quedarse, están instaladas. Hay cosas que van a a quedar, algo nos debe cambiar de todo esto». Pero el cambio, lo sabe quizás mejor que nadie, empieza por uno.  

Por eso, desde que comenzó la pandemia decidió encarar una nueva instancia en su vida ligada al arte, a la música y al canto. 

«Con el canto vengo desde el año 2005, cuando empecé con un grupo que se llamaba «Generación», y que estaba integrado por chicas y chicos; hacíamos covers, tipo Operación Triunfo», recuerda a 1591 Cultura+Espectáculos. Sin embargo, con el correr del tiempo aquel proyecto se fue disolviendo, dando paso a nuevas experiencias como «Doble Sentido», formación que compartía con Gustavo Vega (su cuñado, actualmente, e integrante del grupo Melómanos). «Es difícil encontrar músicos que se dediquen a lo melódico», asegura al tiempo que da cuenta también de otro de sus proyectos musicales, denominado «Código Ámbar». «Teníamos muchas propuestas para este año, pero se cortó todo, y en medio de la pandemia decidí armar un perfil en la red social Instagram y comenzar a interactuar. A partir de allí comenzaron a surgir muchas posibilidades», sostiene a modo de dejar entrever su determinación de dedicarse a su gran sueño, que es la música. 

«Una va buscando diferentes oportunidades, hasta ver lo que pasa, porque no hay certezas. Todo esto que nos pasa es un reinventarse; me pasó en la docencia y me pasó con la música. Y descubro que a la gente le gusta, que se suma, y eso está buenísimo».

SIN PENSARLO TANTO

Paula Quiroga estuvo siempre ligada a la música y al canto. Nacida en la provincia de Mendoza, arribó a La Rioja junto a toda su familia a la edad de 12 años, evidenciando una timidez que, sin embargo, no impidió que diera sus primeros pasos, de la mano de su mamá, en el grupo «Generación». «Estaban buscando un cantante, una voz femenina y yo quedé seleccionada en ese casting. Pasamos por diferentes etapas en el grupo, estuvimos actuando en provincias como Catamarca, Mendoza y San Juan. Ahí comenzó todo para mí, al tiempo que tomé clases con Viviana Matta».

No obstante, el destino tenía deparados otros horizontes para Paula, quien considera que «las cosas salen mejor cuando no se están pensando tanto». La joven cantante también se dedicaba en aquel tiempo al modelaje, y de pronto surgió la posibilidad de concursar para Miss Mundo. «En el año 2007 gané el título de Miss Belleza Internacional Argentina y me fui un mes a Japón, donde también tuve la oportunidad de mostrar lo que me gusta. A partir de allí surgieron muchas oportunidades, cosas que no pensaba, que no las había planeado, como compartir la conducción de un evento con Marley. Fue una experiencia increíble para mis 21 años, que me ayudó a crecer un montón en lo personal. Es una cultura diferente, es otro mundo, te abre la cabeza en un montón de cosas». 

Desde ese lugar, precisamente, desde la apertura que brindan las experiencias, Paula atraviesa ahora una nueva etapa en la que la docencia y la música se entremezclan y plantean nuevos desafíos. «La cuestión pasa por el hecho de que uno se organice, esto fue inesperado y nos ha costado a todos. En mis clases utilizo mucho la música, está presente en todo, no concibo un mundo sin música y la utilizo como recurso», afirma. Pero incluso va un poco más allá y se muestra convencida en su visión de que «hay que quitar ese modelo del maestro que solamente da clases y tiene una figura inmaculada; me gusta que mis alumnos puedan ver que se pueden hacer varias cosas». 

Y lo reafirma, desde el ejemplo. «En este momento estoy haciendo una Maestría en Asesoramiento Pedagógico de las Organizaciones Educativas. Siempre fue mi inquietud también la educación y creo que hoy salieron a flote los que tienen vocación. La educación tiene que ver con lo social, con estar cerca de la gente, no solamente enseñar, y la música viene muy bien como un recurso más para de acercarse». 

UN NUEVO CAMINO, LA MISMA IDENTIDAD

Paula cuenta que en el mundo de la música siempre estuvo en grupo o en duetos, pero ahora la pandemia plantea otra situación y otra manera de encarar lo que más le apasiona: en soledad. «Creo que a quien realmente le gusta esto, es como una necesidad. Tengo mi profesión, pero no quiero quedarme. Sentía esta necesidad de seguir cantando y las visiones de los demás me ayudaron a arrancar sola. Es totalmente diferente, desde el apoyo, plantarte en un escenario con un grupo a hacerlo sola. Esto que pasó es también una invitación a reflexionar sobre lo que quería hacer y en el medio de la pandemia decidí hacerlo; en este momento te saca todo el estrés que estamos viviendo; es algo que tenés, es algo que ya viene incorporado».   

Como un chip, dirían sus alumnos. Y de alguna manera es así, ya que la música viene con ella desde muy pequeña y casi sin antecedentes en la familia, aunque cuenta que a su mamá le gustaba mucho cantar y que sus hermanos mayores siempre compartían sus gustos musicales que, de alguna manera, terminaron siendo influencias.

