Una reseña para el libro «Con el alma entre las piedras», de la escritora riojana Ada Cortez
En los umbrales todo comienza. Todo allì es un punto de partida, como cuando se inicia un camino hacia horizontes de colores rojos y amarillos. Pero no es un camino en solitario. Las palabras acompañan, en este caso, desde un espacio de contemplaciones que es, al mismo tiempo, pretensión poética.
“Déjame escribirle una poesía / a tu alma de paloma tibia. / A tus párpados de manta palidecida. / A tus manos, mapa de agreste geografía. / A tus ojos de relámpago herido. / A tus pasos desvelados sin testigos”, dice la autora de “Con el alma entre las piedras” en una especie de proclama sustancial. Tan sustancial como el respirar para la vida.
Ese es el impulso de Ada Cortez. El umbral de sus palabras que parten hacia las noches en las que se puede pensar como un niño, pero regresan al unísono a los misterios de una cama y sus hechizos. Cada una de las poesías de esta autora riojana que lleva ya incursionados tres libros son una entrega desde el alma que puede elevarse hasta lo más alto, o que puede quedar también, agonizante, entre las piedras.
Esa entrega, justamente, es su arte poética. Un desandar el universo que la circunda con la mirada sostenida en el abismo que espera por el salto mortal hacia la intensa existencia de una búsqueda constante de esas palabras que, al decir de la escritora, están cargadas como nubes de tormenta y quieren iluminar la jaula donde andida tu libertad más plena.
Ese vaivén es una constante. Entre decir y callar. Entre gritar y murmurar, entre desesperar y aquietarse, entre anudarse al amor o liberarse a los designios de un destino asumido de antemano, la poesía de Ada Cortez irradia suspiros que se anclan en lo cotidiano, pero que trascienden de lo terrenal a lo lunático, de lo mundano a lo extraordinario, en la inmensidad de un verso.
“Déjame escribir una poesía, / no aseguro que sea breve. / Será una gota besando al mar. / Insobornable, pregonando amar”. Así es el pedido, la súplica de la autora. Así es también su devenir, entre exasperación y calma, tratando de comprender en el detenerse a pensar, en el querer “rescatar del del fondo el ave que amarga” o en el “querer recibir las caricias que la vida para cada uno guarda”.
Así son los umbrales de palabras de Ada Cortez: agua incesante golpeando contra las piedras, alma que se moja con el sonido del ir y venir de una exploración hacia el adentro de uno mismo, hacia lo profundo de los umbrales de la existencia.
MINI BIO
Ada Cortez nació el 16 de junio de 1969 en La Rioja. Es licenciada en Trabajo Social, profesora en el nivel Secundario y técnica en el Área del Ministerio de Educación de la Provincia. Con el alma entre las piedras es su tercera publicación.