
+Notas
Villa Nidia, esa ofrenda poética
Una vez más, Gatica inauguró el camino. Y ese viaje largo, inagotable, que nace en la calle extensa a uno y otro lado de las jarillas y que lo lleva a recorrer un mundo posible desde lo que aparenta ser lo opuesto, lo transforma en un conquistador, en una especie de Quijote trabado en lucha constante contra los molinos de viento de la indiferencia y del olvido, del abandono y del silencio y de los sueños que se nos truncan.