«Recuerdo que era muy tímida, por lo que cantar fue derribar un montón de muros, de miedos. De alguna manera lo hacés y te exponés, no solamente en lo que se ve, sino también desde los sentimientos. Uno cuando canta se expone completamente y hay que reunir una serie de condiciones para que a la gente le llegue y se transmita el mensaje», cuenta desde su experiencia. Sin embargo, en la actualidad que nos toca vivir, las reglas de juego son otras. «Hoy hay una pantalla y uno se tiene que preocupar aún más en el transmitir, en hacer algo que al otro le llegue. Son diferentes momentos, pero tienen que ver con la misma búsqueda, que es querer llegar, derrumbar los miedos, la timidez y esa pantalla que hay que traspasar». 

El contexto es inesperado y supone un nuevo camino por recorrer, pero para Paula las convicciones son las mismas. «Siempre trabajé con lo melódico y es lo que me gusta; lo que hago son covers en español y voy a seguir con eso. Quiero poder grabar, hacer algo más serio, pero siempre dentro de ese estilo. En los vivos de Instagram te dejan mensajes sobre qué les gustaría que cantes, pero creo que es importante que una tenga su estilo y no dejarse llevar tanto por lo que les gusta a los demás. Yo voy por otro lado, tengo en claro qué es lo que quiero hacer. El género tiene que ver con la identidad de uno. Siempre me gustó esto, apuesto a esto y la proyección es también para otros lugares, no solo para La Rioja. Se pueden fusionar algunas cosas, pero tiene que ver con mi identidad, con lo que soy».

EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA

La «nueva normalidad» va a llegar. Al menos, eso es lo que todos esperamos. Y para la cantante Paula Quiroga no es diferente, por eso va trazando sus objetivos, pensando en un futuro cercano y concreto, al alcance de la mano. «La idea siempre es seguir; hacerlo, a pesar de la situación. Instagram te da la posibilidad de conocer a muchos músicos, incluso internacionales. Vieron mi trabajo y surgen ideas, proyectos. Tengo todas las ganas de seguir con esto», afirma, reafirmando así sus convicciones musicales y sus anhelos de crecimiento que no sólo están ligados a la virtualidad, sino que quieren anclarse en una realidad palpable.  

«Quiero empezar a grabar y ya tengo algunas ideas, pero hay que ver, todo va a depender de lo que pase. Me gustaría también poder ir a otras provincias. Tengo muchas cosas en mente, propuestas, pero todo va a depender de cómo se vayan dando las cosas. Lo que sé es que si la música crece, sin duda que me quedaría con ella porque es lo que más me gusta. Si me dan a elegir, quiero un oportunidad con la música». 

Sin embargo, a pesar de esos deseos que se afincan entre acordes y melodías, Paula pone su mirada también en un más allá abarcativo, social, colectivo. Y desde aquí nos invita a «reflexionar qué es lo que realmente queremos; a no perder más el tiempo. Uno siempre deja las cosas para otro momento y de repente pasan estas situaciones. Esto nos tiene que servir para eso: si tenés ganas, hacelo, que no te quede eso de decir ‘me quedé con las ganas’; más que nada va por ahí. Creo que tenemos que salir más fortalecidos, mejores, ser mejores personas, saber que hay otro que puede estar necesitando; es importante que el otro sepa que vos estás». Y que es ahora. Que es ya cuando hay que vivir. Como lo afirma Andrea Bocelli en su canción, esa que no podría faltar en el repertorio de Paula: Vive ya, atrévete a vivir a fondo / Vive ya, que tus recuerdos van pasando / Vive ya, intenta dar a los demás de ti / Hasta cuando pienses que no tienes nada más.

«NO HAY QUE ESPERAR A QUE LAS COSAS PASEN PORQUE NO SABEMOS CÓMO VAMOS A ESTAR MAÑANA»

UN ANHELO PARA LA POSPANDEMIA

Deberíamos salir más fortalecidos, aunque sabemos que en este mundo hay de todo. Debemos preocuparnos más por el otro e ir detrás de los sueños. Este es un cambio que nos interpela y nos tenemos que hacer cargo de que había cosas que no estaban bien y hay que ponerse a trabajar. No hay que esperar a que las cosas pasen porque no sabemos cómo vamos a estar mañana. Por lo menos hay que intentarlo, hacer lo que uno tiene ganas. 

LA ADRENALINA DEL ESCENARIO

Siempre está ese miedo; si no lo sentís es como que deja de tener sentido. Cuando te subís al escenario hay un segundo en que sentís la mirada. No hubo una vez que no me pasara, de querer saber si a la gente le va a a gustar. En La Rioja siempre fue muy difícil lo melódico, porque está muy abocada a lo folklórico. Qué temas, qué canciones, era toda una preparación y siempre gustó mucho. Con lo melódico es remarla siempre un poco más. Pero cada uno tiene que buscar su lugar. 

SOBRE GUSTOS SI HAY ALGO ESCRITO

Me gusta mucho Laura Pausini, Gustavo Cerati, Charly García, me gustan mucho sus letras. Si tengo que elegir un cantante, elijo a Freddie Mercury. La música está siempre para expresar todas tus emociones. No concibo no tener música en algún momento. Un tema que no puede faltar en mi repertorio es «Vive ya» de Andrea Bocelli es hermoso musicalmente, vocalmente y el mensaje que da es hermoso. Otro es «The show must go on», de Queen, que habla mucho de este momento que nos está tocando vivir. 

BÚSQUEDAS

Aparte de todo, soy profe de Yoga. Tengo todo esto de las energías, de poder transmutar, de cambiar. 

(La presente entrevista fue publicada en el suplemento 1591 Cultura + Espectáculos de diario NUEVA RIOJA)

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